lunes, 2 de marzo de 2020

Totalmente por sorpresa

De los tres grupos de juego en los que participo, aquel en el que dirijo la campaña de Val-du-Loup es el que está compuesto por los jugadores más recientes en esta afición. De los cuatro jugadores, dos de ellos llevan un par de años, otro habrá hecho ya uno y el último apenas unos meses. No son chavales, la mayoría ronda los veinticinco -el cuarto es algo mayor-, pero como le comentaba a un viejo amigo hace un tiempo, el entusiasmo con el que juegan me resulta contagioso. Creo que lo pasan bien, y viéndolo así, también yo disfruto mucho de estas partidas. Pero no me esperaba esto.

Resulta que hace algunas semanas uno de los jugadores nos invitó a cenar en su casa el viernes. Normalmente jugamos los miércoles, así que eso significaría hacer dos sesiones en una semana -porque junto con la cena también propuso que jugásemos allí-, pero por mi parte no había inconveniente, si eso es lo que querían.

De modo que el viernes nos reunimos allí. Llevé la acostumbrada botella de vino -un triunfo, resultó que ninguno de ellos bebía... vino- y pasamos un buen rato allí. Y entonces es cuando me sorprendieron. Por lo visto, habían estado conspirando a mis espaldas, planeando para hacerme un regalo totalmente inesperado por mi parte. Un detalle que quisieron tener con el director de juego. Y entre el gesto y lo acertado del regalo, la verdad es que me dejaron emocionado.

Se las apañaron para hablar con algunos viejos amigos míos para preguntar acerca de qué podrían escoger, según me fui enterando posteriormente. Alguien les debió informar acerca de mi afición por los libros en blanco, que me encantan. Me regalaron uno de esos con cubiertas de cuero, las resmas de papel grueso bien cosidas, un cordel para mantenerlo cerrado y hasta  un bonito diseño de dos dragones enfrentados en la cubierta. 

Lo que de verdad me sorprendió fue el otro detalle, porque no recuerdo haber mencionado jamás a nadie el hecho de que me hacía ilusión tener un juego de escritura con pluma. No estilográfica, sino una pluma de verdad, de esas que se moja en el tintero. Un par de días después, tomando café con un amigo, me contó que le habían llamado, y que al preguntarle si pensaba que esto me gustaría, les respondió que probablemente era algo muy bien escogido. Que yo no me limitaría a tener ese juego de escritura como un adorno, sino que me gustaría utilizarlo. Lo cual es completamente cierto, me tienen calado. Tendré que buscar la ocasión apropiada, pero la idea de utilizar realmente estos útiles de escritura me gusta muchísimo. El papel del libro en blanco parece lo bastante grueso como para poder escribir así sobre el mismo, así que probablemente lo utilice allí.

Más allá del detalle en sí de los regalos, me siento halagado -y hasta con un puntito de orgullo- de que los jugadores hayan expresado de este modo lo satisfactorias que les resultan las sesiones que llevamos compartiendo hace ya algún tiempo. Que no lo estaré haciendo del todo mal. 

Les estoy muy agradecido, no solo por los regalos, sino por ese entusiasmo contagioso que mencionaba al principio -y que, entre otras cosas, me animó a llevar un nuevo diario de campaña, algo con lo que planeo devolverles el detalle más adelante-, un entusiasmo que después de casi treinta años inmerso en esta afición resulta infrecuente y valioso y digno de atesorar.

Tras la cena jugamos una sesión, efectivamente. Yo estaba ya algo cansado y con un resfriado en sus primeras fases -no sé en otras partes, pero los cambios de temperatura por aquí son frecuentes y brutales estos días-, así que en realidad no lo llevé tan bien como debería y se merecían. Pero para la siguiente ya estaré más preparado. Y ya iré dejando por aquí lo que fue ocurriendo a lo largo de esas sesiones, por ahora vamos con dos de adelanto respecto al diario de campaña.

En fin, es genial poder contar con gente así para compartir y disfrutar de mundos y aventuras alrededor de una mesa, con dados papel y lápiz. Me siento afortunado por las amistades que he podido cultivar a lo largo de los años de afición.

19 comentarios:

  1. Pues enhorabuena por esos jugadores; son un tesoro.

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    1. Sí que he tenido mucha suerte al poder jugar con ellos, sí.

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  2. Menudo filón has encontrado... Y con esos regalos estoy seguro de que ellos piensan lo mismo de su máster.

    ¡Que bónito, leches!

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    1. Algo debo de estar haciendo medio bien. Trataré que no se me suba a la cabeza ;).

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  3. Puedes sentirte orgulloso: menudo regalazo! 😁👍

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  4. Es encantador y muy bonito que la gente reconozca el trabajo y el buen hacer de uno.

    Sin duda te lo mereces ¡Felicidades!

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    1. Gracias. Y bien que supisteis guardar el secreto, después de que os preguntaran al respecto :).

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  5. ¡Qué maravilla! :D
    Pero no me sorprende, la verdad. ;)

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  6. Jugadores así valen un potosí, pero es que DMs con tú deben valer un imperio. Seguir jugando, que es lo mejor de esta afición, y más si encima nos lo cuentas y podemos leerlo por aquí.

    Fuera coñas, es verdad que después de tantos años cosas así no dejan de sorprender, aunque claro, si son "jóvenes" pues es más normal ese entusiasmo. Yo este mes de febrero he arbitrado tres sesiones de nuestra vieja, perdida y casi olvidada campaña de Castle Ravenloft (con un 90% de jugadores cuarentones, ojo) y para mí ha sido igual de emocionante por lo inesperado de que a estas alturas los jugadores con los que llevo 20 años o más jugando tengan ese grado de compromiso. ¡Carpe Diem!

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    1. Eso es digno de admiración. También yo estoy en alguna partida junto con amigos a los que conozco desde la adolescencia -desde la infancia, en algún caso- y también siguen disfrutando de esta afición. No es que muestren más tedio, pero para los que ya llevamos tanto tiempo en esto resulta difícil que las cosas parezcan frescas, lo que sí ocurría cuando comenzamos en esto de los juegos de rol. Supongo que la cosa ahora va de buscar un cierto refinamiento.

      Como mola lo de Ravenloft. A mí me encantaría poder retomar, siquiera por espacio de unas pocas sesiones, nuestra vieja campaña de Reinos Olvidados, así que me imagino lo que debe de suponer para vosotros. ¡Vita Brevis!

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    2. Yo es que soy de los que no olvidan una campaña por mucho que pasen años, pero lo de recuperar los Reinos todo es ponerse. Aquí estamos para hacer cosas que nos gusten,y si los implicados aún jugáis siempre podéis darle una oportunidad.

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  7. Madre mía. Cuídalos, que esos son de los que te arreglan la jubilación.

    Coñas aparte, es un regalo merecido y apropiado. Además que dice mucho de ellos y el máster.

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    1. Sobre todo de ellos, yo solo espero estar a la altura.

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  8. Indeed, as Carlos says. Such generosity! You'll feel extra bad when you kill their characters like bugs. :-D

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