El escenario número ochenta y tres de la línea Dungeon Crawl Classics -ochenta y tres, se dice pronto, aunque estos módulos comenzaron siendo para D&D3, pasando a D&D4 y finalmente a DCC a partir de Doom of the Savage Kings, numerado como 66,5- es el primero entre los publicados específicamente para el juego de Goodman Games que aparece en una caja.
Eso es. Una caja, como las de antes. Esas de TSR que tanto contenido incluían en libros, mapas y documentos varios, aunque solo fuera para aumentar el, tal y como se menciona en Los Caballeros de la Mesa del Comedor, "Factor peso". De vez en cuando Goodman Games ha publicado alguna entrega de su línea en este formato. Y como decía antes, The Chained Coffin es el primero en aparecer para DCC.
El planteamiento del escenario es sencillo pero interesante, y sobre todo, divertido -creo que estos adjetivos son los que se buscan en todo escenario de este juego-, y su planteamiento resulta peculiar. Resulta (Igual quieres dejar de leer ahora si tienes intención de jugar esta partida, podría estropearte algunas sorpresas) que el grupo de PJ por ciertas circunstancias, entablará un viaje a las Shudder Mountains -algo así como las Montañas Estremecidas- mientras llevan consigo un sarcófago de metal con intención de conducirlo a cierta localización... de la cual no tienen más que una vaga idea de dónde puñetas puede estar. Así que les va a tocar arrastrarse por las montañas boscosas y sus valles u hondanadas tratando de dar con el lugar al que tratan de llegar. Y de paso, intentando no perder la vida o el alma en el camino.
Así que estamos ante un escenario más bien tipo sandbox -de la variedad hexcrawling- en el que el grupo se irá moviendo por la región, teniendo encuentro y topándose con lugares extraños, amistosos y/o peligrosos, con la esperanza de recoger pistas para dar con el sitio que buscan -o encontrándolo de pura chiripa, que también podría ser- antes de que se les acabe el tiempo. Porque eso es, se me olvidaba hacer mención de esto, es una carrera contrarreloj.
Las Shudder Mountains y sus habitantes están basadas en las montañas de Catskill en los Apalaches, una zona llena de folklore con leyendas propias como el Mothman, o numerosas historias de fantasma. El tipo de sitio en el que se puede encontrar la familia Whateley en alguna granja apartada. Pues eso: Cabañas con porche, en los que hay una mecedora, en la cual hay alguien tocando el banjo. Todo eso en rodeado de montañas cubiertas por espesos bosques en los que viven cosas extrañas.
De hecho, el autor, Michael Curtis, expone como principal influencia los relatos de Manly Wade Williams que tienen como protagonista a Silver John, un leñador y músico errante que viaja por esas montañas enfrentándose a sucesos sobrenaturales. Algún que otro guiño a dichos relatos vamos a poder encontrarlos en The Chained Coffin.
Además del escenario principal, en la caja vamos a encontrar unas cuantas aventuras más, además de información sobre las Shudder Mountains con vistas a usarlas en una campaña que vaya más allá del módulo original.
Forma
Bueno, pues es una caja. No muy grande -pensad en alguna de las cajas más pequeñas que podía usar TSR para algunos suplementos, no en las que contenían entornos de campaña-, robusta, eso sí. En su interior no vamos a encontrar el despliegue de medios de los que puede hacer gala alguna de las editoriales más importantes, y los valores de producción, aunque correctos, tampoco son para tirar cohetes. Sobre todo si uno tiene en cuenta el precio de este suplemento, que no es precisamente barato (El contenido es otra cuestión completamente distinta).
El escenario propiamente dicho, The Chained Coffin, está presentado en formato revista -grapa-, y tiene cuarenta páginas, lo que en extensión esté por encima de casi cualquier otra entrega de los Dungeon Crawl Classics. En blanco y negro, dos columnas, todo muy sencillo. Sus ilustraciones son de Doug Kovacs -encargado también de todas las portadas, Stefan Poag y Mike Wilson, de modo que la estética es completamente DCC. Eso quiere decir que la estética es muy buena, por cierto. Y la cartografía está a la altura.
Hay otros cuatro libretos además del original, de menor extensión y todos ellos sin cubiertas. Está The Chained Coffin Companion (dieciséis páginas), Almanac of the Shudder Mountains (doce páginas), Sour Spring Hollow (ocho paginitas) y The Woeful Caves under Yander Mountain (otras ocho). Finalmente, un mapa en formato A3 de las Shudder Mountains, útil para llevar el juego más allá del escenario original, que contiene su propio, de menor alcance pero más detallado, mapa. Como veis, no es precisamente la caja de Ravenloft o la de Planescape. Aunque, si bien se trata de un total bastante corto en páginas, estas concentran mucho contenido interesante y jugable.
Por cierto, que cuando se publicó esto, hubo unos cuantos ejemplares especiales, de esos que tanto gustan en Goodman Games, que incluía alguna que otra cosa más, como una ayuda de juego ya preparada que, en la versión normal del módulo requiere de unas cuantas fotocopias y un poco de manualidades. En cualquier caso, esos ejemplares deben de ser muy difíciles de encontrar y, a menos que seas un coleccionista, probablemente no vayan a merecer la pena a cambio de lo que se pedirá por ellos.
Contenido
Empezamos por el plato fuerte, que el resto no es más que la guarnición. The Chained Coffin, partida pensada para un grupo de nivel cinco -y eso, en DCC, es mucho-, comienza por una breve introducción y una puesta al día para el director de juego -el Juez, como lo llaman aquí- de la situación previa. Después se pasa ya al encuentro -un pequeño dungeon, en realidad- que va a servir de gancho a los PJ para que se embarquen en la aventura principal. Y a partir de este punto, barra libre.
Es decir, que los jugadores pueden decidir por dónde quieren ir y lo que prefieren hacer. Hay una serie de eventos a los que el director de juego puede ir dando salida cuando considere conveniente, unas cuantas tablas de rumores, encuentros y demás. Y la descripción de varias localizaciones que pueden acabar encontrando en su viaje, así como sus habitantes.
Por supuesto, una de estas localizaciones, la que supone su destino, está mucho más detallada que el resto, y supone un desafío adicional. Batalla final y todo eso, con altas dosis de cosas raras.
Curiosamente, las últimas páginas del libreto están dedicadas a un escenario para nivel uno bastante cortito, que lleva por título The Rat King´s River of Death. No tiene nada que ver con The Chained Coffin, ni, ya puestos, con las Shudder Mountains. Antes bien, el Rey Rata al que hace referencia el título es un villano que ha protagonizado por lo menos ya un par de módulos de la línea. A alguien le hará gracia hacerlo salir de vez en cuando, así que han aprovechando para que sea aquí.
The Chained Coffin Companion viene a complementar el escenario con unas cuantas cosas con las que ir especiando la partida. Las particularidades mágicas de las Shudder Mountains, incluyendo lugares de poder, maldiciones, religión, objetos encantados, y viejas canciones. Un nuevo Patrón -que los PJ podrán encontrar durante su viaje-, un bestiario de la zona y una nueva tabla de encuentros.
Almanac of the Shudder Mountains trae consigo la historia de la región, un gazetteer de la misma y una descripción de los Shudfolk, sus habitantes, con sus costumbres y tradiciones -ya sabéis, mecedora y banjo-, todo eso concentrado en pocas páginas.
Sour Spring Hollow es una partida embudo (creo que deberían llamarse partidas colador, por la gente que se suele quedar en el camino) para jugar en las Shudder Mountains con PJ de nivel cero y en un punto bastante alejado de donde se desarrolla The Chained Coffin. Un escenario que me gustó mucho, y que me parece muy apropiado para jugar con una pandilla de labriegos. Por cierto, también se incluyen unas reglas para determinar profesiones y otras cosas de los PJ de nivel cero dejando fuera a las razas no humanas, que no son muy frecuentes en las Shudder. La partida, por cierto, comienza cuando los PJ despiertan, tras haber participado en el banquete de una fiesta, en un lugar desconocido para ellos.
The Woeful Caves under Yander Mountain sirve, igual que Sour Spring Hollow, como ejemplo de descripción detallada de una localización mencionada en el Almanac of the Shudder Mountains. Pero en este caso se trata de algo mucho más convencional, un sencillo dungeon formado por una vieja mina. Que está habitada por algo que ataca y los viajeros y tal. Para personajes de nivel tres.
Y ya.
Algunos comentarios
Participo alegremente en el patronazgo de Clásicos del Mazmorreo comenzado recientemente -y con un éxito arrollador, por cierto- porque es un juego que me gusta y que merece la pena. Pero los suplementos publicados hasta la fecha -bueno, creo que son todos escenarios, al menos los de Goodman- siempre me dejan un poco dubitativo.
No por su falta de calidad, que tiene una media altísima, sino por su elevado precio. Nueve euros por un módulo de veinte páginas me parece un tanto exagerado. El precio por página para un módulo de DCC es muy alto.
Pero la verdad sea dicha, eso es si nos ceñimos estrictamente a la extensión, al número de palabras y de páginas usadas para el escenario. Si nos fijamos en la cantidad de contenido real, jugable, original y de verdadero interés, las páginas de un módulo de DCC suelen estar mucho más provistas que las de, por ejemplo un módulo de Pathfinder, aunque este triplique el número de páginas, que además son en color y con más ilustraciones. Para algunos eso no bastará a la hora de decidirse por adquirir alguna aventura de DCC -y sería una actitud que encuentro legítima y comprensible-, pero creo que es justo tener en consideración, antes de decidir, que a la hora de comprar un escenario, estamos pagando la calidad, y no solo la cantidad.
En el caso de The Chained Coffin, por ejemplo, si hubiese sido publicado como un único libro tendría poco más de ochenta páginas. Incluso aunque incluyese el mapa desplegable, difícilmente se podría justificar el precio de venta, las cosas como son. Sin embargo, aunque comprar algo de este tipo no es una cosa que vaya a repetir demasiado a menudo, tampoco puedo decir que me arrepienta de haberme hecho con The Chained Coffin; su contenido es muy bueno y aprovechable, la atmósfera que busca recrear es original, con sus historias de folclore raro, sus bichos únicos y sus lugares extraños para explorar. Definitivamente, incluso da para una campaña.
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