En
2010, Alephtar
Games se encargó de editar este suplemento para Basic RolePlaying escrito por Peter Nash. Originalmente el producto
iba a ser puesto a la venta por Chaosium, pero este proyecto nunca llegó a buen
término. Tal vez se debiera a la salida en fechas cercanas de Cthulhu Invictus, el suplemento dedicado
al Imperio Romano, algo que haría redundante la publicación de otro libro sobre
el tema. La cuestión es que por el motivo que fuese, Rome apareció bajo el sello de Alephtar Games, y publicado por
Cubicle 7. Por cierto que me parece infinitamente mejor que Cthulhu Invictus, mucho menos proclive a
detallar la vida y sociedad romana más allá de una forma superficial.
La
presentación del libro es correcta, si bien no espectacular. Las dimensiones
del volumen son distintas al formato estándar al que acostumbra la mayoría de
editoriales. Es unos pocos centímetros más alto que un libro típico de
Chaosium, así como ligeramente más estrecho. Sus 220 páginas están
encuadernadas en tapa blanda, de forma robusta, si bien, como ocurre en todos
los libros publicados por Cubicle 7 de este formato que he visto, y son unos
cuantos, las cubiertas tienden a pelarse con rapidez en los bordes del lomo. Es
inexplicable que, con el buen trabajo que hacen con las ediciones de tapa dura,
los suplementos de este tipo sufran de este tipo de descuidos. En otras
circunstancias, libros con este defecto serían rechazados por librerías y
consumidores, pero en el caso de los libros de rol, acabamos pasando por el
aro. Yo el primero, que cuento con varios libros de Cubicle 7.
La
ilustración de portada ya da pistas del carácter del libro, mostrando la escena
de un combate de gladiadores tal y como sería en la República, en una
estructura de madera, construida para durar sólo lo que duren los juegos. Los
combatientes parecen estar en buena forma, pero no son montañas de músculos
aceitados, sino que muestran un físico realista. Y es que realismo es la
palabra clave en este suplemento.
Las
ilustraciones interiores son en su gran mayoría imágenes de cuadros y grabados
sobre la época, además de alguna que otra fotografía de estatuas y mosaicos de
la época. También hay algo de arte original, no obstante. A cargo de Alexandre
Togeiro y Dario Cotallo, éste último muy conocido por asiduos a revistas como Tradetalk o Tales of the Reaching Moon, así como a varios productos sobre
Glorantha aparecidos en los últimos años. Cotallo no es el mejor dibujante del
mundo, pero tiene un trazo limpio y claro, y lo más destacable, es capaz de
dejar bien claras las diferencias entre miembros de diferentes culturas. Domina
las cuestiones sobre armas, armaduras y vestuario tan bien como los artistas
que trabajan para Osprey, aunque sin ser tan bueno como ellos. De todos modos,
encuentro muy agradable su trabajo.
Pero
si bien está claro que el formato y las ilustraciones visten el libro, es el
texto lo que al fin y al cabo más interesa. Y el texto de Rome es magnífico.
Apretado entre las páginas del libro, a un tipo de letra más pequeño de lo
acostumbrado, hay una cantidad de información extraordinariamente detallada.
Prácticamente cada aspecto de la vida de un romano queda cubierto en grado
suficiente como para ambientar largas y complejas campañas. Y cuando digo cada
aspecto quiero decir exactamente eso. Todos los usos y costumbres, desde las
convenciones sociales de la nobleza hasta las grandes vulgaridades de la vida
cotidiana nos son mostradas. Desde la forma de vestir y los deportes hasta la
prostitución, los grafitis casi omnipresentes en las paredes romanas o un
apéndice con insultos y funciones corporales en latín.
En
muchos sentidos me recuerda a los textos de ambientación de los libros escritos
por Ricard Ibáñez, con su capacidad de ir a lo que de verdad va a ser útil en
una partida, en lugar de áridas disertaciones sobre acontecimientos históricos.
Estos también tienen su lugar, pero a la hora de ambientar partidas los
detalles sobre usos y costumbres son más importantes, todo ello sin caer en la
pedantería y la información inútil.
Ese
grado de detalle se consigue también renunciando a tratar de abarcar demasiado.
El libro habla sobre la ciudad de Roma y sus pobladores. Sólo de forma muy
tangencial comenta otros pueblos, o incluso otras poblaciones del área de
dominio de la Ciudad Eterna. Del mismo modo, el período descrito va desde la
fundación hasta la caída de la República, aunque pone mucho más énfasis en las
últimas etapas, quedando la Monarquía y los primeros siglos de la República
mucho menos cubiertos, al haber también menor número de fuentes documentales al
respecto.
Así,
la separación por capítulos del libro ofrece los siguientes temas: Sociedad
romana, Cultura romana, La ciudad de Roma, Los juegos, El ejército, Religión y
filosofía, Personajes, Magia y Superstición, Criaturas, Campañas romanas,
Personajes famosos, Cronología histórica y Apéndices.
Los
primeros seis capítulos están dedicados a detallar la ciudad y sus habitantes
en diversos modos. Aunque en algunos momentos la lectura pueda ser un tanto
densa, lo normal es que resulte de lo más amena y entretenida, sorprendiendo a
menudo, tanto por la cercanía que en ocasiones mostraban los romanos y sus
problemas con la sociedad actual, como por los puntos en los que realmente
demuestra tratarse de una cultura distinta, en ocasiones alienígena para el
pensamiento moderno.
Para
ilustrar los puntos explicados, el texto está salpicado de citas y extractos de
textos de autores clásicos. No sólo es un recurso útil, sino que sirve para
sumergirse mejor en la cultura romana. Nada como las fuentes primarias para
ello.
Es
frecuente en los libros sobre ambientaciones históricas la inclusión de algún disclaimer en plan: “Esto no es un libro
de Historia, no pienses que toda la información que damos es precisa o
correcta”. Sin embargo, en este libro no hay nada parecido. No soy ningún
experto en el tema, pero por lo que sé, no ha habido ninguna concesión a la
hora de presentar la información. Su corrección o falta de la misma quizá sea
materia de debate entre historiadores, pero parece que se ha hecho un esfuerzo
consciente en no faltar nunca a las fuentes históricas.
Los
siguientes tres capítulos se dedican a poner en términos de juego la forma de
crear personajes romanos, así como la manera de introducir elementos
sobrenaturales en el juego, si se desea hacer tal cosa.
Y es
un sí muy grande. La campaña por defecto para la que está mejor preparado el
suplemento es la histórica. Sin magia, sin seres sobrenaturales, sin dioses.
Tan sólo una vida muy dura y peligrosa. Series como Roma de HBO vienen a la
mente, pues algo así sería el resultado de semejante campaña. Dada la letalidad
del sistema de juego, agravada aún más por la ausencia de curaciones, se
recomienda tener muy en cuenta la prohibición de armas dentro de la ciudad, así
como evitar la violencia en la medida de lo posible.
Pero
el autor sabe que algo totalmente histórico no va a resultar muy atractivo para
la mayoría de jugadores. De ahí la inclusión de reglas para el uso de la magia
y las criaturas mitológicas en la campaña. De todos modos, la romana es una
mitología mucho más sutil que la griega, y los elementos sobrenaturales van en
consecuencia.
Los
tres últimos capítulos forman la sección del director de juego, tal vez con el
añadido del capítulo anterior, Criaturas. Consejos y sugerencias para una
campaña de este estilo, con las distintas perspectivas que se le puede dar, así
como el grado de fantasía que un grupo de juego pretenda para su campaña. Una
sección con pequeñas reseñas biográficas sobre los personajes más importantes
del período comprendido, y una cronología sobre los acontecimientos de mayor
relevancia desde la fundación de la ciudad hasta la conversión de la República
en un Imperio.
Los
apéndices comprenden mapas, textos legislativos romanos, bibliografía
recomendada y algo de vocabulario en latín, incluyendo insultos y expresiones
escatológicas.
Este
libro ganó un Ennie de Plata al mejor entorno de campaña. Aunque no conozco Day After Ragnarok, el ganador del Oro,
muy bueno tendría que ser para ser considerado mejor que este.
La
lectura del libro me hizo pensar un par de cosas. Una era sobre la cercanía que
estas gentes tienen con nosotros. Podemos vernos reflejados en muchas de las
situaciones descritas, en su manera de pensar, en sus alegrías y sus tristezas.
La
otra cuestión que me resultó llamativa, que entra más en cuestiones roleras, es
justo sobre lo contrario. Las diferencias, las costumbres, pequeñas y grandes,
que hacen sentir la cultura romana como algo distinto. He leído un montón de
entornos de campaña fantásticos, y lo cierto es que ninguno me sorprende tanto
a la hora de describir sociedades distintas a la nuestra como lo hacen los
textos que detallan culturas reales. No me cabe duda de que escribir sobre una
cultura ficticia tiene sus ventajas para el autor y el lector, pero también
tiene sus desventajas. Realmente, ninguna ficción puede competir con la
realidad en su propio terreno.
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