lunes, 27 de julio de 2015

Estación de Tormentas, de Andrzej Sapkowski

Hace un tiempo me sorprendía la noticia de que habría nueva novela de Geralt de Rivia. No una continuación, además, sino que se trataría de una historia situada en un punto anterior al inicio de la tercera entrega de la saga. Por si todo eso fuera poco, sería lo primero que se volviese a escribir sobre el personaje con posterioridad a los tres juegos de PC y consola aparecidos en los últimos años (Edito: Parece que es posterior solo a los dos primeros juegos, y que en el tercero se hacen referencias a algunos elementos de esta novela). Todo el asunto me provocaba mucha ilusión, y también ciertas inquietudes.

La saga de Geralt de Rivia es, junto a la obra de Joe Abercrombie, lo mejor que se ha publicado en el género de fantasía de los últimos quince o veinte años. A mi parecer. Las aventuras del brujo cazador de monstruos, con su estilo crudo, irónico y algo desenfadado, forman una obra que creo que se merecería trascender el género. Uno de esos trabajos que, de no sufrir el fantástico los prejuicios que sufre de tantos críticos y lectores, pondrían a Andrzej Sapkowski en una posición de prestigio para el gran público, y no solo para quienes leemos este tipo de novelas.

Pero a menudo, un exceso de éxito lleva a la sobrexplotación de aquello con lo que se ha conseguido, con la consiguiente merma de calidad. Así que empecé a leer la novela con alguna reserva, preparado para encontrar algo que no alcanzase el nivel de los anteriores libros.

La verdad es que al final, me ha gustado mucho. No me ha decepcionado para nada, más bien al contrario.

En los libros publicados hasta ahora había una notable diferencia entre los dos primeros y el resto. Los primeros volúmenes, ambos antologías de cuentos hilados entre sí por una tenue trama central, siempre me parecieron mucho mejores que el resto. Las novelas tienen momentos deslumbrantes, pero creo que el autor se desenvuelve mucho mejor como autor de cuentos cortos antes que en otros géneros.

En Estación de Tormentas encontramos un término medio. La trama se va desplegando en secciones a medida que avanza la historia, estando muchas de esas secciones compartimentadas. Parecería una estructura episódica, pero después de alcanzar cierto extremo, el lector puede comprobar como hay un repliegue, a medida que las diversas situaciones se van resolviendo, hasta alcanzar el punto inicial. El conjunto es curioso, y podría ser denominado: "Una serie de desafortunadas casualidades", expresión que en el texto se emplea en más de una ocasión.

Geralt, durante sus viajes, decide hacer una parada en la capital del pequeño reino de Kerack, atraído por la popularidad de los platos preparados en cierta posada de allí. Ya desde su llegada comienzan los problemas, que se van amontonando sobre el brujo. Acusaciones de estafa, el robo de sus espadas, intrigas dinásticas y la intromisión de algunos hechiceros, que pretenden hacer uso de sus servicios para lavar sus propios trapos sucios. Cada asunto en el que se implica, le lleva a un nuevo problema, y así sucesivamente.

La novela contiene los temas típicos de la serie: La corrupción y mezquindad de las autoridades, la falta de empatía y actitud despiadada de los gobernantes, el sufrimiento del pueblo llano. Un paisaje deprimente pero suavizado por los toques de humor así como por las personas decentes, las que se preocupan por cumplir con su trabajo o que son capaces de apartarse de su camino para ayudar a alguien, que de vez en cuando aparecen en la historia, pequeños puntos de luz en un mundo muy sombrío.

Sapkowski gusta de hacer uso de la sátira social en sus novelas, un  rasgo que comparte con Terry Pratchett. Al igual que en Mundodisco, en la zona en la que se desarrollan las aventuras del brujo, de vez en cuando hace su aparición una serie de instituciones sociales muy sofisticadas, que no solemos identificar con una sociedad medieval -o incluso renacentista- como las de estas novelas. En el caso de Estación de Tormentas, los procesos legales, con sus complicaciones, sus absurdos y su fácil manipulación por parte de los poderosos resulta algo recurrente.

Por lo demás, los elementos a esperar de una novela así: Buenas escenas de acción, diálogos interesantes y divertidos, un tono algo pesimista sobre la naturaleza humana -con sus excepciones, como ya se ha comentado-, y varios personajes que despiertan la simpatía del lector -aunque distan de ser perfectos-, junto con villanos dantescos, mezquinos y repulsivos.

Tras leer el epílogo de la novela, me ha quedado la duda de que se esté informando al lector que habrá nuevas entregas, o que se trate de una despedida final de un personaje que pasa a formar parte de le leyenda. Si la serie se da por acabada con Estación de Tormentas, será un buen final. Si hay nuevas novelas protagonizadas por Geralt de Rivia, espero que mantengan el listón a la altura actual. Que es mucha.

3 comentarios:

  1. Pues todavía no me he leído ésta, pero comparto tu opinión sobre el resto. Aunque las novelas restantes no están nada mal (en absoluto) me quedo sobre todo con los dos primeros volúmenes.

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    1. Me parecen mejores, sin dudar. Creo que Sapkowski está completamente en su elemento cuando se trata de escribir un cuento, pero se despista un poco a la hora de estructurar una novela. Así y todo, tanto las de Geralt de Rivia como la de las Guerras Husitas son magníficas.

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  2. Al final Nemue, lanza las preguntas que los lectores se hicierón al finalizar la Saga. ¿Qué fue de Ciri, de Yennefer, como terminó en realidad la historia? Sapkowski usa la estrategia de la ilusión para engañar, pero es evidente que Geralt y Yennefer no murieron y aunque hayan transcurrido más de 100 años aún se mantienen con vida.

    Y no es que yo lo quiera creer, es que para eso fue pensado el epilogo, pero como ya mensioné, Sapkowski usa la trampa de la ilusión para no dejarlo 100% claro y jugar con el lector.

    Ojalá y en un futuro no muy lejano, Sapkowski nos sorprenda con más historias de Geralt y su fantastico universo. Y hay que decir que lo hecho por CDProject es sinónimo de elógios. Gracias a ellos, la leyenda de Geralt es eterna.

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