De entre todas las entradas del blog dedicadas a novelas, ninguna se centra en las publicaciones de franquicia que son tan comunes en el género de fantasía. Esto no se debe a un rechazo decidido a estos libros por mi parte, porque creo que hay algunos bastante dignos y entretenidos. Las novelas de Gotrek y Félix escritas por William King, varias (pero en absoluto todas) de Robert Salvatore, o las que firma Michael Stackpole para Battletech, entre otras, me han proporcionado muy buenos ratos. Pero he leído la mayoría de novelas de Reinos Olvidados, muchas de Vampiro, de Leyenda de los Cinco Anillos y de otras franquicias, y creo que afirmar que muchos de estos libros resultan, como mucho, mediocres es una actitud, como mínimo, muy contenida. Hay novelas de este tipo que resultan decentes, otras son muy regulares, y no faltan las verdaderas abominaciones.
Por supuesto, no hay nada malo de por sí en esta literatura de evasión. En ocasiones, uno sólo tiene ganas de leer algo ligero, de pasar el rato con una historia típica y cómoda. De buenos y malos, heroísmo, final feliz y todo eso. Para mí, el verano se presta particularmente bien a este tipo de lectura.
Curiosamente, los libros que he encontrado que mejor encajan en la descripción de lo que es un ejemplo de buena literatura de franquicia, entretenida y amena, en realidad no pertenecen a este tipo de novelas.
Raymond E. Feist es un autor que tiene a sus espaldas una prolífica producción literaria dedicada casi enteramente a su mundo de Midkemia. Una extensa lista de títulos que conforman el desarrollo de los acontecimientos, con generaciones que se suceden mientras tienen lugar guerras, intrigas y conspiraciones, la ocasional crisis de origen arcano, y alguna que otra invasión interdimensional. La Factoría publicó hace algunos años los seis primeros títulos de esta serie: Mago: Aprendiz, Mago: Maestro (en su edición original publicados ambos como un único libro), El espino de plata, Una oscuridad en Sethanon, Estirpe de reyes, y El bucanero del rey. Aunque La Factoría los etiquetó a todos como pertenecientes a la serie La saga de la fractura, en realidad sólo los cuatro primeros forman esta historia, formando los dos últimos la historia Los hijos de Krondor. Feist escribió estos libros entre 1982 y 1992. Aunque hay algunos libros más pertenecientes a la misma ambientación escritos durante estos años, y muchísimos más escritos con posterioridad, La Factoría no ha publicado nada más del autor.
Es una historia sencilla, lleno de tópicos, con héroes y villanos, y pocos problemas para distinguir a unos de otros. Todo comienza con un joven, que se ha criado en un territorio muy apartado, casi la frontera del reino (cómo decía, típico), que se siente fascinado por la magia, pero que, a pesar de su inteligencia e ingenio, parece ser incapaz de realizar incluso los trucos más sencillos, a pesar de haber contado con buenos instructores. Y este joven cuenta con un amigo, con aspiraciones mucho más marciales, al que le gustaría convertirse en un gran guerrero y tal. Todo eso mientras les llegan noticias lejanas de la capital del reino, donde se gestan ciertos problemas referentes a la familia real, conspiraciones de pretendientes al trono, y dificultades con alguna potencia extranjera.
A todo esto, la región en la que viven estos dos héroes en potencia comienza a sufrir una serie de ataques, de una virulencia cada vez mayor. Los atacantes parecen no provenir de ninguna parte y, aunque humanos, no pertenecen a ninguna etnia ni cultura conocida por quienes sufren estas incursiones. Que pronto ganan en magnitud, tomando conciencia todo el mundo de que en realidad, se están enfrentando a una invasión en toda regla.
Como es de esperar, esta crisis está llena de oportunidades para que los héroes desarrollen todo su potencial. El joven aspirante a mago descubrirá la razón de su aparente incapacidad (para convertirse, como no, en el más grande mago que el mundo haya visto desde hace mucho tiempo), y su amigo de la infancia también dará (un poco de casualidad, eso sí) con algo que le pondrá en el camino de adquirir un inmenso poder.
Todo eso con una guerra de fondo, y un montón de personajes secundarios de los que el autor se vale para ilustrar las muchas cosas que ocurren a la vez en Midkemia, no todas ellas relacionadas directamente, pero que sí dan lugar a un tapiz bastante completo. Intrigas por la sucesión al trono, traidores al reino, golpes de estado, y como no, el viaje a emprender por unos héroes para buscar información y una solución a sus problemas, sorteando peligros, penalidades, y resolviendo sus rivalidades internas. Y madurando un poco durante el proceso. O lo que es lo mismo: la receta de siempre.
Estirpe de reyes y El bucanero del rey mueven la historia unos cuantos años en el futuro. Los héroes de las primeras novelas son ahora gente importante con responsabilidades, y dejan eso de las aventuras para los más jóvenes. En realidad, son dos novelas autoconclusivas, que tienen en común el que el protagonismo cae en los hijos del rey. Que por lo visto, después de leer ambos libros se llega a la conclusión de que tienen algún tipo de rito iniciático, consistente en que cuando llegan a cierta edad, se enfrentarán a alguna crisis que les dejará aislados de su familia y amigos, y a la que tendrán que enfrentarse haciendo acopio de valor, superando sus defectos y blablablá.
Son libros que gritan "Dungeons & Dragons" por los cuatro costados. No sé, quizá Feist era aficionado a AD&D y moldeó su propio mundo siguiendo el modelo de TSR. Tiene un menor componente de fantasía (no está tan saturado de especies inteligentes, ni la magia es tan omnipresente), pero los elementos que más podemos identificar con las diferentes ambientaciones de D&D se encuentran presentes.
Partiendo del hecho de que hay que asumir que estas novelas son lo que son, libros sin otras pretensiones que el entretenimiento ligero, se le pueden reconocer varios méritos a la serie. Las historias se desarrollan a buen ritmo, los acontecimientos quedan bien hilvanados unos con otros. Aunque se trata de literatura juvenil, eso no es excusa, y así lo entiende el autor, para que regodearse en argumentos estúpidos y poco creíbles. Y a largo plazo, leyendo la serie, es agradable encontrarse con el cambio de perspectiva. La historia avanza, el mundo evoluciona, y los protagonistas van cambiando.
Las novelas no están exentas de defectos, desde luego: El principal, los personajes secundarios. Como decía antes, Feist se sirve de estos para ilustrar el desarrollo de múltiples acontecimientos simultáneos, además de pegarle a cada uno su propia pequeña subtrama que acabarán resolviendo al final de la historia. El problema es que resultan casi indistinguibles entre sí. Al menos yo tuve muchas dificultades para diferenciar entre varios de estos segundones. Los protagonistas son muy arquetípicos, personalidades tipo muy recurrentes en este tipo de historias. Pero la mayor parte de los secundarios parecen estar cortados por el mismo patrón. Además, Estirpe de reyes y El bucanero del rey son, a mi parecer, muy inferiores a las publicadas anteriormente. Les falta el alcance y las subtramas que proporcionan variedad e interés a las primeras novelas. Lo que es aún peor, aunque los detalles de la trama varían en cada caso, ambos libros comparten una misma estructura de planteamiento, nudo y desenlace. Leí las dos novelas de forma consecutiva, y por momentos me daba la impresión de estar leyendo el mismo libro sólo con algunos cambios de trama.
Sin embargo, mi balance final de la lectura de esta serie es positivo. Basta con comprender que se trata de una lectura sin complicaciones, sencilla y amena, con la que pasar el rato. Si eso es lo que se va buscando, recomiendo La saga de la fractura. Una buena lectura veraniega.
Estupendo análisis. Tenía pensado ponerme con las cuatro primeras novelas en breve, así que ya veremos si coinciden nuestras opiniones al respecto.
ResponderEliminarGracias. A ver si llegamos a conclusiones parecidas, aunque tampoco pasa nada si no es así ;). Un saludo.
ResponderEliminarPues a mi me encantaron los libros. Ahora estoy terminando "Una oscuridad...". Y, como siempre cuando leo las sagas, me cuesta despedirme de los protagonistas...
ResponderEliminarA mí también me gustaron, y no poco, que son una lectura ligera bastante entretenida.
EliminarDespués de Una oscuridad en Sethanon sigue habiendo saga para rato, aunque con protagonistas distintos, eso sí.
Por favo alguien tiene todos los libros de la saga? se lo agradecería
ResponderEliminarhttps://librodemimusica.blogspot.com.es/
Gracias por el artículo. Había leído solo el primero y estaba en duda sobre si continuar con el resto. Creo que lo haré.
ResponderEliminarCreo que merecen la pena. En la edición de la Factoría, los tres primeros me parecen los mejores, el cuarto me gustó algo menos, pero eso es más por cuestión de gustos -en ciertos puntos se pone muy cósmico con algunos personajes-, y los dos últimos son sencillas historias de aventuras, entretenidas pero poco más. Pero son entretenidas de un modo en el que muchas novelas de franquicia de D&D no son capaces de alcanzar, así que algo bueno tienen.
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