Decimosegunda -decimotercera, de contar El legado perdido- entrega de la línea Clásicos de la Marca, colección ya nutrida de escenarios para Aventuras en la Marca del Este, Leyendas de la Marca del Este, o cualquier otro juego estilo OSR o similar con el que se le antoje a uno dirigir estas aventuras. Yo mismo he puesto ya en práctica alguna de ellas haciendo uso de Mythras y su suplemento Classic Fantasy.
Escrito por Pedro Gil, Un paseo por el campo no es una aventura, sino una guía regional, a pequeña escala, de un rincón de la Marca del Este. Se trata de la villa de Nidaros y el territorio aledaño, uno de esos pueblos alejados de los grandes centros de población en los que resulta habitual que crezcan Elegidos destinados a salvar el mundo, o al menos un grupo de amigos que comiencen por allí cerca sus primeras andaduras como aventureros profesionales. Así, a modo de gazetteer o sandbox, Nidaros y muchas localizaciones más o menos próximas serán descritas en el texto, con sus correspondientes ganchos de aventura. Es un tipo de propuesta que no había aparecido anteriormente en la línea, y que ha merecido por ello la inclusión de una nueva letra en el particular código de estos escenarios. En concreto, Un paseo por el campo es el G1. G por gazetteer.
La idea es ofrecer un contenido que no esté por completo desarrollado, dejando a cada director de juego la labor y la satisfacción de rellenar los huecos de la manera que consideren más apropiada. La parte más tediosa ya nos viene preparada, sólo resta vestir los dungeons ofrecidos, y organizar ganchos para involucrar a los personajes. Que por cierto, aunque probablemente se espere que sean de nivel bastante bajo -tanto como uno-, como en realidad será el director de juego quien deba poblar de peligros muchos de los dungeons, será posible jugar en Nidaros con PJ de nivel algo más alto.
Forma
En extensión y valores de producción, Un paseo por el campo es exactamente igual a El castillo prohibido de la reina de sangre. Las treinta y seis páginas del módulo, grapadas y en blanco y negro, van separadas de la cubierta. La cubierta en sí forma un tríptico con sus tres cuerpos, siendo el tercero una solapa interior sobre la que se reproduce el mapa de la Marca del Este que aparecía ya en el Gazetteer. Por la parte interior, el tríptico contiene mapas a color y muy detallados, obra de Guillaume Tavernieri. La ilustración de portada, por su parte, es obra de José Antonio González.
El libreto en sí cuenta con varias ilustraciones, tanto de William McAusland como de The Forge. A primera vista, parece que algunas de estas ilustraciones, que muestran panorámicas de algunas localizaciones, están reutilizadas del Gazetteer, pero en realidad no es así. Aunque la mezcla de imágenes que muestran individuos, mezcladas con las que muestran geografía hacen más vistoso a este módulo que lo que fue el Gazetteer.
En cuanto a la maquetación, es la habitual de la línea, con sus dos columnas, ocasionales cuadros de texto sombreados en gris, y poco más. Sencilla, funcional.
La cartografía es cosa en su mayor parte de Guillaume Tavernier, con algún que otro mapa de Dyson Logos. Y mención aparte requiere el mapa de toda la zona, presentado en un A3 en separata, que Santi Pastor preparó para la ocasión. Espectacular, de seguro presidirá más de una mesa, con los jugadores a su alrededor decidiendo hacia dónde encaminar los pasos de sus personajes.
Contenido
Se podría dividir Un paseo por el campo en tres bloques principales. El primero -después de los créditos, tabla de contenidos y una breve introducción- es con mucho el más extenso. Se trata, por supuesto, del gazetteer en sí. Con el mapa a la vista, podemos situar cada una de las localizaciones que se nos van describiendo, comenzando desde la propia Nidaros, situada en el centro, y moviéndonos en anillos concéntricos cada vez más alejados de la localidad. Todo ello con una prosa cargada de vocabulario un tanto arcaico del que tanto gusta el autor en sus textos y que le da a la lectura un cierto atractivo, como reminiscencias de antiguas novelas de fantasía.
Aunque muchas de estas localizaciones ya incluyen su propio mapa, describir el interior ya es cosa de cada cuál, en función de lo que prefiera incluir. Muchas de las localizaciones incluyen unas notas del diseñador con sugerencias sobre lo que se puede introducir en el lugar, o los ganchos que podrían situarse allí.
La segunda parte del módulo consiste en notas y ayudas para dar vidilla a los desplazamientos por la región. Unos cuantos encuentros muy específicos, que pueden no ser más que la descripción de un hito geográfico destacable, o puede ser algo mucho más importante. Hay unas cuantas tablas para determinar condiciones climáticas y encuentros, y algo de este contenido ha sido extraído, por virtud de la OGL, de Hexplora, el manual de campañas sandbox de Jordi Morera. Finalmente, hay unos cuantos perfiles con términos de juego para los bichos que aparecen en la tabla de encuentros.
El bloque final está compuesto por los Apéndices, que son tres. Uno para describir cuatro PJ pregenerados oriundos o asentados desde hace ya tiempo en Nidaros -cosa curiosa, aparecen sus trasfondos e ilustraciones, pero no sus términos de juego-. Otro, ya habitual en la línea desde hace varias entregas, con las notas de adaptación de Aventuras en la Marca del Este a Leyendas de la Marca del Este. Y el último apéndice contiene los mapas tipo dungeon de las localizaciones que lo incluyen, y que son bastantes.
Texto de la OGL. Y ya.
Algunos comentarios
En las entradas del blog Aventuras en la Marca del Este, y últimamente en su canal de videos, en más de una ocasión hemos podido leer o escuchar a Pedro Gil comentar que a él, y parece que en general a los Aventureros de la Marca, lo que les gusta en las partidas es explorar. Descubrir nuevas localizaciones en una geografía llena de fantasía. Y luego saquearlas y tal, vale, pero lo importante es el descubrimiento y la exploración. Pues bien, Un paseo por el campo se adhiere plenamente a esas inclinaciones. Tanto por lo que incluye como por lo que no.
Este pequeño gazetteer incluye multitud de nuevas localizaciones, que pueden mantener ocupado a un grupo de aventureros durante muchas sesiones de juego, mientras se mueven de una a otra, y las repasan de arriba a abajo, luchando, o huyendo de los bichos con los que se topen mientras tratan de arramblar con todo el tesoro que puedan. Y en ese sentido, aunque está claro que el director de juego va a tener que poner trabajo de su parte para tener dispuestos los dungeons de turno, el módulo va muy bien servido. La geografía queda bien cubierta.
No tanto la historia o la sociedad. Son muy pocos los PNJ mencionados en el texto, y lo son más o menos de pasada, sin incluir apenas detalles específicos más allá de su nombre o del papel que cumplen en determinada situación. Alguna de estas notas son curiosas y merecen tener más detalle, como el posible feudo existente entre las dos familias más pudientes de la villa. Pero por lo general hay muco desinterés en describir a los PNJ como individuos. Si quiere potenciar la parte de interpretación que pueda tener su campaña, el director de juego va a tener que poner también de su parte, y bastante, en este aspecto. Y sobre la historia del lugar, tres cuartos de lo mismo. Lo que nos ofrece el módulo es la situación actual, ni más ni menos. Sabemos tanto sobre el pasado de la aldea y la región como de sus habitantes. Dicho lo cual, creo que allá donde se ha puesto énfasis y se ha empleado el escaso recurso de las páginas, resulta más importante que lo que no. Es un libreto bastante breve, después de todo.
En líneas generales, me ha gustado bastante. Este tipo de suplementos da mucho juego, y aunque a mi entender no se trate de La Isla de los Grifos, este módulo me resulta lo bastante bueno como para querer utilizarlo de inmediato. Creo que voy a realizar un cambio de planes con el orden previsto de los escenarios que tenía pensado, y voy a ver si los jugadores gustan de explorar a placer una región, pequeña pero muy poblada de lugares interesantes como son los aledaños de Nidaros. La siguiente va a ser sobre Alameda, cuenta Pedro Gil. Pues la espero con ganas también.
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