viernes, 21 de diciembre de 2018

The Realm (Sesión 4)

Esta sesión fue mucho más breve de lo habitual. Por regla general, comenzamos a jugar sobre la diez de la noche -los sábados- y la partida sigue hasta las dos de la madrugada, más o menos. Pero en esta ocasión uno de los jugadores estaba tan cansado y falto de sueño que no quise seguir hasta la hora acostumbrada, y en un par de horas decidimos que mejor lo dejábamos ahí y ya seguiríamos la semana siguiente, cuando todos estemos algo más despiertos.

De modo que fue bastante breve, quedando limitada a algunas conversaciones con diferentes PNJ y a la -escasa- planificación del grupo para introducirse subrepticiamente en el palacio real...

Otro de los jugadores decidió que el rumbo del escenario no encajaba con el personaje con el que estaba jugando, al que decidió aparcar al menos temporalmente. Fynn Ronsard y su odio por la nobleza se quedan, por lo tanto, fuera de la historia, aunquea a cambio entra un nuevo personaje, Lorcan D´Arcy, espía al servicio de la princesa Alynur.

En fin, si tienes intención de jugar los escenarios de Book of Quests, mejor deja de leer, que te puede arruinar la partida.



***

Loram y Finiel deciden quedarse en compañía de la princesa Alynur, actuando como escoltas y ayudándola a encontrar un refugio razonablemente segur. Fynn Ronsard, muy a su pesar, también les acompaña. No está seguro, confiesa a sus compañeros, de no poder refrenar sus impulsos de apuñalar al gran duque, o incluso al rey si se le presenta la oportunidad. Prefiere no correr ese riesgo.

De modo que Flor Eterna y Loki se encaminarán hacia Cylder, que dista apenas unos tres o cuatro kilómetros. Antes de partir Baldor, Finiel y la princesa Alynur les han dado unas cuantas indicaciones útiles para su misión. Alynur les revela la localización del túnel secreto por el que ella huyó de palacio, y que conecta la fortaleza real con un edificio situado en la Plaza de los Reyes, la mayor de la ciudad. Baldor les habla de Dagmar Muerdescudos, un soldado veterano que ahora regenta su propio negocio, la posada El calamar de agua dulce. Dagmar es oriundo del Valle Oriental, y muy leal a Lord Áthanax, por lo que probablemente pueda proporcionarles ayuda y armas -sobre todo teniendo en cuenta que en Cylder la posesión de éstas últimas queda prohibida para todos los civiles-, si son capaces de convercerle. Además, en la posada de Dagmar se aloja Lorcan D´Arcy, un agente que trabaja para Alynur, y que se quedó en la ciudad para tratar de averiguar lo que realmente está ocurriendo allí después de ayudar a la princesa a salir de Cylder. Baldor les entrega un par de claves que demostrarán que Lorcan puede confiar en ellos.

Finiel les habla de Kervath Veleta, dueño del Teatro de las Sombras. Este establecimiento, además de ser realmente un teatro de títeres, también es un burdel, un fumadero de drogas y un punto de tráfico de información. Kervath no siente amor por el rey Myur, precisamente -Baldor les confirma esto último-, y es muy probable que pueda proporcionarles, si se le estimula del modo adecuado, datos que les serán de utilidad en su misión.

En las puertas de la ciudad, rodeada por altas murallas de piedra, los dos extranjeros son detenidos por la guardia e impelidos -pese a las protestas de Loki- a hacer entrega de todas sus armas, que quedarán a buen recaudo en la barbacana. Podrán reclamarlas, haciendo entrega de un pequeño papel que les entrega un escribano -y que ninguno de los dos, analfabetos, puede entender-, según les explica un cada vez más exasperado guardia.

Una vez cruzada las puerta oriental, se encuentran en Cylder. La Ciudad de Rojo y Negro, la llaman, por sus numerosos edificios construidos con el granito oscuro propio de la región, y sus tejas de vivo tono escarlata. Ni Loki ni mucho menos Flor Eterna habían estado antes en un lugar semejante. Lo más grande que conocían, Adviento, cabría en un rincón de Cylder, que les resulta inmensa y un tanto opresiva, sobre todo a la nómada.

Han entrado por la ciudad baja, la zona más humilde de la capital. A medida que se avanza, el terreno se va alzando hasta formar un acantilado sobre el río Sur del Valle, con la ciudadela y la fortaleza real dominando la cúspide. E incluso para los dos extranjeros se hace notable el aire de desconfianza que envuelve a los ciudadanos. No sólo hacia los recién llegados, sino que las miradas furtivas y las conversaciones susurradas, silenciadas cuando alguien se aproxima, parecen la norma. Tal y como les contó Alynur, la ciudad se está sumiendo cada vez más en la paranoia y el miedo que crea el gobierno del rey Myur, con su extensa red de informadores dispuestos a delatar cualquier indicio de "traición".

Cruzan la calle principal de la ciudad, siguiendo las explicaciones recibidas por un asustado hombre al que interpelan, hasta llegar a la Plaza de los Reyes. Allí se cercioran de localizar el edificio por el que Alynur y los suyos salieron del túnel que lleva a palacio. Lo encuentran tal y como les explicó la princesa. Una gran casa de piedra, con la entrada principal dando, en lugar de a la plaza, a uno de los callejones cercanos, el portal reconocible por una rosa tallada en la piedra por encima del dintel.

También descubren que en la propia plaza se está levantando un estrado y lo que parece un patíbulo, con una jaula de metal, y otra cosa que están armando unos obreros y que al principio resulta difícil de imaginar de qué se trata. De metal, hecha de ruedas y cosas afiladas y puntiagudas, Flor Eterna deduce que se trata de algún tipo de complicado y perverso método de ejecución. La gente se mueve por la plaza intentando no mirar en dirección a ese lugar.

Después de eso se dirigen al Calamar de agua dulce, que no dista demasiado de allí. Preguntando, dan con Dagmar Muerdescudos, un hombre de edad madura pero que todavía conserva muchas trazas de su veteranía en el ejército, numerosos tatuajes de tradición militar decoran ostentosamente sus brazos, al igual que los de varios de sus clientes, todos ellos cariacontecidos por los acontecimientos; son leales al gran duque del Valle Oriental, Lord Áthanax, cuya ejecución acaba de ser anunciada para esta misma noche.

Los dos aventureros se ponen a hablar con el posadero en privado, el cuál se alarma cuando dos bárbaros le cuentan que han venido aquí para salvar a Lord Áthanax y a detener al rey. Dagmar replica que él es leal a la Corona y no quiere ni oír hablar de traición, asombrado y molesto por la facilidad con la que los recién llegados hablan de tales asuntos.

Preguntan entonces por Lorcan D´Arcy. Dagmar les señala a un hombre que está bajando las escaleras del piso superior en ese momento, dirigiéndose a la mesa en la que se ha dispuesto su comida. Lorcan es un hombre alto y fornido, que nunca parece mirar a nadie. Loki y Flor Eterna le abordan mientras se sienta a la mesa, y comienzan a contarle lo mismo que a Dagmar.

Tras comprobar, sorprendido, que los dos extranjeros conocen las claves de Baldor, Lorcan accede a colaborar con ellos. Salvar a Áthanax es prácticamente imposible, no hay tiempo para ello, y aunque lo hubiese, está demasiado bien custodiado. Y la ejecución será al caer la noche, y antes de ese momento no resultará seguro irrumpir en la casa en la que se encuentra el túnel, el riesgo de ser descubiertos es demasiado alto, decide. Lo que sí puede hacer por ellos es convencer a Dagmar para que arme a los dos extranjeros. El veterano, no muy convencido pero sabedor de que Lorcan es un hombre de confianza, accede a ello. Si regresan a última hora de la tarde les tendrá preparadas las armas que necesiten.

Tras la conversación, el trío de conspiradores sale de la posada para dirigir sus pasos en dirección al Teatro de las Sombras. Situado en la ciudad baja, es un establecimiento conocido y respetado por todo el mundo criminal de Cylder, y por supuesto, Lorcan ya ha estado antes allí. Las tres plantas del edificio están dedicadas al espectáculo de títeres, al prostíbulo y al antro de drogas, mientras que el sótano es la sala de juegos, y el lugar en el que suele encontrarse Kervath Veleta, en un reservado exclusivo para él. Todo el edificio hiede con el aroma del incienso, que intenta enmascarar los olores del sudor, el humo de las drogas y los fluidos corporales.

Les toca esperar un poco mientras observan como algunos individuos se acercan al reservado y comparten algunos asuntos con su ocupante. Cuando llega su momento, el dueño del Teatro de las Sombras les recibe con tranquilidad. Flor Eterna descubre, para su sorpresa, que se trata de un nómada de la Larga Cabalgada, al igual que ella, con tatuajes y cicatrices tribales en sus brazos y cabeza calva. Pero su atuendo y maneras dejan a las claras que es alguien que hace mucho que se acomodó a la vida civilizada de Cylder.

Generalmente Kervath cobra caro por la información que ofrece, pero sabiendo quién es Lorcan decide, tras la negociación previa, que puede dejar caer algunos datos a cambio de favores prestados por el agente y aquellos a quienes representa. De este modo, los aventureros descubren algunas cosas de interés. Ya saben, gracias a Lorcan, que ha habido desapariciones en los últimos dos meses o así. Gente de origen humilde, que desaparece sin dejar rastro, en mayor número de lo que sería habitual. Se habla de secuestro a cargo de la guardia del rey.

Por cierto, la guardia real ha estado siendo sustituida desde hace también algún tiempo. Gul-Azar, consejero real, ha hecho trasladar fuera de la ciudad a la mayoría de los antiguos guardias reales, poniendo en su lugar a mercenarios contratados, que probablemente sean más leales a él que al monarca. Lo que es más, hay rumores de que el consejero hace la vista gorda al contrabando que transporta armas a las tribus Gartharis. O incluso que ha realizado sobornos a algunos mercaderes para que realizen ese tráfico.

El general Mencios, héroe del Reino de Valle, ha sido detenido por orden real. Los detalles no están claros, pero parece que tiene que ver con la reciente muerte de la hermana del general -hay rumores de que suicidó- y el general interpeló al rey después de aquello. El caso es que ahora se encuentra en las mazmorras de palacio. La princesa Alynur, de la que algunos cuentan que tiene a Mencios por amante, ha huido de Cylder. La razón por la que ha hecho esto cambia en función de quién lo cuente: hay quien dice que su propio hermano trató de encamarse con ella, otros explican que Alynur intentó asesinar a Gul-Azar, o que la fuga está relacionada con la detención del general Mencios.

Con esa información ahora en su poder, los aventureros deciden actuar. Dejan a Kervath en su reservado y salen del Teatro de las Sombras para dirigirse de nuevo al Calamar de agua dulce. Allí aguardan, en la habitación de Lorcan, hasta que Dagmar entra y les hace entrega de las armas solicitadas, hachas y lanzas para Loki y Flor Eterna, pues Lorcan cuenta ya con espada y daga, ocultas en la habitación. Con las armas cuidadosamente envueltas en telas, y al amparo de la creciente oscuridad, salen de la posada para dirigirse a la Plaza de los Reyes.

Allí hay una multitud congregada por orden real, la contemplación de la ejecución es obligatoria para los ciudadanos. Los aventureros no ponen demasiada atención, más interesados en la distracción que ofrece el espectáculo para sus propios fines, pero no pueden dejar de ver el carro que trae al reo dentro de una jaula de hierro, y al que suben al patíbulo, sujetándole con grilletes a una plataforma sobre la que se encuentra suspendida la máquina de cuchillas -Este método de ejecución, llamado las Siete Hojas, no había sido practicado en Cylder desde hace unos cincuenta años, les había explicado Lorcan. Cuando Flor Eterna frunció el ceño haciendo algún comentario sobre las costumbres civilizadas, el espía replicó preguntando cómo lo harían en su tribu ¿con dos caballos y una cuerda, quizá?-, aunque los aventureros abandonan la plaza antes de que comience la ejecución. Han visto, de lejos y muy cubierto por la guardia, al rey y a quien probablemente sea el consejero real -Flor Eterna se fija en que porta el cetro verde del que les habló Alynur-, y deciden que es la oportunidad para entrar en palacio.

Nadie repara en ellos mientras Loki fuerza la cerradura de la casa. Entran a oscuras, comenzando a oír ya los gritos de agonía del gran duque, que se prolongarán durante unos quince minutos. Mientras, dan con la habitación en la que, bajo una cama, se encuentra la entrada oculta que da al sótano, y desde allí, el umbral del túnel que lleva a palacio. Está parcialmente bloqueado por piedras, algo que Lorcan sabe que se debe a que Baldor ordenó hacer eso para dificultar a cualquier posible perseguidor cuando salieron de palacio con la princesa.

Tras un rato despejando el acceso, finalmente tienen vía libre. Armas en mano, iluminados por el fuego de una antorcha, los tres aventureros recorren las más de trescientos cincuenta metros del estrecho túnel, hasta llegar al fondo de un pozo por el que pueden ascender haciendo uso de una escalerilla de mano anclada en la pared, con una trampilla en el techo. Se disponen a subir...

***


Y de aquí ya no se pudo seguir. Previsiblemente ahora vendría una situación con combate o similar, y eso puede alargarse bastante. Y la cara de cansancio del jugador era evidente. Así que preferimos dejarlo todo en este punto y proseguir ya con la próxima. Pero bueno, tampoco estuvo tan mal, hubo ocasión de interpretar a los personajes, los jugadores de Flor Eterna y Loki se recrearon en dejar claro que no sólo son unos bárbaros ajenos a las costumbres civilizadas del Reino de Valle, sino que son unos gañanes de mucho cuidado -ambos personajes cuentan con un CAR muy bajo-, lo que contrastó bastante con Lorcan, quien es capaz de desenvolverse mucho mejor en estos ambientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario