lunes, 17 de agosto de 2015

La frontera de las sombras, de Tad Williams

Hace la tira de años leí Añoranzas y Pesares, una serie de cuatro novelas de Tad Williams. No recuerdo mucho de aquella historia, salvo que no resultaba demasiado original, que no ocurría gran cosa a medida que pasaba las páginas, y que todo iba a paso de caracol. A pesar de todo terminé aquellos libros. Hoy día no lo habría hecho. Transcurren los años y uno se da cuenta de que en realidad no dispone de todo el tiempo del mundo. Así que mejor no gastar algo de ese precioso tiempo en novelas que no pueda disfrutar, o que ni siquiera me entretengan adecuadamente.

Pero eh, que no vaya a tropezar dos veces con la misma piedra no significa que no pueda tropezar con otra piedra muy parecida. Con la llegada del verano, el calor demás, me entraron ganas de leer algo sencillo y entretenido, fácil de leer, que no me obligase a mucha concentración. Aventuras clásicas de las de toda la vida, pero que estuviesen por encima de las novelas de franquicia. De modo que mirando por ahí, me encontré con la serie Shadowmarch, de Tad Williams. Estas novelas prometían exactamente lo que yo iba buscando, así que, pensando que había pasado mucho tiempo desde la última vez que leí a este autor, y que siendo esta una historia que no pretendiese imponer un ambiente melancólico -insisto en que esa era la pretensión, porque Añoranzas y Pesares se limita a ser una historia aburrida, a mi gusto-, pues igual merecía la pena darle otra oportunidad. Así que leí la primera parte, La frontera de las sombras.

Shadowmarch, publicada por Alamut, nos presenta una historia que sí, es de un corte bastante clásico. La acción se centra en el reino guardián de la frontera con la tierra de las hadas, que antaño dominaran todo el continente pero que fueron arrinconadas hasta su extremo septentrional por los humanos llegados de otro continente situado al sur. La frontera en cuestión es de naturaleza mágica, y ningún humano puede atravesarla y conservar la cordura, o así se cuenta.

Los principales protagonistas son dos hermanos gemelos, hijos menores del rey, a los que una serie de circunstancias acaba convirtiendo en regentes, cuando todavía se encuentran en plena adolescencia. Se enfrentan a una conspiración dentro de su propio castillo, a las presiones del poderoso imperio del continente sur, cuyo Rey Dios pretende gobernar todas las tierras humanas, y a la creciente amenaza de las hadas, que tras siglos sin dar señales de vida se han puesto en pie de guerra (entiéndase por hadas todo tipo de criaturas, algunas bastante desagradables). Junto a estos dos personajes hay una serie de tramas escasa o nula relación con la principal -por el momento, sigue una estructura de novela río-, cuyos actores principales son un cavernero -seres parecidos a los enanos de fantasía, pero sólo en que son muy pequeños y grandes trabajadores de la piedra y las cavernas, en absoluto se trata de gente guerrera- de mediana edad que encuentra a un misterioso niño cerca de la frontera de las sombras, y al que su esposa anima a adoptar; También la de un capitán de la guardia del castillo de los dos adolescentes, que tiene pinta de ser el héroe más clásico de esta serie; Y a una joven acólita, a la que el Rey Dios ha escogido como miembro de su harén, por lo visto con intenciones más siniestras de las previsibles.

La mayoría de estas tramas secundarias son más interesantes que la protagonizada por los dos adolescentes, personajes que me resultaron pesadísimos y por los que me era imposible sentir cualquier empatía. Y es que Williams ha retratado demasiado bien los rasgos de la edad del pavo en estos dos gemelos: Inseguros, extremadamente sensibles con la más mínima crítica, y ensimismados en sí mismo de un modo egoísta. En ocasiones encuentro exasperante el modo en que muchos autores caracteriza con un exceso de madurez a personajes juveniles y aun infantiles, pero en este caso algo de eso no me habría importado.

Las otras tramas, como digo, se muestran algo más interesantes, y personajes como el cavernero resultan originales. Pero hay algo común a todas estas historias, y no es otra cosa que el ritmo al que se van desarrollando. Que es lento. Mucho. Y no pasa casi nada, la mayor parte del contenido es relleno, quitando algunos capítulos puntuales.

¿Sabes esas novelas clon de Tolkien?¿Esas que siempre comienzan con algún jovenzuelo que vive en una apartada población rural, a la que acaban de llegar unos misteriosos forasteros? ¿Que cuando las empiezas a leer estás seguro que dentro de dos o tres capítulos el pueblo habrá sido atacado, la familia del joven habrá sido asesinada, y sin nada que le ate a su hogar, éste se una a los forasteros, que resulta que habían venido a buscarle, porque es el Elegido y tal?

Vale, pues ahora imagina que eso fuese todo lo que te cuentan en el primer volumen de la serie. Que dedicasen unos cuantos centenares de páginas para ello. 

Pues así es La frontera de las sombras. En serio. Cada trama cuenta con dos o tres capítulos importantes, alguno al principio, quizá alguno a mitad, y otro al final de la novela. Y lo que ocurre entre medias es puro relleno, insulso e irrelevante.

No es que Tad Williams tenga una mala prosa. Tiene pasajes bastante buenos, hay planteamientos y personajes que despiertan interés. Es solo que da la impresión de que, una vez se le han ocurrido estos elementos, se aferra a ellos sin atreverse a soltarlos para desarrollar de verdad su historia. Marea la perdiz con una trama que avanza muy despacio, con gran escasez de ideas tras el despliegue inicial. Sabe cómo empieza y sabe cómo termina, lo demás es sólo ir haciendo tiempo

Y encima es una serie larga, de cuatro volúmenes. Creo que paso de repetir lo de Añoranzas y Pesares, y me planto después de esta primera parte.

4 comentarios:

  1. No he leído la novela que reseñas, pero coincido totalmente con tu opinión sobre el estilo de Tad Williams. Cuando leí "Añoranzas y pesares", se me hizo tan larga, que el final no me pareció que estaba a la altura. En cambio, hubo varios puntos a lo largo de la historia, que me parecieron mucho más épicos que el final. A pesar de eso, decidí volver a apostar por Tad Williams y leerme la saga de novelas "Otherland": otra novela río larguísima... y lo mismo. La idea era genial, pero lo largo de los libros me hizo esperar un final apoteósico y fue todo lo contrario, ¡me decepcionó casi tanto como el final de Perdidos! :-( Así que, a mí, este señor ya no me engaña más. :-)

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    1. Yo, desde luego, tampoco pienso volver a picar con otro de sus libros. Que ya tengo el pie bastante dolorido de tanto tropiezo. Creo que aparte de Añoranzas y Pesares, y de esta novela, lo único que he leído de Williams es un cuento escrito para una antología de relatos de Elric. La verdad es que no estaba mal, salía Jimmy Hendrix y todo ;). Creo que ese relato es lo único que he leído de este autor que de veras me ha gustado.

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  2. Por si no lo conocias:

    http://www.3djuegos.com/noticia/155429/0/otherland/early-access/pc-steam/

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    1. No lo sabía, algo que no es de extrañar, no soy muy de juegos de pc ni de consola ;).

      Aunque resulta curioso, parece que esta serie de Otherland debe de tener su cuota de seguidores.

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