Hacía ya bastante que no pongo nada por aquí acerca de las publicaciones de Alephtar Games y me alegra tener la oportunidad de volver a hacerlo. Aunque solo se trate de revisitar un suplemento que ha pasado ya por algunas encarnaciones, se trata de uno de mis favoritos dentro de la familia D100 en particular, y de los juegos de rol en general.
Cuando Paolo Guccione decidió que ya era hora de no depender de ninguna otra editorial para los suplementos que publicaba la suya propia el resultado fue Revolution d100, sistema que incorpora mecánicas de sistemas más recientes al clásico BRP. La publicación del manual se financió mediante una campaña de mecenazgo, en la que se incorporó la posibilidad de editar también, como primer suplemento de la nueva línea, el manual Merrie England. La cosa fue bien, Revolution d100 fue publicado y unos meses más tarde hizo su aparición este primer suplemento escrito por Simon E. Phipp.
En realidad, Merrie England ya había salido en dos ocasiones anteriores. La primera, Merrie England: The Age of Eleanor, usaba las reglas de MRQI, y era considerablemente más breve que la segunda edición ya para BRP, y publicada en asociación con la editorial británica Cubicle 7, Merrie England: The Age of Chivalry. El actual Merrie England: Robyn Hode, expurga parte del contenido del libro anterior, y añade unos cuantos elementos nuevos -y por supuesto, adapta las reglas a Revolution d100. El resultado es un cambio en el alcance del entorno cubierto por el suplemento, más enfocado en sus elementos centrales a la vez que ignora las posibilidades más periféricas. Luego me explicaré más en esto.
Merrie England: Robyn Hode es una guía sobre la Inglaterra medieval, entre finales del siglo XII y comienzos del XIII. Los reinados de Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierra de la dinastía Plantagenet. Un entorno de Tierra Mítica, pues a la ambientación pseudohistórica se le añaden elementos de fantasía. Algunos sacerdotes son capaces de obrar milagros, los hechiceros pueden realizar magia y cerrar pactos con demonios, elfos y hadas habitan en lo más profundo del bosque, o se les puede encontrar al otro lado de las puertas a su mundo feerico. Dragones, espíritus, poderes de las tradiciones pagana, cristiana, hebrea e islámica. No como algo oculto a los ojos del habitante común de estas tierras, sino como algo muy infrecuente. Y ocupando un puesto de preferencia en el manual, la figura de Robin Hood y sus compañeros, en su contínua lucha contra la injusticia personificada por el sheriff de Nottingham y el príncipe -luego rey- Juan.
Como la mayor parte de los contenidos de
Robyn Hode reproducen los incluidos en
The Age of Chivalry, que reseñé hace algunos años -se puede consultar
aquí-, no me molestaré en repetir la misma enumeración de contenidos. En su lugar me dedicaré a nombrar las diferencias y los cambios que incluye este nuevo manual.
Forma
Encuadernado en rústica -con unas cubiertas mejores que las empleadas por Cubicle 7, que tendían a pelarse en los pliegues del lomo, como atestiguan varios libros de mi colección-, son ciento noventa y seis páginas frente a las doscientas dieciséis de Age of Chivalry. El tamaño de la letra es ligeramente mayor, así que la diferencia en cuanto a la cantidad de texto puede cifrarse en más de veinte páginas. El papel utilizado parece robusto y de buena calidad.
Para la portada repite Tiziano Baracchi, cambiando la escena del juglar y la reina -con los dos guardias que se aproximan, probablemente para decirle un par de cosas al cantante- por una imágen del famoso bandido del bosque de Sherwood. El tratamiento digital de la ilustración es muy evidente, pero aun así me gusta el trabajo que ha hecho el señor Baracchi.
Para las páginas interiores, el arte es prácticamente el mismo que se emplea en Age of Chivalry. No se utilizan todas las ilustraciones que aparecían en aquel libro, y algunas de las empleadas son nuevas, pero en general se trata del mismo conjunto que combina dibujos de Dario Corallo, Miguel Santos y Nicolai Nickson - un conjunto sencillo pero que encuentro bastante decente- con arte libre de derechos de reproducción; frescos medievales, miniaturas, grabados decimonónicos, etc. Ofrecen una presentación discreta pero aun así agradable, que ayudan a romper la rutina del texto a dos columnas con cenefa de adorno en el límite superior de cada página.
Hay algo de cartografía, también es la misma que se usó en Age of Chivalry. Excepto el mapa de Whitlingthorpe -por razones evidentes, esa parte desaparece de este libro- sustituido por el mapa de la región de Sherwood. Con una trama hexagonada, cubre un área de unos 8320 kilómetros cuadrados, con aldeas, castillos, accidentes geográficos y demás.
Contenido
Bien, huelga decir que, puesto que se trata de un suplemento para Revolution d100, todos los términos de juego y mecánicas han sido adaptadas al nuevo sistema. Sí hay que puntualizar en que, si has leído Age of Chivalry o al menos alguna reseña del mismo, podrás notar que la estructura del libro es diferente, presentando muchos capítulos en un orden distinto.
La introducción -Prologue- de Robyn Hode es -compresiblemente- por completo diferente. La impresión que recibí leyendo estas páginas es de que el autor quiere ir en dos direcciones. Por un lado, Merrie England es la guía de un entorno de juego medieval fantástico, con todas las alternativas que ofrece algo así, y que es como se presentaba en las versiones anteriores. Pero por otra parte, se pone mucho hincapié en la cuestión de Robin Hood y sus aventuras en Sherwood y sus alrededores, como si se pretendiese que el manual se dedicase exclusivamente a esto.
En realidad, Robyn Hode es una excelente guía de entorno, pero que incluye detalles adicionales para la campaña de Sherwood, sin necesidad de ceñirse a ella. El libro ofrece mucha más información, útil para aventuras muy distintas.
Adventurers (capítulo titulado Players Characters en Age of Chivalry) es el dedicado a la creación de personajes propios de este entorno. Como tal, describe las distintas culturas y profesiones disponibles, de forma análoga a la edición anterior, aunque teniendo en cuenta las particularidades de Revolution d100. El abánico de opciones sigue siendo -probablemente más todavía en este manual- muy amplio.
The Land and People contiene virtualmente el mismo texto que en Age of Chivalry. Es un capítulo de ambientación, no cabía esperar muchos cambios aquí. Lo mismo puede decirse de Nobles, Knights and the Crown. Excepto que de este último capítulo extraen el apartado de los torneos para incluirlo en el capítulo siguiente, Competitions, Contests and Duels. Además de la justa y la melé, reglas para duelos de canciones, de lucha e, ineludible en este suplemento, competiciones de arquería.
Trading and Adventuring contiene casi lo mismo que en Age of Chivalry. Información sobre la economía de la época, listas de precios de equipo, reglas para enfermedades, datos sobre la justicia medieval y los asuntos militares. Se dejan fuera los pérfiles genéricos de PNJ de trasfondo militar, y las cuestiones mecánicas están evidentemente ajustadas al nuevo sistema.
Religion and Magic combina el contenido que en Age of Chivalry estaba dividido entre el capítulo homónimo a este y Major Religions -el capítulo Magic Science se queda fuera-. Las reglas de peregrinación para obtener magia me han parecido muy logradas con Revolution d100 -aunque no cambian demasiado de las originales para BRP- igual que las otras cuestiones de reglas. El texto de ambientación sobre las religiones mayoritarias incluyendo sus herejías y diferentes grupos, sigue siendo el mismo que en la anterior edición.
Creatures es más o menos el mismo bestiario que en Age of Chivalry, convenientemente actualizado a las nuevas reglas.
Campaigns toma el mismo texto introductorio y general sobre posibles campañas en este entorno de juego, pero el resto es completamente diferente. Desaparecen las aventuras en torno a la pequeña aldea de Whitlingthorpe -que dirigí hace unos años, con resultados muy satisfactorios-, y en su lugar se encuentra la campaña de Sherwood.
El planteamiento es diferente. Si en Whitlingthorpe se trataba de una serie de breves escenarios dispuestos para ser jugados consecutivamente, la de Sherwood es mucho más libre, un sandbox diríase. Está el mapa de la región, está el gazetteer del lugar, con algo de información sobre cada aldea, pueblo, castillo, bosque y demás, incluyendo numerosas ideas para aventuras que salpican el texto. Y por supuesto, están los personajes, buenos y malos, de la campaña. Robin, Litle John, Frai Tuck, Marian, Will Scarlet, el sheriff de Nottingham y su secuaz Guy de Gisbourne, el príncipe Juan... Todos estos personajes también vienen con varias ideas para aventuras, y muchos de ellos, los más importantes, completos en sus términos de juego.
El capítulo, bastante extenso -unas cuarenta páginas- concluye con una enumeración de los temas más habituales en las historias de estos bandidos que roban a los ricos para dar a los pobres. Cada punto viene explicado y seguido por más ideas para aventuras.
Todo ello sin dejar de lado, por supuesto, el aspecto más mágico de la ambientación. Hay brujos, satanistas y adoradores de oscuras deidades paganas. Problemas con señores de las hadas, santos que hacen milagros, goblins en los bosques, pactos con antiguos poderes.
Y ya.
Algunos comentarios
Primero voy a hablar de lo malo, según mi punto de vista, de este suplemento. Y es que fuera se ha quedado mucho material que traía Age of Chivalry. Al eliminar Magic Science -astronomía, alquimia y demás-, Further Afield -el mundo más allá de Inglaterra-, The Crusades -las guerras en Ultramar-, The Afterlife -el más allá para las principales religiones- y Angels and Demons -principalmente los segundos-, el suplemento pierde mucho de lo que hizo que me pareciese de los mejores que hubiese encontrado jamás.
Y es que Merrie England: The Age of Chivalry, era uno de esos manuales en los que el autor no se ha guardado nada. Apurando hasta la última página, Simon Phipp logró una guía completisima del mundo medieval fantástico en muchos aspectos distintos. Un libro que rebosaba por todas partes, de los que no te dejan esperando a que saquen algo más, porque con lo que tienes basta y sobra para mucho, mucho tiempo.
Pero todo eso se quedó fuera en Robyn Hode. En el foro BRP Central pude ver hace tiempo alguna explicación del autor al respecto, aduciendo que el capítulo sobre magia que había quedado fuera porque se incluiría en un próximo suplemento sobre magia para Revolution d100. Que los capítulos del mundo medieval y las cruzadas se quedaban fuera porque eso saldría en un próximo suplemento para Merrie England. En fin, que se guardaba cosas.
Quizá no sea mala idea hacer que Merrie England: Robyn Hode sea un suplemento aun mucho más centrado en Inglaterra que Age of Chivalry, pero no puedo evitar pensar que ha sido empequeñecido. No me da esa impresión de "aquí hay de todo".
Dicho todo lo anterior, sigue siendo un manual de grandísima calidad. Las opciones siguen siendo muchas, la adaptación del sistema parece estar muy bien realizada. Ofrece un montón de información, que se lee de forma rápida y amena. Sigue siendo una excelente elección para usar en una campaña de carácter medieval fantástico.
La campaña de Robyn Hode me provoca algunas dudas. Generalmente las aventuras de estos héroes bandidos suelen ser reactivas; los villanos emprenden algún malvado plan y los héroes lo descubren y desbaratan. Una campaña sandbox descansa en su mayor parte sobre la iniciativa de los jugadores. Si estos comienzan a planear sus acciones, es muy probable que pronto piensen en poner las cabezas del sheriff y el príncipe en una pica.
Además, algo que no se aclara es cuál es el papel desempeñado por los PJ en la campaña. Es una historia con protagonistas definidos ¿deberían sustituir a Robin y sus aliados? ¿Trabajar para él como miembros de la banda? Tal vez todos los participantes en una campaña así deberían tener claros estos términos.
Por cierto, para elaborar su particular versión de Robin Hood y su entorno, el autor ha recurrido a numerosas fuentes, pertenecientes tanto a las antiguas leyendas sobre el personaje como a sus más modernas encarnaciones cinematográficas y televisivas -a mí me encanta la serie Robin of Sherwood, la de los ochenta, y creo que su influencia se deja ver en el suplemento-, o las literarias.
En fin, que el libro sigue siendo muy bueno, y lo recomiendo a cualquiera interesado en dirigir campañas situadas en la época. Si tienes The Age of Chivalry y no vas a jugar con Revolution d100, no te molestes en comprarlo, a menos que te interese mucho el tema de Robin Hood o seas un coleccionista. Pero si no tienes la edición anterior, todavía podrás encontrar un montón de material interesante en esta joya de suplemento.