miércoles, 20 de abril de 2016

Lander, legado de reyes, de Fco. V. Salvador

Una de las cosas que encuentro particularmente fascinantes de la literatura de fantasía (de toda la ficción especulativa en realidad, pero como aquí me centro en la fantasía, pues eso) así como de los juegos de rol de temática similar es aquello que Tolkien denominaba "subcreación". La invención y desarrollo de universos ficticios, con sus habitantes, su historia, su geografía, costumbres y lenguas. Mundos tan detallados que casi parecen reales, y que en ocasiones, llegan a eclipsar incluso las historias para las que fueron ideados inicialmente como mero contexto.

Por ello, cualquiera que se embarque en la labor de dar vida a una creación semejante (espero que me disculpéis, pero al no compartir ciertas creencias con Tolkien, no considero necesaria la prudencia del término "subcreación") me inspira no poco respeto. Es una tarea ardua, y que requiere de mucho tiempo y trabajo. La Tierra Media, después de todo, es prácticamente la labor de toda una vida.

Así que, cuando encuentro algo así, tanto en la literatura como en juegos de rol (no me refiero a ambientaciones creadas por comité, que generan insípidos suplementos como churros, sino a los verdaderos trabajos que podrían ser denominados casi de artesanía, resultado de la dedicación, la constancia y el cariño por lo que se está haciendo) no puedo dejar de sentirme interesado.

La novela Lander, legado de reyes, es un ejemplo de ello. Su autor, Fco. V. Salvador, lleva años desarrollando el entorno de Lüreon, el mundo en el que se desarrolla una muy longeva campaña rolera -de más de una década, creo- , para la que incluso ha llegado a desarrollar su propio sistema de juego, a fin de poder sentirse -y también sus jugadores- lo más cómodos posibles, con la mayor cercanía entre ambientación y sistema. 

Dejando a un lado los aspectos técnicos sobre el juego, tantos años desarrollando una campaña deja lugar para muchas preguntas y respuestas: No sólo la situación actual, sino el porqué, el proceso por el que el entorno ideado llega a ser como es. La historia, los acontecimientos del pasado que moldean el presente. Pues eso, subcreación. 

(En realidad, desconozco si el interés por ofrecer algo de desarrollo literario a Lüreon es anterior o posterior al empleo rolero de este entorno de creación propia por parte del autor. He asumido que primero fue el juego, pero podría estar equivocado).

En sí, Lüreon, el mundo en el que se desenrolla el hilo que es la historia de Lander, legado de reyes, es un mundo de fantasía muy clásico. Casi podría decirse que al uso. Aunque los nombres están más o menos alterados, hay elfos, enanos y orcos. Hay nobles y magos y monstruos, guerras e intrigas, y en definitiva, todo aquello en lo que pensamos cuando pensamos en la fantasía de corte más clásico.

En la novela se nos cuenta, a través de las numerosas historias que la componen, la crónica del reino de Lander, y de la dinastía Preseida, sus gobernantes, a través de un milenio de la existencia de esta nación. Desde su fundación, llevada a cabo por el líder de un gran número de refugiados, que huyen de la invasión de una hueste monstruosa, hasta pasar por todos los estadios posibles de la existencia del reino.

La narración adopta varios formatos a medida que avanza la historia. Hay relatos literarios, pero también misivas, poemas y canciones, y otras formas de contar el gobierno de los diferentes monarcas Preseidas. Las historias también adoptan diferentes temáticas. Comienza con algunas tramas de corte tradicional. Heroicidades y gestas guerreras, pero a medida en que avanza la novela, las encontramos de otro tipo, como la disputa que enfrenta al trono con la nobleza, cuando el primero trata de imponer unas leyes de reforma agraria.

La estructura de las historias también se va volviendo paulatinamente más sofisticada. Los primeros relatos son de un desarrollo sencillo, pero en los posteriores he encontrado el uso de algunos recursos curiosos, como el "anidar" pequeñas escenas protagonizadas por personajes anónimos, dentro de otras escenas ocupadas por los principales. En realidad, es el tipo de recurso al que los lectores de Andrzej Sapkowski estarán muy acostumbrados.

Por supuesto, como en casi cualquier antología de relatos, los hay que me gustaron más y los que me gustaron menos. En general he encontrado la lectura entretenida, aunque ha veces me he sentido un poco confuso respecto a algunos detalles del entorno que no me parecieron lo suficientemente aclarados. Nada que dificulte la comprensión de las tramas, pero en ocasiones da la impresión de que hay cosas que ya debería saber, pero no encuentro por ningún lado, para poder hacerme una imagen de conjunto.

Relacionado con lo anterior, algo que me habría gustado encontrar con más frecuencia son las descripciones. El texto se apoya principalmente en los diálogos y las acciones, pero mi impresión es que resulta en exceso parco en descripciones. Creo que habría venido bien como forma de marcar el paso del tiempo -cambios en la indumentaria, la arquitectura, cosas así-, pues en ocasiones da la impresión de que el entorno resulta estático. Puede justificarse que no sea así por razones referentes a la extensión, pero creo que la novela se habría visto beneficiada con un poco más de énfasis en esto.

Pero aparte de estos puntos, me reitero en lo entretenida que me ha resultado la lectura. Algunas de las historias las he encontrado particularmente interesantes, y en no pocas ocasiones me he quedado con ganas de saber más sobre alguno de los elementos presentes en el libro. Esperaré a ver si el autor, cuyo blog podéis visitar aquí, se decide a seguir desarrollando su mundo en su faceta literaria.

4 comentarios:

  1. Vaya, había visto mencionar el libro (en el blog del autor, al que creo que sigo... Cuando sigues a tanta gente en blogger al final todo es confuso) pero no sabía que trataba sobre esto. Siendo que es una obra hecha con mimo y por muy poca gente, quizás me anime a darle un tiento. Al final esas cosas me llaman más la atención que 'LA ENESIMA SAGA DE FANTASÍA'.

    PD: Y a mí si que me encanta Tolkien al completo, pero quizás porque yo siempre he querido hacer algo así pero no me veo capacitado.

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    1. Sí, lo que se publica hoy día, en su mayor parte es de traca. Novelas escritas con un ojo puesto en que den lugar a una serie que pueda estirar el chicle todo lo posible, aunque no añadan nada a lo que se contó en la primera entrega.

      Y bien, a mí también me gusta mucho Tolkien. Cuando digo que no comparto sus creencias me refería a cuestiones religiosas. En el ensayo "Sobre los cuentos de hadas" el Profesor menciona el término subcreador para referirse a su trabajo en el desarrollo de un mundo de fantasía, porque denominarse creador le resultaría inapropiado. Puesto que yo no comparto esa fe, tampoco encuentro necesaria esa prudencia.

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  2. Muchas gracias por la reseña. Que hayas nombrado a Tolkien y a Sapkowski me parece de lo más lógico (pues son claros exponentes de mis lecturas) y al mismo tiempo tan... ains. Sin palabras, salvo para decir que coincido en todo lo que has dicho.

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    1. Gracias a ti. Espero que tengas suerte con el libro, y con los que vengan después, sean o no sobre Lüreon.

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