Para alguien que pudiese estar
interesado en leer a Robert Howard más allá de alguno de sus personajes más
célebres, por ejemplo, Conan o Solomon Kane, éste es el libro que le
recomendaría.
Los gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural
(Valdemar, colección gótica, 2006) es una magnífica antología de buenos relatos
de terror y de espada y brujería. Entre sus páginas se cuentan alguno de los
mejores trabajos del tejano, y en líneas generales, la selección de relatos es
muy buena. Tanto, que la siguiente entrega que se hizo en la colección gótica
con historias seleccionadas de Howard, Canaan
negro, resulta en comparación mucho más pobre.
Son diecinueve los relatos del
libro, más una introducción, que suman un total de 334 páginas. Hay edición de
bolsillo, en la colección el Club Diógenes, también de Valdemar, aunque creo
que para ello se dividió en dos partes.
La introducción es un texto
panegírico de H. P. Lovecraft, escrito tras conocer la noticia de la muerte de
Robert E. Howard. Las opiniones que el de Providence tenía sobre el tejano son
en algún momento un tanto descabelladas (como cuando afirma que Howard podría
haber sido un gran militar, algo que se deduce de leer sus descripciones de batallas),
pero es un texto lleno de respeto que muestra el afecto que Lovecraft sentía
por Howard.
Las historias son de muy diverso
género, aunque en su mayoría reconocibles en su estilo. Un punto en común es
que la selección se ha hecho dejando fuera las pertenecientes a los ciclos más
extensos (no hay relatos de Conan, de Solomon Kane o de Kull, por ejemplo, ni
tampoco de El Borak, Steve Costigan o cualquiera de sus protagonistas más
recurrentes) Las hay protagonizadas por aventureros occidentales (por alguna
extraña razón, normalmente tejanos) en algún lugar de Oriente Medio, buscando
tesoros en ruinas antiquísimas, viviendo aventuras enfrentándose a bandidos, o
haciendo frente a las amenazas sobrenaturales que protegen los tesoros que
buscan. De este tipo, podemos encontrar La
voz de El-Lil o El fuego de
Asurbanipal.
Hay otras pertenecientes
genuinamente al género de terror. De este tipo destacan La Piedra Negra, relato escrito siguiendo el estilo de los Mitos
Lovecraft, (incluyendo su propio libro maldito, semejante al Necronomicon; se trata de Cultos Sin Nombre, de Von Junzt) aunque
Howard no pudo evitar incluir menciones a sangrientas batallas, y Palomas del Infierno, una historia de
fantasmas muy buena. La cosa del tejado
es algo más floja y clásica en su trama, igual que La serpiente del sueño, aunque esta última contiene algunos
momentos que encuentro muy inquietantes, haciendo que su lectura valga la pena.
El libro incluye otras historias
de fantasmas, situadas en la Texas natal de Howard, tanto en su época como
durante los tiempos de la frontera, en plan western de fantasmas. De esos,
entre otros, podemos leer El hombre del
suelo o No me cavéis una tumba. A Bob Dos Pistolas le gustaba escribir sobre
su tierra, pero admito que no son mis historias favoritas del tejano.
Mucho mejores encuentro las
pertenecientes al ciclo de la “memoria racial”, en las que el protagonista
cambia de un relato a otro, aunque hay uno, James Allison, que sí repite. El
tema de estos cuentos es la rememoración de vidas pasadas, de un tiempo muy
remoto, y los desafíos a los que tuvo que hacer frente en su existencia
anterior. El valle del gusano es
particularmente bueno, pero hay otros, como El
pueblo de la oscuridad o El jardín
del miedo.
El pueblo de la oscuridad toca precisamente otro tema que se repite
a lo largo de algunas historias, la de la raza de criaturas inhumanas que
habitan en cuevas subterráneas bajo Gran Bretaña. En realidad, aquí Howard
repetía un tema ya tratado anteriormente por Arthur Machen. Pero la historia más
lograda en este aspecto es la que da título a la antología. Los gusanos de la
tierra es una genial historia protagonizada por el Rey Bran Mak Morn, jefe de
los pictos. Es una trama de venganza contra los conquistadores romanos, y como
por la búsqueda de la misma, el rey picto está dispuesto a pagar un altísimo
precio. El estilo de Howard a menudo hace que valga la pena leer incluso sus
peores historias, las más deficientes en la trama, o las menos creíbles, pero
esta le quedó redonda. Es buena de principio a fin, con un estilo mucho más
tétrico que la mayoría de relatos de terror de Howard, por no hablar de las
habituales aventuras de guerreros que tanto abundan en su obra.
Y de esos tampoco faltan en este
libro. Representados principalmente por Turlogh O´Brien, que sigue el más
típico perfil del aventurero howardiano (dos metros de altura, grandes
músculos, gracia felina, cabello negro, ojos azules, muy mala ostia), por
supuesto, irlandés. El otro perfil recurrente, por cierto, es el del nórdico
rubio que, por lo demás, es idéntico al anterior.
Turlogh, apodado Dubh (el Negro) vive sus aventuras en el
siglo IX o X, luchando con los invasores noruegos y daneses de su tierra,
participando, aunque involuntariamente, en las revueltas de los pictos contra
los nórdicos, pictos que aún recuerdan a sus legendarios ancestros Bran Mak
Morn y Brule el Asesino de la Lanza. Pero también viaja lejos de su tierra
natal, llegando incluso a aguas inexploradas, en las que encuentra
civilizaciones perdidas que conservan el conocimiento de antiguas brujerías.
Vamos, que las suyas son clásicas historias de Fantasía Heroica, de Espada y
Brujería. Sus relatos son Los dioses de
Bal-Sagoth y El Hombre Oscuro.
Ambos son buenos, sin llegar a la cima de la producción del autor, pero son
entretenidos y buenos exponentes del género.
Como ya he mencionado antes, creo
que Los gusanos de la tierra son el mejor relato de esta antología, seguido por
El valle del gusano (se ve que aquí la cosa va de cosas vermiformes), El hombre
oscuro y los dioses de Bal-Sagoth. Son mis favoritos en parte por su género y
temática, porque admito que La piedra
negra y Palomas del infierno
también son historias muy buenas.
Es una lectura casi obligatoria
para cualquier aficionado a la prosa de Howard. Y como decía al principio,
quien quiera una toma de contacto con el autor, algo que le ofrezca una
variedad de los géneros y tipos de historias en los que trabajó, en lugar de
centrarse en un único ciclo de relatos, Los
gusanos de la tierra y otros relatos de horror sobrenatural me parece la
mejor opción disponible (en castellano).
Magnifico libro sin duda, es una pena que Valdemar tenga los precios que tiene por que la selección de títulos en su colección Gótica es impresionante.
ResponderEliminarLo peor es que si te gusta leer a este autor, La biblioteca del laberinto hace que los libros de Valdemar parezcan tirados de precio. De la editorial Barsoom, que creo resulta mucho más barata, no he leído aún nada, así que no sé cómo será su traducción.
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