miércoles, 12 de diciembre de 2018

La puerta de Ivrel, de C. J. Cherryh

Una de las primeras, si no la primera, novela de la autora C. J. (Carolyn Janice) Cherryh, La puerta de Ivrel data de 1976. Es la primera de una trilogía titulada El libro de Morgaine. La editorial Edaf publicó la traducción en 1991, pero lamentablemente, sólo el primer volumen, y con una portada a lo Red Sonja que poco tiene que ver con el personaje al que alude la ilustración.

C. J. Cherryh es probablemente más conocida como autora de ciencia ficción que por su aporte al género de la fantasía (y en ninguna de las dos categorías ha sido precisamente poco prolífica). En realidad, La puerta de Ivrel va a caballo entre ambos géneros. Formalmente, se trata de una novela de fantasía, con magia, monstruos y espadas malditas. Pero desde el principio el lector tiene claro que todo aquello que ocurre con tintes sobrenaturales no es en realidad más que la Ley de Clarke entrando en acción para la mayoría de personajes.

Hay una breve presentación inicial, una especie de ensayo que explica la situación al lector. Creo que este texto no aparecía en la primera edición de la novela, sino que fue un añadido posterior, de 1979 o así. Y a mi parecer, un añadido muy poco acertado. Resta mucho -bueno, más bien todo- a la sorpresa de ir desgranando la trama a base de leer entre líneas, dejando bien mascado el asunto para que nadie tenga que darle ninguna vuelta al asunto.

La trama en sí misma no resulta muy original hoy día, pero en su momento debió de crear escuela o algo así -no soy tan aficionado a la ciencia ficción como para afirmarlo con seguridad. Sólo puedo decir que novelas posteriores, como Los cantos de Hyperion, parecen deber una cosa o dos a esta historia.

En fin, el caso es que el mundo en el que van ocurriendo las peripecias del protagonista, Vanye, un espadachín proscrito por su familia tras matar a uno de sus hermanastros en una lucha a espada. Huyendo de unos perseguidores, Vanye entra en un territorio considerado maldito, un lugar marcado por la presencia, un siglo atrás, de la bruja Morgaine. Mujer de infame reputación, que llevó a la ruina a todo un ejército al guiarlo a su perdición en su intento por destruir el poder que mora en la tierra de Hjemur, desde donde un brujo enloquecido crea horribles monstruos que libera por el mundo.

El caso es que Vanye acaba encontrando a la propia Morgaine, quien le toma a su servicio como sirviente juramentado. Morgaine, equipada con armas espantosamente poderosas y un saber del que Vanye no quiere aprender nada por la paz de su espíritu, está decidida a terminar aquello que encontró, y destruir el poder de Ivrel, señor de Hjemur, que es una puerta a través de la que entran cosas en el mundo. Esta es su misión, encomendada por poderes que Vanye no alcanza a entender.

Así que tenemos una novela de aventuras, en la que los dos héroes viajan hasta su destino para cumplir la misión de Morgaine. Y de forma paralela a esta trama, se desarrolla otra más personal, la de Vanye y la relación con sus antiguos parientes. Cualquier lector mínimamente atento podrá ir deduciendo mucho de lo que ocurre entre líneas sin explicitarse en ningún momento, pero como ya comenté antes, el prólogo se encarga de reventar esa posibilidad.

La novela, narrada siempre desde el punto de vista de Vanye, puede parecer engañosamente sencilla, pero en realidad los personajes son muy ricos en detalles y matices. Esta profundidad psicológica, junto a la descripción de la complicada relación mantenida entre los dos protagonistas, que sufren tensiones de diferentes direcciones -la familia de Vanye, el juramento contraído por este hacia Morgaine, la enormidad de la misión de ella- está también presente en la otra única novela de la autora que he llegado a leer hasta el momento, Paladín.

Es un fastidio que la serie no fuese completada en castellano por la editorial, pero La puerta de Ivrel puede ser leída de forma independiente con una conclusión satisfactoria. Aunque tendré que estar atento por si surge la oportunidad de leer los otros dos libros y completar así la trilogía.

4 comentarios:

  1. Me la apunto, que de la autora solo la he leido en su vertiente de CF.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo entendido que tiene libros muy buenos en ese campo. Por mi parte, siempre he tenido curiosidad por la serie de Chanur.

      Eliminar
  2. Hola, la saga consta de cuatro libros, y el segundo se publicó en castellano por la editorial Lidium (Argentina) en 1981. Se titula El pozo de Shiuan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues en España creo que no pasó del primero. Pero es bueno saber que hay alguno más traducido. Estaré atento por si consigo hacerme con un ejemplar de esa segunda parte, gracias por el aviso.

      Eliminar