La Compañía Negra, de Glen Cook

Esta es una serie de fantasía bélica compuesta por nada menos que diez libros, publicados entre 1984 y 2000.  La primera crónica, entrega inicial de la saga, fue también su primera novela. Ha escrito mucho más desde entonces, alternando esta serie con otras historias. Pero La Compañía Negra ha sido su mayor éxito.

En estas novelas se nos cuenta las aventuras y desdichas de un ejército mercenario con una tradición que se remonta a varios siglos, y cuyos orígenes son desconocidos incluso para sus miembros actuales. Bastante tienen sus componentes con intentar mantenerse con vida en un mundo en el que los hechiceros de poderes descomunales abundan, además de otras criaturas igualmente peligrosas.

La serie se estructura en tres partes: Los libros del norte (las tres primeras entregas, La primera crónica, Sombras fluctuantes y La Rosa Blanca), Los libros del sur (partes quinta y sexta, Juegos de sombras y Sueños de acero), y Los libros de Piedra Reluciente (Estación de penurias, Ella es la oscuridad, El agua durmiente y Vida de soldado). El cuarto libro de la saga, El clavo de plata, es de lectura independiente, una especie de spin-off de la saga central.

Los libros del norte nos presentan a la compañía y su trabajo en el imperio de la Dama, una poderosa hechicera, que gobierna en solitario donde antaño fuera consorte de el Dominador, uno de los peores tiranos conocidos. Hay una rebelión contra el gobierno despótico de la emperatriz, y ésta contrata a los mercenarios para reforzar su propio ejército. No tardará mucho en comenzar los problemas entre estos y algunos de los Tomados, antiguos sirvientes de confianza del Dominador, quien les imbuyó de grandes capacidades sobrenaturales.

Los libros del sur comienzan con la intención de la compañía de regresar a su lugar de origen, una tierra legendaria para los actuales miembros, que son muchas generaciones posteriores a la formación de la fuerza militar. A través de los anales que portan consigo, en el que se toma registro de todo lo que acontece a los mercenarios, comienzan a desandar el largo camino recorrido, y emprenden el regreso a su tierra, encontrando pistas a medida que avanzan, datos sobre el origen de sus tradiciones y la razón de su partida.

Los libros de Piedra Reluciente siguen una trama que se complica por momentos, con una multitud de facciones aliadas y enemigas de los mercenarios. Viejos enemigos que vienen arrastrando desde hace tiempo y distancia (y también libros), así como otros nuevos.

El clavo de plata es, como decía más arriba, de lectura independiente. Una historia sobre algunos exmiembros de la Compañía Negra, y lo que les ocurre cuando separan sus caminos del ejército mercenario.

El texto está escrito siempre en tercera persona. En realidad, el relato que leemos es el de los propios anales de la compañía, a medida que el cronista de la misma se va encargando de dejar por escrito los nuevos acontecimientos. El primer encargado de ello es Matasanos, el curandero de la tropa. A través de sus observaciones descubrimos a gente como Un Ojo y Goblin, los dos hechiceros que forman parte del ejército, el Viejo, capitán de la compañía en el momento de darse inicio La primera crónica, o Cuervo, un desconocido recién incorporado a la tropa, que tiene todos los rasgos de ser un tipo muy peligroso.

La mayoría de los nombres son similares. Motes, pues el nombre y pasado de cada miembro es cosa suya. Además, los nombres verdaderos otorgan mucho poder sobre uno a los hechiceros que lo conocen, razón por la que cualquier que quiera ser prudente en estas cosas se cuide mucho de revelar su verdadera identidad.

El autor apenas hace concesiones al lector para explicar situaciones y personajes. La historia comienza sobre la marcha, y es cosa de quien lo lea el mantenerse atento a los detalles e información que se presenta. Al principio puede ser un tanto confuso, y es fácil perderse con los nombres y circunstancias que se describen como si ya tuviésemos conociemiento de ello. Pero en realidad no se tarda mucho tiempo en ir tomando el pulso a la serie, y ganar familiaridad con los eventos.

Eso sí, es recomendable leer los libros sin grandes pausas entre unos y otros. La serie tardó varios años en ser publicada por completo por La Factoría, y a cada nueva entrega me ocurría lo mismo. Pasaba los primeros capítulos tratando de recordar quién era quién y qué era lo que estaba ocurriendo. Creo que la lectura se disfrutaría más si no se deja pasar mucho tiempo entre un libro y el siguiente. Algo más recientemente, La Factoría publicó un omnibus que incluía, creo recordar, los primeros cuatro libros. Me parece un formato mucho más adecuado para adentrarse en esta saga.

Por cierto, tanto el asunto de los nombres como el de el estilo empleado, es algo que Steve Erikson  imitó en su serie Malaz, confesando abiertamente la influencia inicial que para su propia serie tuvieron las novelas de Cook. Aunque Erikson lo lleva mucho más lejos, barroquizando en extremo la lectura.

Buena parte de la segunda entrega, Sombras fluctuantes, se ocupa en contar la historia de un personaje que apenas tiene nada que ver con la Compañía Negra, y a quien la trama central le afectará sólo de forma puntual. Sin embargo, los capítulos dedicados a Chozo de Castaños (así se llama el tipo), son de lo mejor de la serie, en mi opinión. Un posadero que por lealtad a sus amigos se mete en un lío con la mafia local de su ciudad, y que como única solución solo encuentra la huida hacia delante. La suya es una historia muy buena, tanto que más tarde el propio Cook haría uso de relatos similares en algunas otras novelas de la serie. Pero la de Chozo de Castaños es la mejor.

El tono de estos libros es fatalista, el estilo resulta casi coloquial. La mayoría de personajes son gente que ha visto demasiado como para poder sentir ilusiones, o emocionarse por alguna causa. Son soldados profesionales, eso sí. Muy buenos desempeñando su oficio, pero que en cuento se les deja un tiempo acuartelados en alguna zona tranquila, no tardarán nada en comenzar los tejemanejes y trapicheos de algunos (particularmente los hechiceros), siempre con la vista puesta en hacer algo de beneficio extra. Y cuando llega el momento de combatir, no hay mucho heroismo desplegado. Más bien esa misma profesionalidad bien aplicada. Lo que no significa que no hay momentos realmente épicos en las novelas.

Quizá Los libros del norte forman la lectura más sencilla y comprensible de una serie que va ganando en complejidad a medida que avanza. Personalmente me parecen los mejores, pero en realidad me gustaron todos. No me entusiasmaron, y el estilo en el que están escritas puede echar hacia atrás en algún momento. Pero en su conjunto, me pareció que el tiempo invertido en leer La Compañía Negra, ni mucho menos fue tiempo perdido.