Para el día fuerte de las jornadas llegamos pronto, con intención de poder entrar en nuestra primera opción de partidas. Pero yo al menos ni por esas, como enseguida comprobaré. Mientras tanto, me quedo sorprendido por lo agradable del clima en el día de hoy, mucho más clemente incluso que ayer. Hasta refresca algo por la mañana.
Se abren las puertas y entramos en tropel. La cola que aguardaba en la puerta principal se traslada al mostrador en el que se realizan las inscripciones. No hay demasiada gente delante mío, pero sí la suficiente. Ah, maldita sea, la partida de Walhalla está cerrada. Parece que este año me quedo sin poder jugar Los esponsales rojos, la partida que traían para la ocasión. Pero no hay mal que por bien no venga, así que entro en la partida de Far West.
Que resulta ser bastante divertida. La historia arrastra a nuestros personajes, militares del quinto de caballería destacados en Fort Inspiration, Arizona, en pos de la búsqueda de unos incursores, unos traficantes de armas y unos secuestradores. Puede que todo ello a la vez, no me quedó claro al final, porque fue evidente que dejamos unos cuantos cabos sueltos. Pero resolvimos lo más importante, y no sin gran derramamiento de sangre. Más bien ajena que propia, pero de esa también. Y no voy a negar que la buena suerte que tuve con los dados a la hora de resolver los desafíos a los que se enfrentó mi PJ, Bisonte Rojo -no recuerdo su nombre navajo- también colaboró a la hora de disfrutar la partida.
Terminado el turno de mañana, pausa para comer. La cola para entrar en el mercadillo se ha convertido en algo de tamaño gargantuesco y veloz como un caracol. Una sola mirada basta para disuadirme, hoy no veré lo que ofrece el mercadillo, no me apetece pasarme hora y media esperando para ver lo que queda.
Salimos a comer, a la misma terraza en la que cenamos el día anterior. Se ha juntado un grupo muy numeroso, y pronto se me hace evidente que si me quedo aquí, será imposible buscar plazas en las partidas con un mínimo de garantías de entrar en las primeras opciones. Se lo comento a un par de amigos y decidimos que un bocadillo y un refresco, en el propio pabellón deportivo, nos bastará. Más tarde, cuando hablemos con los que se quedaron allí para comer, nos confirmarán que nuestra decisión fue de lo más acertada.
Turno de tarde. La cola para inscribirse en las partidas se encuentra con la del mercadillo, partiendo de puntos opuestos, con el resultado de que ahora es una hidra bicéfala o algo así. Pero yo he llegado pronto para la ocasión, así que encuentro plaza para Expedición a la Tierra hueca. Me ha dado el impulso de probar algún juego nuevo, uno que no conozca. Y la experiencia en absoluto resulta decepcionante: El sistema en sí del juego me deja un poco frío -no soy precisamente partidario de las reservas de dados-, pero la premisa de la partida me gustó mucho. El desarrollo tampoco estuvo nada mal, con mucha acción y toques de humor, del modo en que los autores de este juego conciben el pulp (que originalmente es más un formato que un género, pero con los años el término ha acabado siendo usado para denominar un estilo muy concreto de aventuras), y una historia que sería un punto de partida genial para una campaña.
Tras la partida, me reúno con otros aficionados. Observo como concluye la partida de Savage Worlds que se está jugando de forma "extraoficial" con los jugadores sentados sobre el césped. El director de juego es magnífico, esa es la impresión que tengo, y los jugadores participantes con los que hablo después me reafirman la opinión. Espero tener oportunidad de jugar en alguna ocasión con él. De los mejores que he visto.
Un rato charlando con unos y otros, hasta que básicamente los camisetas naranjas nos tienen que ir echando del pabellón, que ha llegado la hora de cierre. Algunos nos vamos a cenar en grupo, con la comida aderezada con los típicos comentarios que me recuerdan a la "Colina del Troleo" de Alcorcón.
Y ya de vuelta, decido robar un rato de sueño para escribir esta entrada. Mañana tendré más que un poco de sueño, pero eso no me va a impedir intentar jugar una o dos partidas más. Y quizá, si la aglomeración no es tan disuasoria como lo ha sido hoy, echar un último vistazo al mercadillo.
Yo jugué a Far West en las jornadas de Cofradía del Dragón (espero no haberme equivocado) y estuvo muy muy bien, así que lo recomiendo a todos los que tengan la oportunidad. También tuve mucha suerte, creo que 2 de 3 disparos fueron críticos y 2 de 3 fueron a la cabeza. No disparé más XD.
ResponderEliminarPor otro lado, me uno a la petición de +Ruben Navarro dirija en las LES y a ser posible en castellano XD. Siempre es un placer conversar con él y compartir mesa.
A ver si el próximo año cae esa partida gloranthana de la que se estuvo hablando.
EliminarCon testeo de sistema mestizo-frankesteiniano... promnetido!
EliminarAhora, además de expectación, siento curiosidad por ese sistema ;).
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