viernes, 28 de agosto de 2015

Indie summer

Para mí se ha convertido casi por casualidad en una tradición el aprovechar los meses estivales para dar algo de rienda suelta a la promiscuidad. Promiscuidad rolera, entiéndase. Probar juegos nuevos, en algunos casos, bastante alejados de los que me resultan más habituales.

El verano pasado la cosa fue precisamente de juegos D100, recuperando Aquelarre y BRP (bajo su forma de Magic World); el anterior, vieja escuela con Aventuras en la Marca del Este y Dungeon Crawl Classics. Y retrocediendo otro año, Yggdrasyll y El Rastro de Cthulhu

En esta ocasión he tenido ocasión de jugar (además de con algunos sistemas recurrentes, como RuneQuest, o la quinta edición de Dungeons & Dragons) a algunas cosas nuevas. 

Primero, a Espada Negra, con un escenario introductorio incluido, creo, en la web del juego. Publicado por la Hermandad de la Espada Negra (la asociación de sus creadores), y con la colaboración o asesoría de HT Publishers, sigue los vericuetos de la fantasía oscura. El sistema me pareció correcto, sin nada que destaque especialmente pero tampoco que me provocara ningún rechazo (aparte del hecho de que se trata de un sistema de reserva de dados, variedad que no me gusta mucho. Pero eso es más cosa mía que del juego), pero la ambientación me pareció algo bastante más logrado. Hay una serie de culturas en las que las fuentes originales sobre las que se han inspirado resultan bastante aparentes, sí. Pero el estilo de la redacción y las descripciones me resultaron interesantes. Prefiero los juegos que son fruto de los gustos personales y las campañas jugadas por los autores antes que los realizados por encargo, y definitivamente en Espada Negra hay mucho de eso.

Después de este juego, las cosas se me pusieron algo raras (dados mis gustos, para muchos estos juegos serán de lo más convencional y habitual en sus mesas de juego).

Tras dirigir el escenario Sariniya´s Curse, me reuní de nuevo con el mismo grupo, pero esta vez en calidad de jugador, y para probar nada menos que Fae, con el que no había tenido ninguna experiencia directa anterior. Tengo el manual de Fate -y hasta algún suplemento-, pero todavía no había logrado jugar una partida que me demostrara, in situ, las particulares virtudes de este juego (tampoco es que haya podido jugar muchas, eso también es verdad). 

Fae, o Fate Acelerado, es una versión reducida a su mínima expresión de las cualidades de Fate. Un minúsculo manual que incluye lo necesario para dirigir partidas rápidas y muy dinámicas, con poca preparación por parte del director de juego, que ha de estar preparado para los imprevisibles movimientos de los jugadores. En este caso, el asunto trataba de un escenario situado en el universo de Star Wars, donde nuestros PJ (personajes oficiales de la ambientación, por cierto), tenían que sabotear un talent show imperial, dedicado a producir propaganda para el reclutamiento militar.

Por fin pude comprobar de primera mano como funcionaba esto de los aspectos, que da mucho juego, la verdad. Otra cosa es que tenga ciertas dudas acerca de si me gustaría jugar una campaña continuada con Fae, me da la impresión de que va más apuntado a las partidas rápidas y autoconclusivas. Pero bueno, eso ya depende más de los gustos de cada cual.

Y después de eso, pasamos ya, en otra sesión, a tema duro de verdad. Nunca había probado un juego narrativo (no me refiero a un juego de rol "narrativista", sino a un juego narrativo, de esos de "vamos a contar una historia"), y ha sido casi de casualidad que haya probado uno. Cosas de quedar en el último momento. Ya se había determinado probar este juego, y no quise que se cambiaran los planes previstos solo por haber llegado el último, así que me resigné a probar algo a lo que, en condiciones normales, me habría negado. Sorprendentemente, me lo pasé bien.

Se trataba de Archipiélago, un juego muy sencillo (se puede encontrar completo en la página de Conbarba, aquí), en el que cada jugador controla (más que interpretar en el sentido de un juego de rol, se convierte en una especie de guionista especializado) uno de los protagonistas de la historia que se va a formar entre todos. A lo largo de la sesión, los jugadores deben ir dando forma a una historia en la que, manejando una serie de variables y reglas, al final todos los protagonistas deben acabar cumpliendo sus destinos, determinados de antemano (y su destino puede ser morir, o fracasar miserablemente en todo lo que les importa, tanto como puede serlo triunfar). 

La partida que jugamos iba sobre la historia de Beowulf, encargándome yo de Grendel (que al final habría de morir a manos del héroe), y después de unas cuantas rondas en las que los participantes íbamos añadiendo nuestros aportes al relato, al final quedó una historia sencilla, pero no falta de coherencia.

Fue una experiencia. Como decía, de haber contado con más tiempo no habría querido participar, y lo cierto es que no creo que vaya a volver a hacerlo, por lo menos en una temporada. Pero durante la partida, superadas mis reticencias iniciales a este tipo de juegos, lo pasé bien.

Y ahora, para rematar, toca jugar una partida de HeroQuest Glorantha (hace años que no juego una partida a HQ), y luego volveré a ponerme detrás de la pantalla, en esta ocasión con una partida de Unknown Armies, cuyos libros tenía también abandonados desde hace mucho tiempo. A ver que tal se me da dirigir un escenario de investigación para miembros de la Nueva Inquisición.

Y tras el final del verano, ya veremos.

6 comentarios:

  1. Joe, que envidia. Yo en verano he jugado, contando, dos sesiones. Ambas de Deadlands, eso sí.

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    1. ¡Savage Worlds! Ya me gustaría a mí poder jugar con este juego. De hecho, espero poder tener ocasión de hacerlo en las LES, porque si no, parece que lo llevo claro para poder probarlo.

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    2. No te preocupes, yo creo que en las LES algo de Savage vas a encontrar seguro :)

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    3. Eso espero, que con tantas partidas que preparáis pueda conseguir plaza en alguna de ellas :).

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  2. pues si, envidia. este verano apenas he jugado un par de partidas y no hay visos de continuidad.
    En fin, el Espada negra te lo has comprado? me gustaría leer una reseña de las tuyas del juego, que suena mucho en g+ pero me produce dudas por tema de gustos personales.
    Respecto a los juegos indies, a mi me gustan mucho, pero le fuístes a dar a uno exigente, no? ;)
    le eche el ojo y recuerdo que me interesó pero lo vi muy cuenta cuentos y muy alejado del rol como para terminar de convencerme.
    respecto al Fae, no se, es tan mínimo que a mi no me gusta algo tan, para mi, simple, a la hora de articular el desarrollo de las partidas.
    He tenido desiluciones con juegos livianos que prometen mucho con pocas reglas y luego creo que se quedan alejados de lo que busco para definir el desarrollo lúdico de las partidas.
    en fin, lo bueno es probar de todo claro.

    saludos!

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    1. No, no he comprado Espada Negra. Estuve dudando (aunque Walhalla salió casi a la vez, y a ese sí le tenía echado el ojo), pero después de que otro jugador lo comprase y lo probásemos en mesa, no creo que lo haga. No me disgustó especialmente, pero tampoco encontré nada que despertase de verdad mi interés. Claro que tampoco lo he leído, y sólo he jugado un par de sesiones, así que no puedo hablar con seguridad.

      ¿Lo del juego exigente lo dices por Archipiélago? Mientras el jugador que lo conocía estaba explicándonos cómo se jugaba, yo estaba pensando "Ay, ay, ay, en qué me he metido..." XD. Pero en cuánto la cosa comenzó a rodar, entrar en la historia me costó mucho menos de lo que esperaba. Al final fue una buena experiencia. Pero en ningún caso lo llamaría rol; quizá otros aficionados tengan una definición de juego de rol que abarque mucho más que la mía, pero para mí es evidente que se trata de otra cosa.

      Creo que el Fae es muy adecuado para partidas sencillas, casi improvisadas, y sin ánimo de continuidad. No me imagino jugando una larga campaña con este sistema, pues me gusta, como creo que te ocurre también a ti, que los juegos tengan algo más de "chicha".

      Y sí, desde luego, jugar a cosas muy distintas, aunque solo sea por probar, siempre resulta enriquecedor y ayuda a prevenir la cortedad de miras.

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