jueves, 15 de enero de 2015

Dilvish el Maldito, de Roger Zelazny

Esta antología de relatos cortos fue publicada por primera vez en un único volumen en 1982. La primera traducción vino de la mano de Martínez Roca, en su colección Fantasy, a finales de los ochenta o principios de los noventa. Desde hace tal vez un par de años vuelve a estar disponible, esta vez publicada por La Factoría.

Los relatos, aunque son autoconclusivos, más que episódicos, se enlazan levemente unos con otros, contando la historia del la búsqueda de Dilvish para obtener su venganza.

El protagonista, héroe aclamado en su tiempo, acaba de regresar al mundo de los vivos, después de que su alma pasara unos cuantos siglos en el Infierno, con su cuerpo petrificado a modo de estatua de sí mismo. Acabó en ese lamentable estado gracias a las artes del poderoso hechicero Jelerak, a quién Dilvish interrumpió inoportunamente mientras se disponía a sacrificar una doncella en un apartado lugar.

Dilvish ha regresado, nadie sabe muy bien cómo. Y no ha vuelto sólo, pues cabalga una singular montura, un corcel de hierro, al que muchos toman por un demonio encarnado. Sí lo es o no, o cuál es el alcance del poder de esta criatura, es un misterio. El héroe también porta una particular armas, unos poderosos conjuros, frases horrendas, capaces de provocar la mayor destrucción, aun a costa de la propia vida. No tenía tiempo para aprender poderes menores, pues el conocimiento de esta magia del más alto nivel tiene como único objeto la destrucción de Jelerak, una vez Dilvish pueda hallar a su némesis.

La historia de esta búsqueda adopta tintes muy diferentes a medida que se avanza en el libro. Los dos o tres primeros relatos muestran un estilo de prosa muy distinto al del resto. Comienza casi como si se tratase de un cuento antiguo, una historia narrada, de escasos diálogos, y aun los que hay resultan artificiosos. En este punto Dilvish resulta una figura misteriosa, de la que poco sabe el lector.

Pero eso cambia pronto, y el protagonista comienza a humanizarse. Las conversaciones se vuelven más naturales y frecuentes, y Dilvish muestra emociones, descubriendo el lector que, a pesar de todo lo sufrido, y de su imperativa ansia de venganza, sigue siendo un héroe.

Zelazny es un autor de los buenos, y este libro lo prueba. Engañosamente sencillo, logra crear historias más complejas de lo que parecen a simple vista. Aunque en un principio Dilvish recuerda, y parece seguir, el estereotipo de Elric (tanto en su comportamiento como en su naturaleza, con la ascendencia élfica del héroe), pero en seguida se advierten las diferencias. Dilvish tiene sus dudas, pero nada que ver con la apatía y el lamento constante del melnibonés.

Las historias se leer rápido y bien, son interesantes y muy entretenidas. Yo las englobaría como parte del género de Espada y Brujería, pese a que no cumpla alguno de los requisitos más formales, como por ejemplo, el que la magia esté a menudo en manos de los héroes, en lugar de ser exclusivamente una herramienta de los villanos.

La historia de Dilvish no termina en este libro, sino que continúa -y finaliza- en una novela escrita tras los relatos, La tierra cambiante. Sobre ese libro -repito, ya no una antología de relatos, sino una novela completa-, comentaré algunas cosas en una futura entrada.

8 comentarios:

  1. Jo Cronista, estás on fire. No paras de poner cositas...

    o ahora no tengo tiempo ni para morirme, a ver si tengo un ratito. Aunque este libro apunta guay, ¡lo buscaré!

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    1. Pues sí :). El blog llevaba un tiempo más o menos parado, y tenía ganas de retomarlo bien. Y esta semana he ido más o menos lanzado.

      El libro mola. No es lo mejor de Zelazny -me quedo siempre con El señor de la luz- pero no deja de estar muy bien.

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  2. Dilvish es lo primero que leí de Zelazny y me encantó, como me encanta el estilo rápido, casi atropellado, de Zelazny en general. Con las Crónicas de Ambar tengo una historia personal algo curiosa que supongo que explicaré cuando hable de su juego de rol.
    Eso sí, para mi, lo mejor que escribió este hombre fue Señor de la luz.

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    1. La verdad es que no he leído las Crónicas de Ámbar, por eso de tratar de múltiples planos y cosas así, algo que no me suele atraer demasiado. Aunque supongo que estará bien, por todo lo demás que he leído de Zelazny. Mi favorita también es El Señor de la Luz, pero no hay ninguna suya que no me haya gustado.

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    2. Yo no lo definiría tanto como distintos planos como de tierras paralelas. Es muy metaliterario en algunos momentos (pero sin ser pedante) y hay momentos en los que se le va la mano con algunas descripciones lisérgicas, pero se lee en un suspiro.

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    3. Como decía, sólo había oído campanas, no tenía ninguna idea clara de estas novelas. Eso sí, tanto lo de las tierras alternativas como los viajes en el tiempo son dos cosas que me provocan rechazo. De todos modos, lo tendré presente, por si acabo leyéndolos más adelante.

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  3. Pues las Cronicas te gustaran, por lo menos el primer libro que esta muy, muy bien.

    Por cierto tuve en mis manos hace muchos años el juego de rol y era demasiado indie para la epoca. Seguramente si saliera hoy en dia seria otro cantar.

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    1. Era uno que no utilizaba dados ¿no? Quizá el primero de ese tipo. Recuerdo haberlo visto alguna vez en pdf, pero entre el sistema y lo poco que sabía de las novelas -cuya temática a primera vista no me llamaba demasiado la atención- lo dejé pasar. Igual más adelante le doy una oportunidad a las novelas, a ver qué tal.

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