Traigo hoy otro título de La
biblioteca del laberinto, un nuevo peldaño en la tarea de publicar la obra
completa(?) de Robert E. Howard. En esta ocasión se trata de la antología que
recopila los relatos concernientes al Rey Kull de Valusia.
El Reino de las Sombras y otras historias de un exiliado de la
Atlántida (La biblioteca del laberinto, 2009, traducción de Francisco
Arellano) es un pequeño volumen de 180 páginas que contiene doce relatos y un
poema, más la introducción a la obra del autor y a algunos de sus personajes
más famosos, un texto de Jacques Bergier escrito en 1970, pero que contiene
consideraciones igualmente válidas hoy en día.
Las historias en sí son de
extensión variable, encontrando desde la brevedad de El Altar y el Escorpión, de unas cuatro páginas, hasta el relato
que da el título a la antología, con treinta. En líneas generales, la calidad
de los textos es muy buena. Pocos de estos cuentos, sin embargo, fueron
publicados en vida del autor, debiendo esperar la mayoría hasta los sesenta
para su presentación.
Historia tras historia, se nos va
describiendo el reinado de Kull, un bárbaro proveniente de una tribu de la
Atlántida, cuya población todavía no ha alcanzado la civilización (tal y como
Howard entendía el término). Exiliado de su propio pueblo por no compartir sus
creencias xenófobas (los atlantes son enemigos de todos los demás pueblos),
Kull vaga por el continente Thurio durante años, hasta que llevado por los
avatares del destino, acaba poniéndose sobre su cabeza la corona de Valusia, el
más poderoso de los Siete Imperios, los reinos humanos que cubren la mayor
parte del continente. Todo ello transcurre en un período prehistórico, muy
anterior incluso a la Era Hiboria de Conan. Según la cronología incluida en la Enciclopedia de los Mitos de Cthulhu, de
Daniel Harms, publicada por Chaosium (en España por La Factoría, en 2005), el
reinado de Kull transcurre en torno al 20.000 a.C., mientras que Conan viviría
sus aventuras unos 10.000 años después.
En realidad, sólo una de las
historias, El exiliado de la Atlántida,
nos muestra a Kull en un momento anterior a su coronación. El resto de
historias nos ofrece sus aventuras ya como monarca.
Y son muchas y variadas esas
aventuras suyas. Kull se enfrenta a conspiraciones de razas prehumanas
infiltradas en la sociedad de su tiempo, a hechiceros no muertos como Thulsa
Doom (un lich, en términos de D&D),
a poderosas entidades primordiales que desean la destrucción de la vida mortal.
Y de vez en cuando, también a hombres, que tratan de derrocarle para ocupar el
poder que ostenta.
Encuentro particularmente buenos
los relatos El Reino de las Sombras, Espadas del reino púrpura y Reyes de la Noche. Esta última, que
cierra la antología, es particularmente reseñable, pues Kull comparte
protagonismo con Brak Mak Morn, otro de los personajes recurrentes de Bob Dos
Pistolas. Bran es rey de los pictos en la Britania romana, y lucha contra los
romanos que, como civilizados que son, son decadentes, crueles y traicioneros.
Howard tiene algún relato excelente protagonizado por este personaje, como Los Gusanos de la Tierra.
Pero en Reyes de la Noche, ante una inminente batalla contra las legiones
enviadas por Roma para su destrucción, el rey picto confía en la magia de su
consejero, que traerá un campeón del pasado para ayudarle en la lucha. Y su
magia convoca a Kull, de un modo que recuerda poderosamente a las ocasiones en que,
en la obra de Michael Moorcock, se encuentran diversas encarnaciones del
Campeón Eterno.
Cuando se habla de Kull, suele
darse por sentado el hecho de que es una versión de Conan, quizá con un estilo
menos pulido. En realidad, eso no es cierto. Bueno, es verdad que hay enormes
paralelismos entre los dos personajes. Ambos provienen de culturas bárbaras,
ambos llegan, por sus propios méritos y después de una vida azarosa llena de
aventuras, a lograr la corona del más poderoso reino de su tiempo. Y en ambos,
la vida del monarca está sujeta a numerosas amenazas y peligros.
Incluso se da que el primer
relato de Conan, El Fénix en la Espada,
es una reelaboración de ¡Con esta hacha
gobierno!, aunque introduciendo numerosos cambios en la trama y el estilo,
cambios que fueron siempre a mejor, haciendo la versión de Conan muy superior a
la de Kull, que no por ello deja de ser buena.
Pero los personajes, y el estilo
de sus aventuras, son muy distintos. Conan es un hombre que vive por su
instinto, nada dado a la reflexión y sí a los placeres, despreocupado de todo
aquello a lo que no pueda alcanzar con sus sentidos, como le explica a Belit en
sus conversaciones en La Reina de la
Costa Negra. Por el contrario, Kull es un individuo proclive a la
introspección, a meditar sobre cuestiones filosóficas y metafísicas.
Indiferente a las mujeres, tampoco parece darse a los excesos con el vino y la
comida.
Y mientras que las aventuras de
Conan le llevan a enfrentarse casi siempre con enemigos humanos, incluso aunque
éstos se valgan de recursos sobrenaturales, las amenazas de Kull suelen estar
más allá del mundo de los hombres. Se encuentra con pueblos más antiguos que la
humanidad, y con entidades primigenias, y se enfrenta a este tipo de peligros
más a menudo de lo que se enfrenta a las espadas de otros hombres. Así fue como
finalmente Howard abandonó a este personaje. Las historias eran rechazadas
porque los editores las consideraban demasiado cercanas al género de terror
sobrenatural más que a la fantasía épica. De modo que Kull fue dejado de lado
para empezar de nuevo con una versión más aventurera: Conan.
Las historias de Kull suelen
incluir esas cuestiones metafísicas anteriormente aludidas, tratando de dar
profundidad a las historias. Puede que en algunas ocasiones el resultado no sea
todo lo bueno que pudiera ser, pero tampoco hay ningún relato en esta antología
que recurra a la fórmula “joven bella desnuda + monstruo que la acosa + héroe
al rescate” a la que Howard se vio obligado a recurrir en alguna historia de
Conan, con tal de que le publicaran (y así ganar algo de dinero para su
maltrecha economía).
Mención aparte para El rey y el roble, poema incluido en la
antología. Todas las muestras que he encontrado de la poesía de Robert E.
Howard me han parecido buenas, y este no es una excepción, grandes versos
llenos de épica. Es una lástima que no haya una edición de su poesía completa,
algo parecido a Los Hongos de Yuggoth y
otros poemas fantásticos (Valdemar, 2010), donde se recopilaba la poesía de
Lovecraft.
En definitiva, creo que Los Reyes de la Noche es quizá, el mejor
de los libros de Howard publicados hasta el momento por La biblioteca del
laberinto, y las mejores historias de Kull no tienen nada que envidiar a las de
Conan. Puede que su media de calidad sea incluso mayor.
Joe, me lo tienes que dejar, yo te dejo el de Santuario de Buitres.
ResponderEliminarAprovecho para solicitar críticas de libros camino del siglo de vida: :D :D
-Serpiente Uróboros
-Espadas y Fritz Leiber.
-La hija del rey del país de los elfos.
Y quizás los de Dilvish, pero esos no sé si los has leído. Creo que son libros del Señor del Luz Zelazny... yo estos no los he leído... y con Príncipes de Ambar no pude.
Ah, y ya sé que no tienes "La hija del...", ya te lo dejo :D.
Y recuerdo Sólo el Acero sería interesante :D que quiero presionar :D al de Alamut para que saque los otros dos libros.
Los libros de Dilvish son de Roger Zelazny, sí. Sólo he leído el primero, hace un porrón de años, en la edición de Martínez Roca. El Señor de la Luz me pareció excelente, y no he tenido oportunidad de leer Los Príncipes de Ámbar, así que no podría decirte.
EliminarTambién leí, esto hace bastante menos La hija del rey del país de los elfos, encontré una edición de los años ochenta en una biblioteca.
La serpiente Uróboros sabes que es una novela que me gusta muchísimo, y la serie de las Espadas... precisamente estos días voy leyendo lo último que me faltaba por completar la serie, Espadas contra la Muerte.
Y sí, Sólo el Acero también me pareció muy buena, aunque quizá se me quedó un poco corta. Parece el prólogo de una historia más larga, o esa impresión me dio.
No conocía nada de Kull, salvo el nombre, pero por lo que comentas creo que ha llegado el momento de ponerme al día.
ResponderEliminarSi has leído algo de Robert E. Howard y te gustó, entonces estas historias son muy recomendables. Para mí, se encuentra en la parte superior de su obra, junto con algunas de los mejores de Conan, Los gusanos de la tierra y algunas otras más.
Eliminar¡Hola! muy bueno tu blog, que descubri hace poco.
EliminarComo curiosidad, el relato Reino de las Sombras bien pudo ser el creador de los mitos paranoicos de los reptilianos, aquellos seres extra o intraterrestres que dominan a las elites y buscan esclavizarnos para tratarnos como ganado y comernos, este cuento junto con la serie "V"
Caramba, pues bien podría ser. Nunca se me había ocurrido, pero es verdad que las viejas historias pulp sobre los hombres serpiente podrían haber sido fuente de inspiración para los creadores de la serie.
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