Edaf publicaba esta antología de relatos en 1991. Bastante difícil de encontrar hoy día, sin embargo, para los lectores de libros electrónicos no debería resultar muy complicado acceder a estos textos.
Los mundos perdidos está formado por una extensa colección de relatos, que se dividen en tres grandes bloques. Los dos primeros unen cuentos que versan sobre alguno de los ciclos del autor, mientras que el tercero es una muestra mucho más miscelánea de la obra de Ashton Smith.
La primera parte, Averoigne, contiene cuatro historias seleccionadas de entre las escritas por el autor que se ambientan en esta ficticia provincia francesa. Por lo tanto, quien haya tenido ocasión de leer este ciclo en la edición pirata de Pulp Ediciones encontrará esta parte redundante. Resulta algo fastidioso, esto de que se repitan historias. Cuando alguien trata de reunir toda la bibliografía disponible de algún autor que, como es el caso, se ve repartido por varias editoriales, siempre acaba teniendo que hacerse con la misma historia en más de una edición. Con suerte, la editorial que repita la publicación de relatos ya editados por otros se esforzará por hacer que su contenido merezca la pena, bien mediante la presentación, o, si hay suerte, por una mejora en la traducción.
La segunda parte, Atlantis-Poseidonis, es la que encuentro más interesante. Son cuatro relatos, un ciclo menor comparado con Averoigne, Zothique o Hiperbórea, pero básicamente son historias que van en la misma dirección que los anteriores: Hechiceros que van más allá de lo que aconseja la prudencia, destinos nefastos que se abaten sobre incautos que no saben en qué se han metido. Todo ello en el marco de una civilización moribunda, un continente antiguo a punto de desaparecer. También habitual en CAS, los relatos se espacian a lo largo del tiempo, mostrando como la civilización va desapareciendo gradualmente en un proceso que lleva varias generaciones.
La tercera parte comparte título con el volumen, Los mundos perdidos. Es la más extensa, ocupa unas trescientas de las algo más de quinientas páginas de la antología, y es un veradadero escaparate de la obra del autor. Aquí encontramos historias de terror al más puro estilo lovecraftiano, otras que recuerdan a los relatos sobre vidas pasadas de Robert E. Howard (pero siempre con un tono mucho más propio de Ashton Smith, más sofisticado y menos violento que REH, pero no menos cruel en muchos casos). Incluso hay unas cuantas historias de ciencia ficción, con aventureros dedicados a la exploración de otros mundos del sistema solar, a menudo en busca de riquezas, pero encontrando en su lugar los restos de antiguas civilizaciones que guardan oscuros secretos.
Junto a Averoigne, Zothique, e Hiperbórea, Los mundos perdidos termina de formar el repaso al grueso de la producción de Clark Ashton Smith traducida al castellano. Hay unos cuantos relatos más disponibles, pero quedan ya repartidos en antologías en las que comparten espacio con el trabajo de otros autores, como las dedicadas a las revistas pulp, o a los autores de Arkham House que publicó Valdemar hace unos años. Además de eso, quedan unas cuantas más aquí y allá, repartidas en revistas literarias, como Delirio o Barsoom.
Creo que es una lástima. Este autor se merece un reconocimiento igual al que disfrutan Lovecraft y Howard (aunque a todos ellos les habría ido aún mejor que el reconocimiento les llegase en vida), y estaría bien que alguna editorial se pusiera las pilas y publicase más de su trabajo.
Por lo demás, el tono de los relatos que pueden leerse en Los mundos perdidos sigue la misma mezcla de sensualidad, decadencia y exotismo que es habitual en el autor, todo ello salpicado con dosis de contenido macabro y de un cierto sentido del humor más bien negro. En conjunto, la antología es redonda, los veintiún relatos que la conforman son variados, y la media de calidad es muy buena.
Estoy enfrascado en la lectura de las obras completas de Ashton (en Inglés; no por nada, solo para confirmar la calidad de su escritura), y como bien dices me sorprende que no sea más conocido y sus historias y mitología no hayan sido utilizadas para películas, juegos de rol, cómics...
ResponderEliminarSupongo que se debe a que CAS carece de personajes tan carismáticos como los de Howard (que se ve eclipsado por Conan), y tampoco resulta tan original en sus planteamientos como Lovecraft. Estilísticamente, creo que es mejor que los otros dos.
EliminarPero en realidad, muchas de sus creaciones sí están presentes en los medios que mencionas. Lo que ocurre es que no suelen identificarse con Ashton Smith, sino con Lovecraft. Tsathoggua (escribo de memoria, igual equivoco el nombre), el dios sapo, es creación de CAS, por ejemplo. Lo mismo que muchos otros primigenios y elementos de los Mitos que suelen englobarse como "lovecraftianos".
Monster Island, el suplemento sandbox de RQ6, es puro Ashton Smith, con infinidad de referencias más o menos veladas a su obra -que siguen sujetas a derechos-, además de unas cuantas más a otros autores pulp.
Pero desde luego, creo que su obra merece algo más de reconocimiento. Espero que disfrutes de su lectura. Quizá algún día me anime y pruebe a leer a estos autores que tanto me gustan en su versión original.