lunes, 3 de abril de 2017

Bosque Mitago, de Robert Holdstock

El británico Robert Holdstock publicó inicialmente la que probablemente es su obra más conocida en forma de cuento en 1981. Ese mismo año Bosque Mitago ganó el British Science Fiction Award. Y en 1984, publicado de nuevo pero ahora ya como una novela, se hizo con el mismo premio, en su categoría correspondiente. Al año siguiente obtendría el World Fantasy Award.

Y es que Bosque Mitago es una obra muy especial, una que destaca en un género muy plagado por los clichés, uno en el que tras una obra de éxito sigue una avalancha de imitaciones. Con Bosque Mitago nos encontramos con gran cantidad de elementos que pueden resultar familiares al lector, pero también con una interpretación completamente original.

La historia nos presenta a Steve Huxley, un joven que regresa al hogar familiar por primera vez en años, tras haber combatido en la Segunda Guerra Mundial y haber dilatado su estancia en la Francia de postguerra. Y es que Steve no guarda buenos recuerdos de su marcha, debido a su difícil relación con su padre. Sabiendo que éste ha fallecido y que su hermano mayor, Christian, ha contraído matrimonio de forma inesperada, Steve decide regresar a la casa familiar, situada en un entorno rural, cerca del bosque Ryhope, uno de los pocos espacios naturales de este tipo que se conservan vírgenes en Inglaterra. Una vez allí, no tardará mucho en darse cuenta de que en su hermano, en su casa y en el bosque ocurren cosas muy extrañas.

El inicio de la trama parece casi propio de Lovecraft, o de la novela gótica. El paraje aislado, el extraño comportamiento de Christian, los recuerdos de la obsesión del padre de ambos por el bosque. Pero pronto, la historia gira en una dirección muy diferente.

El autor tomó las ideas de autores como Joseph Campbell y su teoría del monomito y la pervivencia de las historias a través del tiempo en el subconsciente colectivo de cada cultura, y las dotó con una dosis de fantasía. En ningún momento el lector va a tener explicación alguna acerca del por qué, y solo una muy ligera sobre el cómo ocurre lo que ocurre en lugares como el bosque Ryhope y la naturaleza de los mitagos -contracción de mito imago, o imagen del mito-, lo que me parece todo un acierto. Sí sabemos lo que ocurre, y es un viaje a través de un territorio que desafía las leyes del tiempo y del espacio, y que es sensible a la psique humana. Pero también es el esfuerzo del protagonista por resolver varios cabos sueltos en relación a los miembros de su familia.

Es una novela de lectura tranquila. Tiene sus momentos de acción y aventura, pero son pocos y la verdad es que la novela no trata de eso. Mucho más importante es la relación de los personajes principales con el bosque, y como son transformados, cada cual de modo diferente, por la poderosa influencia del entorno y la mitología viviente en la que se sumergen.

Bosque Mitago me resultó una lectura fascinante la primera vez que lo leí, y lo he revisitado alguna que otra vez desde entonces. Aquí fue publicado por primera vez por Martínez Roca, en su serie Gran Fantasy, y más recientemente por Gigamesh, prueba del aprecio de Alejo Cuervo por la obra. Robert Holdstock continuó la serie hasta llegar a la séptima entrega, Avillion, publicada en 2009 -ese mismo año fallecería Holdstock- y que supuso el regreso a la saga de Ryhope después de los once años transcurridos desde la anterior novela del ciclo. Lamentablemente aquí solo hemos podido ver las ediciones traducidas de las dos primeras parates de la serie: Bosque Mitago y Lavondyss. Es una verdadera pena que no podamos disfrutar en castellano de la saga completa, aunque hay que aclarar que se trata de lecturas independientes.

Una gran obra. De temas originales e interesantes, que son tratados con un estilo maduro, sin tremendismos ni excesos, que no le resultan necesario al autor para crear sus momentos de horror o sensibilidad. Realmente recomendable.

2 comentarios:

  1. Yo descubrí este libro a través de La Frikoteca, hace pocos años, y me encantó. Lo devoré con una rapidez pasmosa, porque me pareció muy original y absorbente. Y, sobre todo, muy muy mítico. Es como una búsqueda heroica gloranthana.

    Luego no pude evitar leer Lavondys, que me gustó menos, aunque el final es...buf. Menudo viaje.

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    1. Yo igual, Lavondyss me gustó menos en su momento,aunque tiene momentos muy buenos, como los cuentos que salpican la historia, una de las cosas que más me gustaron de estas obras. Y siento curiosidad por leer el resto.

      Desde luego, "Mítico" es una palabra que describe muy bien el trasfondo de esta serie :).

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