jueves, 7 de noviembre de 2013

Canaan negro, de Robert E. Howard

Canaan negro y otros relatos de horror sobrenatural es la tercera, y por el momento, la última, de las antologías de relatos de este autor publicadas por la editorial Valdemar, en su colección Gótica, en la que ocupa el número setenta y seis. Se puso a la venta en noviembre de 2009, con una traducción a cargo de Marta Lila Murillo.

La antología está formada por dieciocho relatos, muchos de ellos inéditos en vida de Howard, que ocupan unas trescientas ochenta y cuatro páginas. La selección incluye historias publicadas desde 1926, como Wolfhead o Aparición en el cuadrilátero, que son parte de la etapa temprana de REH, cuando todavía estaba afinando sus habilidades en una época previa a la creación de sus mejores y más famosos relatos y personajes. Pero hay historias escritas a lo largo de los años siguientes, llegando hasta el año de su muerte, como Canaan negro, que da el título a la antología, y Los muertos no olvidan. Y como decía antes, muchas de ellas fueron publicadas décadas después del fallecimiento de Howard, siendo difícil establecer la fecha de su escritura, como La casa de Arabu o Delenda est.

El libro incluye, al igual que Los gusanos de la tierra, antología anterior publicada por Valdemar y de la que esta podría considerarse secuela, una variedad de géneros tocados por el autor, aunque siempre con el hilo conductor de los fenómenos sobrenaturales. Así, hay Espada y Brujería, relatos de terror dentro de un contexto de western, historias más afines a la estructura lovecraftiana -alguna de esas con sorpresa final incluida-, e incluso una historia de boxeadores con fantasma incluido.

El nivel medio de calidad es, diría yo, considerablemente menor que el de Los gusanos de la tierra, donde ya se habían publicado alguna de las mejores piezas del autor. Pero así y todo, se trata de una buena muestra de la habilidad de Howard, con su prosa apasionada y sus temas predilectos.

De entre los relatos, yo destacaría La casa de Arabu, que cuenta las aventuras de un mercenario griego en tierras de Sumeria, y que se ve implicado en un asunto de maldiciones que incluye hasta a algunos dioses. Muestra a estos últimos seres de una forma que me recuerda a la empleada por Steven Erikson en su serie Malaz, y que tal vez pueda servir para entrar en ambiente antes de comenzar a jugar a La Puerta de Ishtar.

El fantasma del anillo, sin ser especialmente buena, cuenta con la curiosidad de hacer mención a la Era Hiboria en un entorno moderno. Uno de los personajes ha tomado posesión del anillo de Thoth-Amon, el mismo que empleara el hechicero estigio para invocar un demonio que arrojar contra Conan en El Fénix en la espada. Es una historia escrita más o menos por la misma época que la del cimerio, y otra muestra de que muchísimos de estos relatos se concebían como parte de un mismo universo.

La propia Canaan negro es una buena historia, pero con una fuerte carga racista. Una revuelta de negros en el sur profundo, con algunos héroes blancos enfrentándose heroicamente a la amenaza. Algo así como tomar la parte de la investigación del inspector Lagrasse en La Llamada de Cthulhu y convertirla en una historia completa.

Una mención aparte merece uno de los relatos, La cosa con pezuñas. Comienza como una clásica historia de Lovecraft, personaje sospechoso que guarda lo que afirma es un animal que habita en el desván de su hogar. Y al cabo de un tiempo comienza a haber desapariciones, mientras el supuesto animal parece hacerse cada vez más grande... Hay un héroe de esos howardianos, un tejano grande y fuerte, una demisela en apuros y, bueno, uno de los finales más delirantes que he encontrado en el género. Un inmenso WTF! es lo primero que me vino a la mente, seguido de unas ganas de aplaudir el final que Howard tuvo a bien poner a su historia. Y es que la cabra siempre tira al monte...

En resumen, la lectura de este volumen es interesante, pero su calidad inferior a Los gusanos de la tierra o a Las extrañas aventuras de Solomon Kane. La proporción de géneros se decanta aquí mucho más a favor de las historias de terror, conteniendo menos relatos de fantasía heroica. Por separado, creo que no hay ningún relato que sea realmente una joya de la obra de Howard, pero en conjunto forman una antología bastante digna, que no desmerece al autor. Después de todo, no todas las historias pueden ser como Clavos Rojos, La Piedra Negra o Reyes de la Noche.

Y ese final de La cosa con pezuñas, ese final es grandioso. Howard en estado puro.

2 comentarios:

  1. Hola! me gusta mucho tu blog, te doy la enhorabuena porque está muy trabajado.
    Me encantan la fantasía y la ciencia ficción y soy rolero de toda la vida (estas últimas semanas me encuentro en plena campaña de Runequest :) )
    Hace poco he abierto yo un blog sobre fantasía y leyendas, para ir publicando relatos y música que hago inspirados en todo ello (nada de gran nivel pero sí con la mejor intención), aunque también hay más cosas. Te invito a pasarte y unirte, creo que puede ser de tu agrado:

    http://donde-los-valientes-viven-eternamente.blogspot.com.es/

    Saludos y, de nuevo, enhorabuena!! seguiremos leyéndonos!!

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    1. Muchas gracias, Hammer Pain, me alegra que el blog te guste.

      Me pasaré por el tuyo, tengo curiosidad por conocer las experiencias de otros jugadores de RuneQuest.

      Un saludo.

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