Pues resulta que hace poco jugué una partida de este juego, del que no sabía más que de oídas. Ciencia ficción y tal. Uno de los miembros de la asociación a la que acudo es aficionado a este juego, y dirigió una partida a un grupo entre los que había jugadores que ya tenían alguna experiencia, y al menos yo, que no sabía casi nada de ambientación y sistema.
Y por cierto, que resulta agradable, para variar, poder escribir una entrada de estas, en las que únicamente puedo hablar de mi experiencia en la toma de contacto con un juego que no he leído, pero que sí he jugado.
Nexus, si me enteré bien, presenta un futuro en el que la humanidad corre el riesgo de estancamiento debido al agotamiento de los recursos naturales en el sistema solar. El descubrimiento de un misterioso agujero de gusano espolea una misión de exploración para la que se construyen tres naves ciudad inmensas, dos de ellas civiles mientras que la tercera, la Nexus homónima del juego, cumple las funciones de escolta militar.
Como suele, algo va mal cuando las naves atraviesan el agujero de gusano, quedando la Nexus aislada de las otras naves y sin pistas del paradero de estas. Así que, en plan Galactica o Voyager, los mandos de la nave discuten acerca de si buscar a los desaparecidos, tratar de regresar a casa o cumplir la misión encomendada como mejor puedan.
Y todo esto con una trama política en la que se disputa el control de la nave, cuyo comandante parece estar volviéndose un dictador, y quien sabe si el retorno de la poderosa Nexus a la tierra podría acabar siendo en realidad un problema para los habitantes del planeta. Pero insisto, no conozco apenas nada del juego, solo algo del trasfondo que se nos explico al inicio de la sesión.
La partida en sí se basaba en la resolución de un problema lógico, uno de esos puzzles enigma que tanto gustan en los juegos de rol. En realidad a mí no se me da muy bien este tipo de asuntos, pero incluso siendo así, me gustó mucho la idea que tuvo el director de juego, que me pareció curiosa e interesante. Aunque no fue precisamente mucho lo que pude hacer para colaborar en la resolución del problema -de hecho, al final no lo resolvimos correctamente-, todo el asunto me dejó muy intrigado, pensando en aplicaciones de la misma idea en otros juegos y ambientaciones.
Creo que la partida me habría gustado todavía más si hubiese habido algo de contenido secundario rodeando ese núcleo de la resolución del problema. Pero lo dicho, la idea de la partida me sorprendió, aunque fuese más apta para una partida autoconclusiva que para una campaña (tal y como terminó, nos cargamos la ambientación retroactivamente, ahí es nada). Lo curioso es que, al finalizar la partida, el director de juego nos comentaba que, leyendo el manual de Nexus, da la impresión de que el juego trata de buscar y extraer un cierto mineral -marzio, creo que se llama- vital para el mantenimiento de la nave o algo así, y que muchas de las misiones van de eso, unidas a un fuerte componente bélico. Pero que, si uno observa alguna de las partidas que el autor, Jesús Rolero, cuelga en su canal de Youtube -no he visto ninguna- los temas de las partidas son completamente distintos, y mucho más sofisticados.
El sistema resultaba de lo más sencillo, tirar 1D6 y sumarle una característica o habilidad contra una dificultad. Para la partida que jugamos no necesitamos algo más. Hubo un combate, y ahí entraron en juego algunas modificaciones del sistema que el director de juego había incluido, por lo que no puedo hacerme una idea acerca de qué tal estaría la versión estándar. Quizá me pareció sencillo en exceso para un juego en el que parece haber mucho énfasis en cuestiones bélicas y tecnología de armamento. Pero claro, también hay que tener en cuenta que el sistema de Nexus se acerca a una corriente de juegos por los que no siento particular afinidad. Así que no soy el más indicado para hacer una crítica cabal de su mecánica.
El caso es que pasé un buen rato, y eso es lo que importa.
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