Por insistir que no quede

Bueno, ayer se celebró la jornada de partidas que la asociación Natsukaido organiza bianualmente -más o menos, una en invierno y otra en verano-, y la cosa fue tirando a regulera, la verdad. Pero tampoco estuvo del todo mal.

No llegamos a tener mucha concurrencia, pero sí que llegué a ver algunas caras nuevas, lo cual es de agradecer. Algunos jóvenes interesados en esto de los juegos de rol, que habían jugado poco o nada anteriormente y tenían curiosidad. Así que, aunque no tuviésemos una gran afluencia -cosa que tampoco esperábamos, la verdad sea dicha-, por lo menos nos podemos quedar con el detalle de que quizá alguno de los asistentes se marchó con ganas de volver a probar. Quizá, hasta de aficionarse realmente a este ocio nuestro. Y ese es el objetivo de organizar estos eventos.

Por mi parte llevé un par de partidas preparadas, sin estar seguro siquiera de si tendría jugadores para dirigir alguna de ellas. Al final resultó que una de ellas sí se llenó; un grupo de aguerridos marinos y saqueadores noruegos se enfrentó a furiosas tormentas, aguas desconocidas, hombres alados, monstruos marinos y hasta rescataron audazmente a su capitán de la apurada situación en que se hallaba -atrapado en una jaula que pendía sobre un estanque de magma-. Algunos reconocerán los elementos como pertenecientes al escenario Thule del suplemento de RQ3 Los Vikingos. Y es que esa es una de mis aventuras favoritas de todas las que se encuentran entre los libros de esta línea publicados por Joc. Es una historia sencilla, con situaciones diversas, algunos combates y mucha emoción que me parece muy adecuada para ser dirigida a jugadores con poca experiencia en estas cosas. Creo que funcionó bien.

Al igual que las otras partidas, por lo que estuve viendo, al menos las jugadas durante la tarde. Feng Shui y Stormbringer también tuvieron buena acogida, y pude ver por allí también algunas caras nuevas, además de los habituales miembros de la asociación y algunos otros aficionados que acuden habitualmente a estos eventos y que ya voy reconociendo. 

Por la noche la cosa fue bastante peor, y es que es difícil competir con la oferta de un sábado noche. Lo comenté con los organizadores, sugiriendo que quizá habría ido mejor si se hubiese organizado desde la mañana hasta la tarde, en lugar de hacerlo desde la tarde la madrugada, pero claro, tampoco es que ellos no lo supiesen ya. La cosa es que la asociación realiza la solicitud de empleo de las instalaciones, pero ya son otros los que deciden. Y hay que tomar lo que dan, y en este caso las instalaciones tenían ya uso previsto para las horas matutinas.

Está claro que algo tendremos que ir haciendo para mejorar los resultados de estas jornadas. Porque intenciones de continuar con las mismas sí que hay. Son algo muy pequeño, limitados a un ámbito muy local, pero si sirven para fomentar mínimamente la afición a los juegos de rol, pues creo que seguiremos insistiendo. Que tampoco cuesta tanto.