Hace más de dos años que llevo abandonada esta serie de entradas dedicada a repasar los números de la revista Líder, y por extensión, a aquellos años en los que esta afición todavía era algo más o menos reciente para la mayoría de los que jugábamos entonces. Creo que ha llegado el momento de cubrir al menos unas cuantas entregas más.
Este número de Líder era de los que servía para recordar que los lectores de la revista no sólo eran jugadores de rol, sino también aficionados a los wargames, y que precisamente en ese campo es donde estribaban las raíces de la revista. Así que la mayor parte de las páginas estarían dedicadas a este tipo de juegos, aunque la sección rolera -después de todo, Joc Internacional se dedicaba a eso- no quedaría en absoluto desatendida.
El Comunikado -el editorial- de esta ocasión iba sobre algo que los aficionados de Barcelona debieron lamentar no poco, el cierre de la Casa del Mig, centre d´iniciatives i recursos per al joc, que por lo que se podía leer en este y en otros números en los que se mencionaba dicho centro, era algo que no parece haberse repetido desde entonces, unas instalaciones públicas para el disfrute de todo tipo de juegos, incluidos los de rol. El Ayuntamiento de Barcelona afirmaba no disponer de fondos para mantener el centro, y aunque se había hablado de tratar de conseguir alguna subvención de la UE, aquello nunca llegó a cristalizar. El tono del Comunikado refleja el estado de cabreo que debía llevar más de uno después del cierre de la Casa del Mig.
¿Cuál era El estado de la afición en aquel momento? Líder era receptora de los entusiastas anuncios de muchos aficionados que se dedicaban a unirse en la fundación de varios clubes de rol. La mayoría eran flor de un día, y duraban lo que el entusiasmo inicial de sus miembros. Otros perduraron durante años. Algunos incluso siguen en activo hoy día.
Los mencionados en este número fueron JRSIC (Juegos de Rol y Simulación Instituto Cervantes) en Madrid, Vae Victis en Segovia (que publicaron el fanzine Camelot), El Señor de las Pulseras, Yo y cinco más y La Germandat de l´Anell en Valencia, Los Molineros de Anguiano (localidad de La Rioja), Asociación Defensora del Troll en Reus, Partidas en el bar, de Valladolid, Dragom (sic) en Jerez, de Jerez de la Frontera, El Segundo Hogar, en Sevilla, Joc & Rol Klub de Llucmajor, El Concilio Blanco II y Drac Dracorum en Cádiz, Atlantis en Colmenar Viejo, Chaos Lords de Albacete, Club Armageddon en Benicàssim, KritiK club de rol en Barcelona (todavía sigue activo, una de las asociaciones veteranas), y Asociación de Clubs de Rol en Mataró.
Y en cuanto a las novedades editoriales del momento, y de las que se hacía eco en la revista, se puede destacar el anuncio de las novelas de Dangerous Journeys que iba a publicar Timun Mas, esto en un momento anterior al pleito entre TSR y Gary Gygax, y la cancelación del juego. Mención a Tales of the Reaching Moon, al parecer David Hall había enviado una carta a la redacción de Líder para proclamar la existencia de esta publicación tan bien considerada entre los aficionados a RuneQuest y Glorantha, y que fue el germen de Moon Design.
Hablando de Glorantha, Avalon Hill publicaba en estas fechas Sun County y River of Cradles, de lo mejor que se haya publicado para esta ambientación. Joc publicaba en España Caballeros Aventureros para Pendragón, además de varias novedades para Merp.
Albert Monteys ponía punto final a su saga El Retorno de Pthulhu, para regresar más adelante con las historias de El Tío Trasgo.
Firmado por "Sargento Rejones" (probablemente Eduard García, Ricard Ibañez o alguno de los otros redactores que aparecían mucho por la revista, que usaban estos seudónimos para evitar que el mismo nombre se repitiese en cada sección), teníamos el artículo Pegando unos tiros, sobre el paintball, pues los primeros eventos de este tipo comenzaban a aparecer por aquel entonces en España, así como algunas asociaciones dedicadas a organizarlos.
El Ranking del momento ponía como juegos más votados a los previsibles AD&D, Star Wars, Merp, y La Llamada de Cthulhu. RQ quedaba en el noveno puesto. En La Biblioteca de Ankh-Morpork Alejo Cuervo se dedicaba a recomendar 334, de Thomas M. Disch, novela que parece le impresionó profundamente, Drácula, que la película de Coppola había puesto de moda, y Nuestra Señora de las Tinieblas, de Fritz Leiber -fallecido poco tiempo antes- obra maestra del género de terror.
Jornadas y demás eventos era el tema que ocupaba en este número El Consultorio del Orco Francis. Algunos consejos sobre la preparación de estas actividades, así como sugerencias para que los participantes se animen a probar juegos nuevos, diferentes a los que utilicen habitualmente en sus partidas.
La sección Silencio, se juega Pedro Arnal Puente escribe sobre Air Power, un wargame sobre combates aéreos modernos. Además de algunas explicaciones sobre el juego, se incluía un par de escenarios para el mismo. Y Francisco Navarro escribía sobre otro wargame, pero en este caso uno para ordenador. En Tablero de Cristal se reseñaba el videojuego V for Victory.
De nuevo Pedro Arnal Puente, con su reseña sobre la cuarta edición de Warhammer Fantasy Battles, que a no mucho tardar sería publicado en castellano, cuando Games Workshop organizase su rama española.
La reseña de Warhammer sirve casi como introducción al Dossier de este número, dedicado a las miniaturas, bajo el título Pintar y coleccionar figuras de plomo. El texto introductorio de Eduard García, Ineludiblemente atractivas, dejaba paso a los tres artículos del dossier. El primero, Colores de Guerra, es una pequeña guía sobre el pintado y preparación de las miniaturas. Figuras de plomo y rol, también de Eduard García, hace comentario de algunas marcas que comercializaban líneas de miniaturas para su uso en partidas de rol. Y para terminar, Figuras en Guerra, de "Molten Lead" (otro seudónimo, yo apuesto por el mismo Eduard García), dedicado a las miniaturas utilizadas en wargames históricos.
Y llegamos ya a la parte de los juegos de rol. En La Voz de su Master, "Sir Miles Messervry" firma un artículo sobre cómo plantear las aventuras de James Bond 007 en un mundo posterior a la Guerra Fría. Tras esto, Ricard Ibañez inauguraba una nueva sección, Primera Fila, en la que tendrían que pasar las adaptaciones roleras de diversas películas -creo recordar que no hubo muchas más entregas de la serie después de esta-, empezando por Acción Mutante. Ramón Yarritu y sus seguidores en términos de juego, nada menos que para Traveller.
En cuanto a los Módulos, en este número se publicaba la primera parte de un escenario muy extenso, El último sueño de Érael, de Juan Lillo, para Stormbringer. La segunda parte saldría en el número siguiente, y no mucho después de eso, pude dirigir el escenario completo (para RuneQuest, como todo lo que pillaba de Stormbringer) en una sesión maratoniana. El escenario trata sobre el descubrimiento de una enorme caverna subterránea (de varios kilómetros) con su propio ecosistema, y la subsiguiente exploración. Todo ello junto con algunos PNJ más bien interesados en el asunto, y en ciertos tesoros a encontrar en el lugar.
Después, David Revetllat i Barba presentaba Resurrección, para Star Wars. Escenario de trama sencilla, aunque mortífero para los PJ -bueno, relativamente, en Star Wars no era fácil matar a un PJ-, con estrella invitada incluida. El último de los módulos incluidos en este número era Némesis, para Oráculo. Escrito por Ricard Ibañez, un escenario de investigación bastante sencillo, que tenía como propósito ser un prólogo a las aventuras de un grupo de PJ de este juego de infame reputación.
Y hasta aquí el número treinta y cuatro de la revista Líder. Si alguien está interesado en echarle un vistazo por sí mismo, puede descargar un pdf desde Sinergia del Juego de rol, aquí.
Se echaban de menos estas miraditas por el portal del tiempo rolero.
ResponderEliminarGracias. Ahora, a ver si puedo hacer unas cuantas en las próximas semanas, que apenas voy por la mitad de la numeración de la revista.
EliminarAy, las viejas Líder, qué de recuerdos...
ResponderEliminar"El Último Sueño de Erael" me encantaba como módulo. Mi única pega era el final, porque los tesoros de la ciudad perdida me parecían un poco decepcionantes. O al menos, así es como lo recuerdo.
Sí, yo tuve una impresión similar. La parte realmente buena era la descripción de la caverna, casi un minisandbox.
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