Resulta de lo más
frecuente, entre los escritores dedicados a la fantasía, la
recurrencia continuada a un mismo entorno. No es de extrañar. El
trabajo necesario para detallar de forma coherente e interesante un
mundo ficticio no es pequeño, y repetirlo en cada nueva novela puede
ser demasiado para más de un autor. Cuando un autor logra
desarrollar un mundo que guste tanto a los lectores que estos quieran
saber más del mismo, muy pocos son los que renunciar a seguir
explotando el éxito conseguido en nuevas entregas. Hay escritores de
éxito y prestigio, cuya carrera profesional se ha basado
exclusivamente, o casi, con un único universo de creación propia.
No es, por el momento, el
caso de Brandon Sanderson. Se repite en sus temas, pero no en las
ambientaciones en las que estos se desarrollan. Elantris,
Nacidos de la bruma, La guerra de las tormentas, y el
libro que ocupa esta entrada, El aliento de los dioses, son
historias que se desarrollan todas ellas en mundos distintos. Con
muchos puntos en común, pues la alusión a los mismos temas por los
que Sanderson gusta tratar es contínua, pero en mundos diferentes.
Otro detalle que se ha
convertido en algo casi característico de este autor es la novela
autoconclusiva. En un género como el de la fantasía, en el que
parece que no se puede escribir nada menor a una trilogía, casi
resulta extraño encontrarse con una historia en la que introducción,
nudo y desenlace tengan cabida en un mismo volumen. Que puede tener
setecientas u ochocientas páginas, sí, pero un único libro.
Compárese con la mayoría del panorama editorial, donde la trilogía
está dejando paso a la serie como unidad literaria básica. Con
algunos casos realmente desmedidos, de más de veinte entregas, y
contando.
Aunque quizá con la
guerra de las tormentas Sanderson ha encontrado un mundo que
desarrollar y al que dedicar numerosas novelas, por el momento buena
parte de su producción consiste en libros autoconclusivos, como El
aliento de los dioses. Y en esta novela encontramos los temas
típicos de Sanderson, tejidos dentro de un tapiz de elementos
clásicos del género, que quedan alterados sólo lo suficiente como
para no resultar fácilmente previsible.
Dos reinos, que antaño
fueron uno sólo. El más pequeño y débil, situado en las tierras
altas, es el lugar del que provienen las dos protagonistas de esta
historia. Las dos hijas del rey, educadas en la sociedad seria, casi
puritana, de su reino. La mayor ha sido prometida en matrimonio ya
desde su infancia al Rey Dios, gobernante del otro reino, mayor y más
poderoso, que se asienta en la costa. Es por ello que su educación
ha sido cuidadosa, dando lugar a una persona de carácter grave y muy
responsable de su posición y obligaciones. Su hermana menor, a la
que se ha dejado mucha mayor libertad, es una persona mucho más
independiente y amante de la libertad.
De modo que ninguna de
las dos encuentra muy conveniente la situación cuando los emisarios
del Rey Dios exigen que el acuerdo de matrimonio se cumpla... pero
con la hermana menor. Esta será llevada al que será su nuevo hogar,
con la perspectiva de sufrir una penosa existencia a capricho del
poderoso gobernante. Su hermana mayor, deseosa de rescatar a la
joven, pero también molesta por haber visto como se le arrebataba la
misión para la que se ha estado preparando toda su vida, emprenderá
un viaje con intención de salvar a la futura reina.
La diferencia entre ambos
reinos, con la seriedad y austeridad de la región montañosa
enfrentadas a la alegría y bullicio de la zona costera, tiene mucho
que ver con los poderes sobrenaturales que aparecen en esta historia.
Una serie de habilidades que sigue el esquema típico de Sanderson:
Sencillo, temático, y casi técnico en su forma de ser utilizado.
Apenas se le podría llamar magia de no ser porque, bueno, sirve para
hacer cosas imposibles. En este caso, animar objetos inanimados.
Toda persona tiene la
capacidad de "entregar" su aliento, alma, o como se lo
quiera llamar, a otro. Al hacerlo, renuncia a ciertas cosas, sus
emociones no serán tan pronunciadas, y se vuelve más anodino para
los demás, que a veces ni siquiera reparan en su presencia. Quienes
reciben el aliento, sin embargo, ven como su salud se incrementa, así
como su percepción. Particularmente, la distinción entre colores.
Alguien que tenga muchos
alientos acumulados puede entregarlos a objetos inanimados,
dotándolos temporalmente de vida, y sirviéndose de ellos para
cumplir alguna tarea sencilla. No sólo la cantidad de alientos, sino
también la creatividad de las instrucciones, y el conocimiento del
vocabulario necesario para las mismas, determinará el poder de estos
efectos.
Además de todo esto,
algunas personas, cuando mueren sacrificándose para salvar la vida a
alguien, regresan de la muerte. Lo hacen sin recuerdos de su vida
anterior, y con una transformación. Inhumanante altos y de un
aspecto idealizado. Son adorados como dioses, por debajo sólo del
misterioso Rey Dios. El tercer protagonista de esta novela es uno de
estos. Un hombre que destaca por su falta de interés y actitud
cínica, pero que poco a poco comienza a preguntarse acerca de la
razón de su existencia.
La historia es buena.
Como es habitual en Sanderson, se mueve por terrenos familiares para
el lector habitual de fantasía, pero toma derroteros inesperados.
Juega con lo que parece previsible, y luego lo retuerce de un modo
inteligente. Individualmente, creo que es la novela de este autor que
más me ha gustado. La trama, que al principio parece que va a ser
alguna cursilada, se vuelve de repente muy interesante. Los
personajes están bien hechos, aunque sólo sea para ejemplificar
unos tópicos. Hay pocas escenas de lucha, lo que clasifica a la
novela más como de aventuras que como de acción, lo que me parece
bien. Cuando tiene lugar una de estas luchas, suele ser de una forma
menos espectacular de lo acostumbrado en Sanderson, aunque no faltan
sus momentos "peliculeros". Tampoco falta el tema de la fe,
pero lo hace de un modo que no resulta molesto. El lector no tiene
que temer encontrarse con moralinas proselitistas.
Vale, tengo que acercarme YA a este autor.
ResponderEliminarEl aliento de los dioses o Elantris son buenas opciones para empezar, por ser historias autoconclusivas. Nacidos de la bruma está muy bien, aunque ya es una trilogía, y se pone mucho más énfasis en la acción y el combate. Pero se queda corto comparado con La guerra de las tormentas. Parece que la carga de violencia en sus novelas va creciendo...
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