Hace unos tres años, acompañaba a un amigo a una librería. Mientras él preguntaba al dependiente sobre el libro que estaba buscando, yo me puse a mirar por ahí. Y claro, acabé repasando la pequeña sección dedicada a fantasía.
Encontré una novela que no conocía, una edición de bolsillo de Alianza para su colección Runas. Era barato, bastante grueso y la sinopsis de la contraportada me picó la curiosidad. Así que lo compré.
Una semana después, andaba como loco buscando por todas las librerías de la ciudad (bueno, tampoco son tantas, vivo en una ciudad pequeña), tratando de dar con la segunda y tercera parte de la historia. No estaban todavía en bolsillo, pero no me importó. Estaba completamente enganchado. Sin haber oído absolutamente nada sobre estos libros con anterioridad, había dado con uno de los autores que más me han gustado de los últimos años.
La trilogía La Primera Ley está compuesta por La voz de las espadas, Antes de que los cuelguen y El último argumento de los reyes. Son relativamente muy recientes, el primero fue publicado originalmente en 2006. En España cuentan con un par de ediciones de bolsillo -la última en tapa dura y muy barata- y varias tiradas de las ediciones normales, así que parece que son el mayor éxito de ventas de Runas.
Pero vender mucho no es realmente garantía de un buen libro, sólo de su rentabilidad. Afortunadamente, hay mucho que decir sobre la calidad de esta obra. Por lo que sé, son las primeras novelas publicadas por su autor, Joe Abercrombie, un británico que, al parecer, se dedicaba al montaje audiovisual.
¿Cómo ha logrado Abercrombie ir haciéndose un nombre en un género tan sobresaturado como es el fantástico? No será gracias a su temática. La trama básica de la trilogía es un conjunto de clásicos del género. Hay un largo viaje en el que un grupo de aventureros han de encontrar un objeto de poder, unas intrigas palaciegas, una guerra y una amenaza sobre las tierras de los hombres. Suena todo bastante manido, y en cierto modo lo es.
Pero es que estas no son novelas sobre aventuras sin más. El verdadero punto fuerte de estos libros lo forman los personajes. Los protagonistas son creíbles, muy detallados en su caracterización, en sus motivaciones, en su forma de actuar.
Sand dan Glokta, Jethal dan Luthar y, sobre todo, Logen Nuevededos son, junto a algunos importantes secundarios, los motivos por los que merece la pena leer esta historia. El primero, un antiguo héroe de guerra al que unos años de prisión y tortura a manos de los enemigos de su nación han dejado lisiado y amargado al punto que sólo puede trabajar como Inquisidor (no es una institución religiosa, se trata de la policía secreta de la Unión, el reino en el que vive); el segundo, un joven oficial del ejército, noble, rico, vanidoso en extremo y bastante tonto; y el tercero, un bárbaro, un hombre del Norte, que trata de huir de su pasado y convertirse en una persona mejor de lo que fue.
Dicho así, puede parecer que se trata de una serie de tópicos. Os aseguro que no lo son. La extremada lucidez de Abercrombie le permite tomar unos personajes que huelen tanto a cliché y dotarles de una profundidad y detalle extraordinarios.
Eso significa que en ocasiones no es una lectura cómoda. Las conclusiones a las que se llega inevitablemente con las premisas iniciales no son muy alentadoras. Que uno es lo que es y que nadie tiene lo que se merece son dos de los temas más recurrentes tanto en estos como en las novelas posteriores del autor. Así que no lo recomiendo a quien no se encuentre a gusto en terreno pantanoso. No al estilo de George R. R. Martin, con sus muertes de personajes, sino por lo que éstos se ven obligados a hacer, la impotencia y resignación ante el mundo en el que les ha tocado vivir, sabiendo que si las cosas fuesen algo diferentes, podrían ser personas mucho mejores. Pero las cosas son como son. El autor trata estas cosas de un modo absolutamente despiadado, sin dejar tema sin tocar; ni el amor, ni el heroísmo, ni el poder.
Ese pesimismo tampoco debe llamar a engaño. Hay mucho humor en estos libros. Un humor más bien negro, eso sí. Pero la lectura de estos libros es divertida, y las peores situaciones son a menudo presentadas desde un punto de vista más bien cínico que suaviza un tanto lo cruento de los acontecimientos narrados. El autor tiene talento para las escenas de acción, que son memorables.
El principal escenario de esta trilogía es la Unión, un reino insular que recuerda mucho a la Inglaterra del s. XVIII en varios aspectos. Hay un Parlamento, un ejército profesional uniformado, una clase mercantil y financiera muy poderosa -aunque la nobleza parece no haberse dado cuenta todavía de cuán poderosos se han vuelto los comerciantes y banqueros- y unas reglas de cortesía y etiqueta que, en general, recuerdan al período napoleónico. Eso sí, la tecnología es renacentista. La pólvora es algo conocido, aunque al principio considerado poco menos que una curiosidad dada su rareza. Armas y armaduras son las propias del s. XVI, o anteriores, en el caso de otras tierras, como el bárbaro Norte.
Hay bastante de este mundo desarrollado a lo largo de los libros. Pero no hay mapa, Abercrombie siempre se ha negado a incluir un mapa del mundo en sus libros. Más adelante podría cambiar de idea pero por el momento los únicos mapas que se han incluido en alguna de sus novelas son aquellos que resultan muy relevantes para comprender algún elemento de la historia. En La Primera Ley no hay ninguno.
En definitiva, que con sólo leer su primer libro, este autor se convirtió en uno de mis favoritos. No lo compararé con los clásicos del género, -no sólo sería injusto, sino que detesto ver ganchos como "el nuevo Tolkien" en la portada de una novela- pero entre los más recientes, Abercrombie me parece muy superior a Martin, a la par con China Mieville -aunque ambos ponen el énfasis en aspectos muy distintos, Mieville tiene su punto fuerte en la descripción del mundo y la sociedad- y casi, casi tan bueno como Sapkowsky.
Estos libros son buenísimos y te recomiendo que sigas con las continuaciones (las novelas sueltas 'La mejor venganza' y 'Los heroes', aunque aun queda una por publicar en castellano) que también estan bastante bien.
ResponderEliminarCreo que esos dos los compré el mismo día que los pusieron a la venta, y estoy esperando a octubre, a que publiquen aquí Red Country (Tierras rojas, creo que lo va a titular Alianza). Y sí, tanto La mejor venganza como Los Héroes están a la altura de La Primera Ley.
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Eliminartremendo Abercrombie. Sobre todo, como bien dices, sus personajes que son memorables y su manera de narrar muy amena.
ResponderEliminarcuanto más recuerdo la trilogía y sus pjs, especialmente Logen nuevededos, más me apetece volver a leerla.
Igual no es nada original pero se demuestra que con elementos tan manidos se puede hacer una historia entretenida.
Acabo de terminar Los héroes y me he quedado con ganas de más Abercrombie.
como siempre enhorabuena por la reseña y el blog.
saludos ;)
Hola Bester, gracias por el comentario.
ResponderEliminarTanto La mejor venganza como Los Héroes están a la altura de los primeros libros. Lo que más me gusta de Abercrombie, además de sus personajes, es la forma en que no aparta la vista delante de las cuestiones más desagradables. No me refiero a la violencia, sino a los defectos, el egoísmo, la cobardía, mezquindad e hipocresía que todos tenemos, pero que normalmente no encontramos en protagonistas de este género. Y a pesar de todo eso, consigue que se pueda empatizar con ellos. Me parece impresionante.
Y bueno, en octubre más, que saldrá Tierras Rojas.