Este mapa
detalla la región báltica y sus alrededores. Es el que se emplea para la
campaña, excepto que el que aparece en el libro físico muestra algunas
diferencias en su presentación. Para empezar, al ajustarlo de forma que
ocupe dos páginas, la parte central del mapa aparece duplicada en ambas.
Y por supuesto, igual que el resto del libro, sale en blanco y negro,
lo que vuelve un poco más complicado diferenciar entre regiones
contraladas por facciones distintas. Así que, principalmente para que
los jugadores de la campaña puedan consultar un documento algo más
fácil, pongo aquí el mapa que aparece en la versión pdf del suplemento.
La
parte que aparece en verde, controlada por La Orden, hace referencia
tanto a las regiones gobernadas por la Hermandad de la Espada en
Livonia, como a la porción de Prusia conquistada por la Orden Teutónica.
Las zonas amarillentas son territorio bajo control del Obispado de
Riga, pero protegidos también por la Hermandad. No en vano, la regla de
la orden concedida por su fundador, el primer obispo de Riga, Albert von
Buxhövden, señala que una gran porción de los territorios que los
cruzados arrebaten a los paganos han de ser entregados en propiedad al
obispado.
Se
puede apreciar facilmente la línea de fortalezas defensivas construidas
a lo largo del curso del Río Daugava. Una de tales fortificaciones es
Ascheradan, a la cual acaban de llegar los personajes jugadores.
Las
zonas correspondientes a Lituania y Prusia vienen señaladas según sus
distintas regiones, que a menudo se corresponden con la tribu que
gobierna dicha región. Las tribus de Prusia luchan entre ellas tanto
como lo hacen con los invasores, pero en Lituania parecen haber
alcanzado un acuerdo para presentar un frente unido.
En
Estonia todavía quedan señales del intento de conquista de la Hermandad
de hace unos años, cuando sólo la amenaza de asfixia económica
provocada por el bloqueo que la flota del rey danés Valdemar II obligó
al obispado de Riga a tirar de la correa con la que sujetan a los orden
militar.
Algunas
de las ciudades económicamente más importantes, como Riga, están
sujetas a la Regla de Lübeck. Esto es, la concesión de cierto
autogobierno de la ciudad, que queda dirigida por un consejo de
mercaderes, que suelen elegir a un gobernante de entre ellos. Pueden
gestionar incluso la defensa de la urbe. Todo ello mientras cumplan con
el pago de los impuestos al señor nominal de la población, por supuesto.
Ahora mismo, las ciudades sujetas a dicha regla están asociándose entre
ellas, en proceso de convertirse en aquello que se llamará la Liga
Hanseática.
El
terreno es peligroso en la región báltica, sin caminos que conecten las
distintas poblaciones, lleno de bosques densos y oscuros, y multitud de
lagos y estanques, además de grandes marismas en un territorio casi
invariablemente llano y cruzado por muchos ríos. Realmente, es más
seguro viajar en invierno, cuando el suelo está congelado y ya no hay
riesgo de ser tragado por una charca oculta entre la vegetación. De
todos modos, la gente que quiere emprender un largo viaje suele ir hacia
la costa, y desde allí buscar un barco que les acerque a su destino.
Claro que eso no puede hacerse todo el año. Entre octubre y marzo
aproximadamente, el Báltico se hiela, al menos en la costa. Las islas de
Oesel y Dago se vuelven accesibles, pudiendose caminar sobre el hielo
hasta las mismas sin dificultad. Por descontado, la navegación se vuelve
del todo imposible en ese tiempo.
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