martes, 24 de junio de 2014

El aliento de los dioses, de Brandon Sanderson

Resulta de lo más frecuente, entre los escritores dedicados a la fantasía, la recurrencia continuada a un mismo entorno. No es de extrañar. El trabajo necesario para detallar de forma coherente e interesante un mundo ficticio no es pequeño, y repetirlo en cada nueva novela puede ser demasiado para más de un autor. Cuando un autor logra desarrollar un mundo que guste tanto a los lectores que estos quieran saber más del mismo, muy pocos son los que renunciar a seguir explotando el éxito conseguido en nuevas entregas. Hay escritores de éxito y prestigio, cuya carrera profesional se ha basado exclusivamente, o casi, con un único universo de creación propia.

No es, por el momento, el caso de Brandon Sanderson. Se repite en sus temas, pero no en las ambientaciones en las que estos se desarrollan. Elantris, Nacidos de la bruma, La guerra de las tormentas, y el libro que ocupa esta entrada, El aliento de los dioses, son historias que se desarrollan todas ellas en mundos distintos. Con muchos puntos en común, pues la alusión a los mismos temas por los que Sanderson gusta tratar es contínua, pero en mundos diferentes.

Otro detalle que se ha convertido en algo casi característico de este autor es la novela autoconclusiva. En un género como el de la fantasía, en el que parece que no se puede escribir nada menor a una trilogía, casi resulta extraño encontrarse con una historia en la que introducción, nudo y desenlace tengan cabida en un mismo volumen. Que puede tener setecientas u ochocientas páginas, sí, pero un único libro. Compárese con la mayoría del panorama editorial, donde la trilogía está dejando paso a la serie como unidad literaria básica. Con algunos casos realmente desmedidos, de más de veinte entregas, y contando.

Aunque quizá con la guerra de las tormentas Sanderson ha encontrado un mundo que desarrollar y al que dedicar numerosas novelas, por el momento buena parte de su producción consiste en libros autoconclusivos, como El aliento de los dioses. Y en esta novela encontramos los temas típicos de Sanderson, tejidos dentro de un tapiz de elementos clásicos del género, que quedan alterados sólo lo suficiente como para no resultar fácilmente previsible.

Dos reinos, que antaño fueron uno sólo. El más pequeño y débil, situado en las tierras altas, es el lugar del que provienen las dos protagonistas de esta historia. Las dos hijas del rey, educadas en la sociedad seria, casi puritana, de su reino. La mayor ha sido prometida en matrimonio ya desde su infancia al Rey Dios, gobernante del otro reino, mayor y más poderoso, que se asienta en la costa. Es por ello que su educación ha sido cuidadosa, dando lugar a una persona de carácter grave y muy responsable de su posición y obligaciones. Su hermana menor, a la que se ha dejado mucha mayor libertad, es una persona mucho más independiente y amante de la libertad.

De modo que ninguna de las dos encuentra muy conveniente la situación cuando los emisarios del Rey Dios exigen que el acuerdo de matrimonio se cumpla... pero con la hermana menor. Esta será llevada al que será su nuevo hogar, con la perspectiva de sufrir una penosa existencia a capricho del poderoso gobernante. Su hermana mayor, deseosa de rescatar a la joven, pero también molesta por haber visto como se le arrebataba la misión para la que se ha estado preparando toda su vida, emprenderá un viaje con intención de salvar a la futura reina.

La diferencia entre ambos reinos, con la seriedad y austeridad de la región montañosa enfrentadas a la alegría y bullicio de la zona costera, tiene mucho que ver con los poderes sobrenaturales que aparecen en esta historia. Una serie de habilidades que sigue el esquema típico de Sanderson: Sencillo, temático, y casi técnico en su forma de ser utilizado. Apenas se le podría llamar magia de no ser porque, bueno, sirve para hacer cosas imposibles. En este caso, animar objetos inanimados.

Toda persona tiene la capacidad de "entregar" su aliento, alma, o como se lo quiera llamar, a otro. Al hacerlo, renuncia a ciertas cosas, sus emociones no serán tan pronunciadas, y se vuelve más anodino para los demás, que a veces ni siquiera reparan en su presencia. Quienes reciben el aliento, sin embargo, ven como su salud se incrementa, así como su percepción. Particularmente, la distinción entre colores.

Alguien que tenga muchos alientos acumulados puede entregarlos a objetos inanimados, dotándolos temporalmente de vida, y sirviéndose de ellos para cumplir alguna tarea sencilla. No sólo la cantidad de alientos, sino también la creatividad de las instrucciones, y el conocimiento del vocabulario necesario para las mismas, determinará el poder de estos efectos.

Además de todo esto, algunas personas, cuando mueren sacrificándose para salvar la vida a alguien, regresan de la muerte. Lo hacen sin recuerdos de su vida anterior, y con una transformación. Inhumanante altos y de un aspecto idealizado. Son adorados como dioses, por debajo sólo del misterioso Rey Dios. El tercer protagonista de esta novela es uno de estos. Un hombre que destaca por su falta de interés y actitud cínica, pero que poco a poco comienza a preguntarse acerca de la razón de su existencia.

La historia es buena. Como es habitual en Sanderson, se mueve por terrenos familiares para el lector habitual de fantasía, pero toma derroteros inesperados. Juega con lo que parece previsible, y luego lo retuerce de un modo inteligente. Individualmente, creo que es la novela de este autor que más me ha gustado. La trama, que al principio parece que va a ser alguna cursilada, se vuelve de repente muy interesante. Los personajes están bien hechos, aunque sólo sea para ejemplificar unos tópicos. Hay pocas escenas de lucha, lo que clasifica a la novela más como de aventuras que como de acción, lo que me parece bien. Cuando tiene lugar una de estas luchas, suele ser de una forma menos espectacular de lo acostumbrado en Sanderson, aunque no faltan sus momentos "peliculeros". Tampoco falta el tema de la fe, pero lo hace de un modo que no resulta molesto. El lector no tiene que temer encontrarse con moralinas proselitistas.

Leí esta novela casi de casualidad hace un par de años. Fue la primera de Sanderson que probé, y diría que también mi favorita de entre las suyas. Una historia amena, agradable y fácil de leer, pero de una sencillez engañosa, pues hay mucho contenido interesante en sus páginas.

2 comentarios:

  1. Vale, tengo que acercarme YA a este autor.

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    1. El aliento de los dioses o Elantris son buenas opciones para empezar, por ser historias autoconclusivas. Nacidos de la bruma está muy bien, aunque ya es una trilogía, y se pone mucho más énfasis en la acción y el combate. Pero se queda corto comparado con La guerra de las tormentas. Parece que la carga de violencia en sus novelas va creciendo...

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