martes, 21 de agosto de 2018

Los ninjas de Kôga y su código secreto, de Yamada Fûtarô

Publicada inicialmente por entregas en una revista a lo largo de 1958, y ya como una novela completa en 1959, este libro sobre ninjas con poderes sobrehumanos que la editorial Quaterni tradujo y puso a nuestra disposición en 2012 es una obra que me atrajo desde el primer momento. Pues era otra oportunidad para leer fantasía que estuviese tanto fuera de la influencia de Tolkien como escrita por un autor no anglosajón, que son los que parecen dominar el panorama editorial de este género. Así que en cuanto tuve ocasión me hice con un ejemplar.

Japón, hacia el año 1615. El shogun Ieyasu Tokugawa ha de decidir sobre quién de entre sus nietos le sucederá en el poder, pero es incapaz de decantarse por uno de los dos. De modo que deja el asunto en manos del azar, pero no a base de echar una moneda al aire. Lo que le plantea a Hattori Hanzô, hombre de confianza en la corte y jefe supremo de los clanes ninja al servicio del shogun es lo siguiente: Hanzô ha de levantar la prohibición de guerra entre los clanes Iga y Kôga, enemigos desde hace siglos. En un plazo de tiempo estipulado, diez ninjas seleccionados por cada uno de los dos clanes han de enfrentarse entre sí, buscando la muerte de sus rivales de cualquier forma que tengan a su alcance. Al cumplimiento del plazo, el clan que cuente con más supervivientes de entre sus diez guerreros escogidos será declarado vencedor, y el heredero cuyo nombre estuviesen defendiendo será nombrado sucesor de Ieyasu.

Hay una grave complicación que involucra a ambos clanes, y es que la tregua obligada bajo la que se encuentran ha ido derivando a una situación de paz que promete ser duradera, más todavía cuando los dos herederos del liderazgo de ambos clanes, Kôga Gennosuke, y Oboro de los Iga, están enamorados y próximos a contraer matrimonio. Sus nombres se encuentran entre los primeros de cada lista.

De modo que lo que tenemos aquí es una novela que rebosa los temas de las mayores tragedias; deber y obligación frente a las aspiraciones personales, honor contra amor, decisiones imposibles en las que, se elija lo que se elija, se acaba perdiendo todo.

Pero todo eso lleno de ninjas.

Me sorprendió la forma en que se concibe en esta novela a esos individuos que, desde sus prosaicos orígenes históricos han derivado en algo envuelto en mito y leyenda. Y la presentación de los mismos hizo que me pareciesen muy interesantes, con sus originales enfrentamientos.

Y es que cada uno de estos ninjas de élite domina una técnica secreta. Un poder, forma de ataque o habilidad especial que, más que haber dominado, han nacido para ello. Efectivamente, los clanes practican una forma de eugenesia que busca las cualidades apropiadas, verdaderos programas de cría para conseguir individuos capaces de realizar semejantes proezas. Y eso se cobra un precio en el resto del clan, que cuando se le es descrito al lector, se trata de poblaciones llenas de gente con deformidades grotescas, resultados secundarios o fracasos en la búsqueda de los individuos más aptos. Yamada Fûtarô tenía el título de Doctor en Medicina, y se nota que hizo uso de sus conocimientos a la hora de proponer explicaciones -bastante fantasiosas, la verdad- sobre la asombrosa fisiología de estos guerreros.

El caso es que, aunque todos son expertos luchadores, capaces de realizar grandes proezas saltando, corriendo o moviéndose en silencio, cada uno de ellos posee su técnica o capacidad especial. Alguno puede cambiar de apariencia, otro puede secretar veneno por los poros de su piel, o sus músculos, órganos y huesos son tan flexibles y moldeables como la gelatina... Cuando combaten, es vital mantener en secreto su técnica, a la vez que siempre se intenta conocer la del adversario, pues ese conocimiento previo puede suponer la diferencia entre la victoria o la muerte. Y de paso da lugar, como mencionaba antes, a unas escenas de lucha muy originales. Y en ocasiones, con el nivel de violencia puesto por las nubes.

La novela se mueve a un ritmo frenético, pero casi nunca atropellado. Los personajes son muy arquetípicos -si se tratase de una obra más reciente diría que llenos de clichés y tópicos- pero su número y variedad palía en gran medida su falta de originalidad. En muchos momentos me recordó a los buenos relatos de Weird fantasy de los pulp.

Por cierto, hay algunas adaptaciones de esta obra en otros medios, como el manga Basilisk, con su correspondiente serie anime. Sólo he visto el primer capítulo de la serie animada, pero os aseguro que no exageran ni un ápice las capacidades y el aspecto de los personajes.

12 comentarios:

  1. Cómo mola. Me pregunto si sería esta obra la primera en usar los mitos de los ninjas de esta manera.

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    1. Uh, pues ni idea, la verdad. No conozco demasiado de este género, pero ninguna otra de esas novelas que he tenido ocasión de leer ofrecía esa perspectiva.

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  2. Suena raro, raro... pero guapo, guapo.

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  3. No conocía para nada el libro. Suena muy interesante, la verdad, y llama la atención que sea de finales de los 50. Apuntado.

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    1. Su fecha de publicación también me llamó la atención, casi contemporánea de El Señor de los Anillos.

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  4. Uh, muy interesante, desde luego.

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    1. Aunque sólo sea por lo curioso que resulta. Y se lee casi de un tirón.

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  5. Basilisk mola mucho. Es muy Ninja Scroll. Sabía que ambas se habian basado (cada una en su medida) en esta novela. Lo que no sabía es que estaba publicada en español. El viernes me llega. Y encima resulta que la misma editorial también tiene publicada la trilogía clásica de Mushashi y se puede comprar por 60 leréles. Gratos descubrimientos que agradezco.

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    1. Quaterni tiene una buena colección, aunque haya algún que otro título que prefiero esquivar. No los de Musashi, que leí allá por los noventa, publicados por Martínez Roca, si no recuerdo mal. Folletín de aventuras, con todo lo que conlleva, muy entretenido. Taiko, del mismo autor, también está disponible. Esa es más de intriga política, pero igualmente me gustó.

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  6. Me apunto Taiko también. Este tema me pierde. Gracias.

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  7. Me lo apunto ya que parece que promete.

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