Esta fue la novela ganadora del premio Minotauro 2006, y fue esta la editorial encargada de su publicación. Su autor, Javier Negrete hace de la historia y mitología clásicas los principales temas de sus libros, tanto los de ficción como los de divulgación histórica. Pero probablemente ninguno de ellos contenga una dosis tan alta de fantasía como Señores del Olimpo, donde las historia está protagonizada por los propios dioses olímpicos.
El argumento central de la novela está conformado por el mito del desafío de Tifón a Zeus, y la lucha de este último por conservar la supremacía sobre mortales y dioses. Esta trama se complementa por multitud de otras menores, centradas sobre todo en algunos otros de los olímpicos, como Atenea, Hefesto y Hermes.
En conjunto, las aventuras de todos estos personajes forman un tapiz elaborado por las adaptaciones que el autor hace de multitud de mitos. Algunos son presentados de un modo muy similar a la forma en la que nos han sido transmitidos por las fuentes clásicas, pero la mayoría han sido modificados en mayor o menor parte para encajar correctamente con la concepción que Javier Negrete hace de esta particular cosmología.
Podemos ver su versión del triángulo Hefesto-Afrodita-Ares, la relación entre las diferentes generaciones de inmortales, con Zeus y su abuela Gea como principal ejemplo. El mito de Prometeo, o alguno de los primeros trabajos del héroe Heracles, antes de obtener ese nombre.
La descripción de los dioses nos habla de seres muy poderosos, de talla y capacidades sobrehumanas, pero en absoluto omnipotentes; más bien como superhéroes. En realidad, a pesar de las referencias a las fuentes clásicas, a Robert Graves, Victor Clube y Bill Napier, entre otros, como mayores influencias a la hora de idear y escribir la novela, a mí particularmente todo el asunto me recuerda mucho a otro autor. Me refiero a Jack Kirby.
En efecto, el modo en que el panteón griego se nos detalla hace que me venga a la cabeza el Cuarto Mundo de Kirby, con esos Nuevos Dioses que usan una mezcolanza de ciencia y magia que hace imposible diferenciar donde termina una y empieza la otra. O quizá solo una ciencia tan avanzada que, tal y como nos cuenta la Ley de Clarke, resulta indistinguible de la magia. Los dioses olímpicos de Javier Negrete hacen muestra de un abanico de habilidades similar.
Lo que sí conservan estos dioses olímpicos de sus fuentes originales es lo veleidoso de su carácter , con sus caprichos y su amoralidad. Ahí realiza un buen trabajo el autor, consiguiendo describir unas personalidades que de ningún modo podemos considerar positivas -no son los "buenos"- pero sin caer en caricaturas desdibujadas ni en hacer que los personajes resulten tan repelentes para el lector que su suerte le traiga sin cuidado. Y hay excepciones, por supuesto.
Un detalle curioso, varias de las novelas de Negrete -las que contienen estos elementos de mitología e historia antigua- contienen pequeños elementos de lo que en el cine llamarían raccord, referencias que enlazan, aunque de forma muy indirecta, unos libros con otros. Así, por ejemplo, a un objeto descrito en Señores del Olimpo también se le hace mención en Alejandro Magno y las Águilas de Roma.
Un buen libro. Muy entretenido en su lectura, y original tanto por la premisa de su historia y protagonistas como por lo alejado de lo estándar en el género. Este es otro caso en que el premio Minotauro estuvo bien otorgado, en un tiempo anterior a que dicho certámen perdiese mucho de su prestigio, al menos a mis ojos.
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ResponderEliminarEsta la leí en tandem con el Olympo de Simmons y me encantó.
ResponderEliminar¿La de Simmons es la continuación de Ilión, verdad? No la he leído, aunque le tengo el ojo puesto desde hace tiempo. Si tiene la calidad de Hyperion, tendré que leerlo.
EliminarEsta si es una buena segunda parte, aunque al autor se le va muuuuuuucho la pinza con ciertos temas.
ResponderEliminarPor lo menos es más satisfactoria que la segunda parte de Hyperión, que para mi fue un fiasco de proporciones galácticas.
Vaya, pues a mí me gustó La caída de Hyperion. Más convencional y muy inferior a la primera parte -que me pareció extraordinaria-, pero aún así la encuentro una buena novela.
EliminarLo que ya no he leído es lo que le sigue, Endymion, creo que se titula.
Estoy con Franky. Olympo e Ilion están por encima de los cantos de Hyperion. Además se nota que son la misma historia en dos partes. Con Hyperion y La Caida de Hyperion hay un cambio de estilo muy fuerte y, para mi, pierde fuelle. Si me leí Endymion y, sinceramente, muy decepcionante.
EliminarPor otro lado Negrete me parece uno de los mejores autores españoles del momento. Tanto Dioses del Olimpo como Salamina son dos de mis novelas favoritas y, tengo que decir, que inspiradoras en mi manera de entender mi campaña helenística de RQ6.
Pues si tan buenos son, tendré que darles algo más de prioridad. Hyperion me pareció un libro muy bueno, y alguna de las historias de los peregrinos son geniales. La caída de Hyperion es una novela más floja, sí, pero así y todo lo pasé bien con su lectura.
EliminarSalamina y La hija del Nilo son dos más de las novelas de Negrete que llevo pendientes. Es curioso, normalmente la novela histórica me provoca -salvo contadas excepciones- mucho rechazo, pero de un tiempo a esta parte he leído unos cuantos libros del género, gracias a autores como Bernard Cornwell, León Arsenal y el propio Negrete, que me parece destacan mucho sobre un panorama más bien mediocre.
A mí, la que me pegó con fuerza y me hizo pensar mucho en RQ fue Última Roma, de León Arsenal. Muy recomendable.
De Arsenal me leí Mascaras de matar, que me parece muy buena, pero no fácil de leer. Luego me puse con Los malos años, pero fui incapaz de terminarla. No me enganchó, que se le va a hacer.
EliminarEso si Cornwell es un imprescindible. Y mi tridente catacroker se completa con Roberto Graves.
También muy buenos, los libros de Graves, sí.
EliminarYo este libro me lo leí hace ya muchos años (poco después de su publicación, creo recordar) y me gustó bastante, la verdad. Coincido en el análisis, y recuerdo que había modificaciones interesantes al mito original, como el brazo de Zeus, que creo que encajaban bien en esta particular visión de la mitología griega.
ResponderEliminarLa de Olympo, por cierto, es la continuación de Ilión, sí. Para mí son muy buenos libros, aunque algo que tiene Simmons y no me gusta es que es mucho mejor en la presentación y el nudo que en el desenlace; Hyperion me gustó muchísimo más que Endymion, y lo mismo me pasa con Ilión y Olympos.
De Simmons tan sólo he leído Hyperion -Ilión lo llevo pendiente desde hace años- y ahí ocurre justo lo que dices, la primera parte es uno de mis libros favoritos de ciencia ficción, mientras que la segunda, aunque está bien, es más convencional, con un desarrollo muy por debajo del planteamiento inicial.
EliminarA ver si un día me decido y me pongo con Ilión y Olympo, a ver que tal.
Vaya esta reseña no me la esperaba. Ya sabes que en su día era muy aficionado a los libros del señor Negrete y este me lo leí casi de una sentada (leo muy lento, así que paso de pasarme 8 horas leyendo sin parar).
ResponderEliminarHe echado de menos algún comentario sobre el glosario que viene al final del libro, cosa que me pareció rara en una novela, y los comentarios del propio autor sobre las licencias que se toma.
La siguiente reseña la escribes sobre Atlantida y ya terminas de dejarme de piedra.
En realidad, lo de incluir un glosario, o una recopilación de personajes, puede ser bastante frecuente en el género, no me parece que su mención fuese particularmente destacable.
EliminarAtlántida no la he leído todavía, pero sí La espada de fuego, Alejandro Magno y las Águilas de Roma, y Amada de los Dioses. Y un par de los que tiene sobre divulgación histórica, que son muy sencillos pero también de lectura muy amena.