Hay algunas novelas que son pura aventura, con mayúsculas, y El Bastón Rúnico es una de esas.
El volumen que Martínez Roca publicó en 1989 -y el que yo he podido leer- contenía las cuatro partes que conformaban esta serie -que fueron publicados originalmente entre 1967 y 1969-, y que son La Joya en la Frente, El Amuleto del Dios Loco, La Espada del Amanecer y El Bastón Rúnico. Más reciente es la edición de Edhasa, que empezó a publicar hace no mucho las novelas por separado, aunque ignoro si ha llegado a completar la tetralogía.
Estas novelas cuentan la historia de la guerra entre Dorian Hawkmoon, duque de Colonia, junto a sus aliados, y el cruel y ávido de conquista imperio de Granbretán. La historia transcurre en una tierra muy distante en el futuro, largo tiempo después de los funestos acontecimientos del llamado Milenio Trágico. Quedan restos, pequeños vestigios, de lo que en algún momento fueron las naciones europeas, como los nombres, pero se trata principalmente de un mundo de magia y fantasía. Y tecnología estilo Kirby, de esa que no sabemos si funciona por medios mágicos o por alguna extraña ciencia. Fantasía en toda su expresión.
El imperio de Granbretán avanza imparable por toda Europa al paso de sus ejércitos, formados por las órdenes de animales, guerreros acorazados cubiertos por máscaras de rasgos bestiales. Sólo una región parece resistirse a sus esfuerzos iniciales de conquista, la Camarga. Gobernada por el afamado Conde Brass, esta pequeña región del sur de Francia dispone de recursos suficientes para mantener a raya a un ejército invasor durante largo tiempo. Y donde la fuerza de las armas no resulta efectiva, los señores de Granbretán orquestan intrigas y traiciones. Para ello tienen intención de valerse del recientemente capturado duque de Colonia, que lideró una resistencia armada contra sus tropas que casi tiene éxito. Al prisionero, Dorian Hawkmoon, se le encomendará cierta misión en la Camarga, so pena de perder mucho más que su alma si no se adhiere a los planes del rey emperador Huon, señor de Granbretán, y del Barón Meliadus, líder de los ejércitos imperiales.
Así nos metemos en una novela en la que el ritmo no se detiene en ningún momento. Moorcock siempre es vertiginoso en sus historias, las cosas pasan muy rápido, los eventos se suceden uno tras otro a un ritmo frenético. En algunas de sus novelas esto acaba yendo en detrimento de la historia, pero en el caso de El Bastón Rúnico, esta celeridad, el modo en que todo se desarrolla, se lleva a cabo de un modo que encuentro extraordinario, y que me recuerda mucho a las mejores novelas de aventuras de folletín.
Eso a pesar de sus defectos, que los tiene. Moorcock no se cortó un pelo a la hora de introducir, cuando lo consideró necesario, ese Deus Ex Machina andante que es el Caballero de Negro y Oro, siempre apareciendo en el momento justo con la ayuda y la información necesarias. Ni a recurrir a ese rasgo, también tan propio de la novela de folletín, que es el uso y abuso de las grandes coincidencias. Por mucho que ponga en boca de algún personaje eso de que todo ocurre de esta forma porque ese es el "esquema de las cosas".
Y también a pesar de su protagonista. Hawkmoon siempre me ha parecido el más soso de los héroes de este autor, sobre todo comparándole con las otras encarnaciones del Campeón Eterno. Tanto Erekose como Corum son mucho más interesantes, así que ni hablar de Elric, que ha devenido en uno de los grandes iconos de la fantasía.
En cambio, el escenario en el que ocurren las aventuras de Hawkmoon, esa Europa post-Milenio Trágico, me parecen de lo mejor que ha ideado el autor británico, y compensan de sobra todo lo anterior. Eso sin tener en cuenta la viveza de los relatos, rebosantes de imaginación y peripecias.
Además, si bien el protagonista resulta un tanto anodino por lo manido -es un héroe prototípico-, no ocurre así con los secundarios, entre los que hay algunos muy notables. Mi preferido, con mucho, es Huillam D´Averc, muchísimo más interesante que Hawkmoon. Pero hay otros más que resultan muy entretenidos: el imponente Conde Brass, Oladhan, el gigante búlgaro de menos de metro y medio, el malvado Barón Meliadus, a quien su odio por el Conde Brass y sobre todo por Hawkmoon le lleva a jurar por el Bastón Rúnico, poniendo en marcha así los mecanismos del destino...
Leí por primera vez El Bastón Rúnico con unos veinte años, y me impresionó profundamente. Lo he estado releyendo no hace mucho, y puedo confirmar que dos décadas después, me sigue pareciendo una de las mejores novelas de aventuras de fantasía que he leído nunca. Así que espero podáis disculpar mi entusiasmo.
Huillam D'Averc es el personaje favorito de todos, por lo que parece... En Gigamesh tienen la vieja edición de MR de Las Crónicas del Castillo de Brass, cada vez que lo veo me planteo si comprarlo o no, Moorcock era mi escritor favorito de joven, pero ahora ya le veo más esos defectos de los que habla... Aunque bien que me fastidio que no pudiera venir a Avilés este año!
ResponderEliminarLas Crónicas del Castillo de Brass están bien, pero lleva un tono y un estilo más del tipo cósmico, más metido en el tema del Campeón Eterno. Me gustó bastante menos que El Bastón Rúnico.
EliminarLa escritura de Moorcock tiene sus defectos, por lo que tengo entendido, la mayoría de sus novelas en los sesenta fueron escritas a un ritmo vertiginoso, terminándolas en muy poco tiempo. Lo bueno es que a menudo -no siempre- sus virtudes superan ampliamente estos defectos.
Y sí que fue una lástima que no pudiese venir. Más de uno nos quedamos con las ganas.
Yo una vez le leía al propio Moorcock que a él le gustaba y se esforzaba en escribir una novela (posiblemente más bien un relato) en un fin de semana (puede que con puente incluido :). Lo hacía para preservar la frescura del relato y alguna cosa más. Bueno, a él le gustará así pero tiene sus perjuicios.
EliminarNo me extraña, se nota que fueron escritas con mucha rapidez, sin muchos pasos intermedios entre el primer borrador y el resultado final.
EliminarEn su momento First publicó la versión en cómic de estas historias con guiones de Gerry Conway y dibujos de Rafael Kayanan. Yo leí esta versión antes de la novela y la verdad es que era una traslación bastante fiel.
ResponderEliminarRecuerdo aquella adaptación, que estaba muy bien, igual que las de Corum y Elric. Ésta última, por cierto, la están reeditando ahora en forma de tomos.
EliminarLo sé, pero Craig Rusell nunca me ha terminado de gustar. Tengo las colecciones de Corum y Hawkmoon de Tebeos SA aún por casa, pero me resistí a la de Elric.
EliminarAparte de eso, el tipo de papel satinado en el que se están publicado estas colecciones a día de hoy no me gusta nada. No están pensadas para el tipo de color que se daba en aquellos tiempos y se me hace muy raro.
Coincido en lo del papel, que ha veces resulta extraño el efecto que causa al color. No en lo de Craig Rusell, sin embargo, que es uno de los primeros artistas que me vendrían a la cabeza si tengo que pensar en gente capaz de hacer un cómic de fantasía bien hecho, que no parezca uno de superhéroes. Su adaptación de El Anillo de los Nibelungos, por ejemplo, me parece extraordinaria.
EliminarMignola sería otro de los primeros en quienes pensaría. Así que los primeros números de Corum también me gustaron mucho.
Rusell para el anillo del Nibelungo sí que me encajaba más, igual que me encaja Mignola para Corum (pese a que es otro autor al que tampoco tengo en demasiada estima).
EliminarPero para Elric no veo a Rusell. Me habría encantado ver que podrían haber hecho Barry Smith o Berni Wrightson.
Otras dos buenas opciones también, esos dos. Seguro que cualquiera de ellos habrían hecho algo muy bueno.
EliminarComo Javier también descubrí a Moorcok a partir de los comics, y el comic que yo tenía era el Bastón, me encantaba; pero solo tuve los 4 primeros comics (grapa) hasta hace unos años.
EliminarKayanan en su día era el dibujante que más me gustaba de estas adaptaciones, aunque ahora creo que el mejor fue Russell, pero al principio es demasiado extraño; está tan alejado de Buscema o Smith.
Mignola creo que no está muy orgulloso de su trabajo en esta época, me parece que suele salvar a la pareja de Espada y Brujería, perdón a La Pareja (el ratonero y su compañero nórdico de difícil escritura). Pero creo que tiene algunas portadas muy bonitas con Corum.
Fafhrd, creo que se escribe.
EliminarEste es uno de los primeros libros de fantasía que leí. Fue la edición de El Circula de Lectores, todo en un solo tomo. Por aquel entonces no conocía prácticamente nada ni del autor ni del género y me impresionó bastante. Poco después empecé con Dragonalce, y aunque me gustaba si recuerdo que me resultaba algo "moñas" en comparación con la crudeza de este libro.
ResponderEliminarEs que no hay comparación entre ambos. No sólo Moorcock tiene mejor prosa y mucha más imaginación, sino que sus temas resultaban más interesantes. Por ejemplo, su descripción del imperio de Granbretán es una forma poco disimulada de describir a los nostálgicos del imperio británico que todavía resultaban muy numerosos en los sesenta, y por quienes no sentía mucha simpatía, precisamente.
EliminarPor su parte Weis y Hickman lo que hicieron en la Dragonlance fue meter cosas de la religión mormona.
Enormerrima saga, no tengo más que decir...
ResponderEliminarEs que en verdad no hace falta decir más ;).
EliminarYo me leí el Bastón Rúnico en un tocho que me dejó un primo mío, con los cuatro libros en uno. No sé si será alguna de las ediciones que habéis comentado.
ResponderEliminarCon Moorcock me pasa una cosa, que su estilo me resulta "apresurado", en el sentido de que pasan muchísimas cosas en muy poco tiempo, pega saltos de un sitio a otro, se carga mundos y personajes de un capítulo a otro, etc. Soy más de la reposada prosa tolkieniana ;).
Pero es muy cierto que su imaginación es desbordante, y que los mundos y conceptos que plantea molan. En este caso concreto, me encantaban los nombres, como Granbretán o Asiacomunista :D. Y el concepto de los ejércitos de Granbretán, con sus máscaras, y el emperador inmortal... buff, es material 100% adaptable a una campaña rolera :D.
En el caso de Moorcock, me quedo con la saga de Elric, aunque sólo sea porque, efectivamente, el emperador albino es un personaje mucho más complejo e interesante que Hawkmoon.
Probablemente fue la edición de Martínez Roca, que incluía los cuatro libros. Creo que había otra de Círculo de Lectores, pero esa no he llegado a verla.
EliminarY Moorcock es exactamente como comentas. En sus historias en ocasiones parece que todo el mundo vaya puesto de speed, por lo rápido que se va sucediendo todo. Sin embargo, de algún modo extraño, adoptar este estilo en El Bastón Rúnico no me parece mal. Es como si, en cuanto una situación agotase sus opciones para la aventura, de inmediato pasase a otra nueva. Sumado a lo imaginativo del mundo en el que ocurre todo el resultado me parece de lo mejor que ha escrito.
Yo también me quedo con Elric en cuanto a personaje, mucho mejor que cualquiera de los otros. Pero como saga, prefiero El Bastón Rúnico.
Por cierto, tanto Chaosium como Mongoose publicaron adaptaciones roleras del mundo de Hawkmoon :).
Es fácil saber que edición leyó Carlos. Llevo años molesto con lo que me sucedió al perder el libro de MR; y acabar comprando la edición de Círculo de Lectores de segunda mano.
EliminarSi la portada es horriblemente fea, casi al nivel de los dibujos del RQb!! es la de Círculo. Vale, exagero un poco, pero solo un poco, es que a mi me encantaba la de MR y ahora tengo la horrible, fea, de mal gusto, portada de Círculo de lectores.
Por cierto, me han entrado muchas ganas de volver a leer la saga. Una de las pocas que no he releído. Y mi favorita respecto a Moorcock. Vale, tiene peor protagonista, pero su historia me gusta más... Y yo no recomendaría la continuación, para nada.
Resulta que Círculo de Lectores tiene dos portadas, feas, pero la mía es la más fea!! Buscar en google si queréis ver un esperpento de portada, casi a la altura de una de Malaz italiana que eso es insuperable ("La Dimora Fantasma" donde ocultan el uso de un dibujo creo que de Elmore de la Dragonlance con algo indescriptible, pero a los esqueletos se los reconoce).
O para ponerlo un poco más fácil, si la portada es la que se ve un poco más arriba, al principio de la entrada, es que era la de Martínez Roca.
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