Segunda entrega de la ambiciosa serie The Stormlight Archive. Continuando la trama apenas unas pocas semanas después de los últimos acontecimientos descritos en El Camino de los Reyes, en esta ocasión Sanderson presta un mayor protagonismo a Shallan Davar, la joven erudita que se ha topado con las pistas de una amenaza creciente para todo su mundo. Pero tampoco se descuida la historia de Kaladin, el soldado en el que han vuelto a manifestarse los poderes de los legendarios Caballeros Radiantes, considerados responsables de muchos de los desastres del mundo actual debido a los actos que cometieron antes de su desaparición.
Tal y como en El Camino de los Reyes se dedicaba una buena cantidad de páginas a contar la historia previa de Kaladin, toda la serie de sucesos que le llevaron a su situación inicial en el momento de comenzar la serie, Palabras Radiantes hace lo propio con Shallan. Sanderson ha decidido escribir, para este personaje, algo que es prácticamente una novela gótica, describiendo una familia sumida en el terror que inspira el tiránico padre, y como cada uno de los hijos desarrolla sus propios traumas. La joven Shallan intenta llevar un poco de paz y cordura para los suyos, aunque ella misma se empeña en reprimir ciertos recuerdos.
Y Dalinar, alto príncipe de Alezkar, sigue decidido a reinstaurar las diez órdenes de los Caballeros Radiantes, tal y como ha deducido de sus visiones. Para ello tiene que seguir lidiando con la mezquina política de sus pares, enfrascados en sus intrigas y dedicados a una guerra que no tiene vistos de terminar pronto.
Como con todas las novelas de Sanderson, leí Palabras Radiantes con la guardia alta, sin poder dejar de pensar que eventualmente acabaré encontrando algún capítulo en el que finalmente, el tratamiento de la religión, tema recurrente en la obra de este autor, deje de ser una herramienta para la narración de la historia y se convierta en alguna especie de fábula de moraleja religiosa. En absolutamente todos sus libros los seres que reciben el nombre de dioses -y son adorados como tales- en realidad no lo son, se trata de falsos dioses o simples individuos de gran poder personal, aunque se suele intuir, en cambio la presencia de un Dios por encima de todo.
Casi podría decirse que la forma en la que se ha tratado esa cuestión en novelas anteriores han sido ensayos para lo que viene a ser esta serie, casi con seguridad la historia más ambiciosa que emprenderá el autor a lo largo de su vida -podría tardar veinte años o así en terminarla, al ritmo que ha publicado las dos primeras-. Aquí, la cuestión de la naturaleza de Dios -aunque se trate de una falsa deidad- tiene un papel mucho más relevante para el desarrollo de la trama. Eso me hace recelar de cómo acabará desarrollando todo el tema, pero por el momento mis temores resultan infundados.
El tratamiento de la acción sigue también con el estilo del autor. La espectacularidad está a la altura de Nacidos de la Bruma, siguiendo una progresión creciente cuyo clímax hace que me pregunte qué hará el autor para las siguientes entregas. Confío lo bastante en Sanderson como para estar seguro de que, llegado cierto punto, no caerá en hacer las cosas al estilo "Dragon Ball" (tras la ostia, la megaostia, y despés la hiperostia y así sucesivamente), pero tengo curiosidad sobre cómo manejará esta faceta de la historia. Parece una tontería, pero he leído otras novelas en las que ocurría algo similar, y al final al autor la cosa se le iba de las manos eso de los personajes que parecen superhéroes. Pero por el momento aquí está muy bien llevado.
Al contrario que en El Aliento de los Dioses o Nacidos de la Bruma, el lector de The Stormlight Archive no cuenta con una pronta explicación sobre el funcionamiento de los poderes sobrenaturales con los que cuentan algunos personajes. Sin duda Sanderson tiene presentes desde el principio las reglas del funcionamiento de la "magia" en esta serie, igual que lo ha hecho en todas sus otras novelas. Aquí se pierde esa posibilidad de ser sorprendido por las formas en las que los personajes hacen uso de unas reglas aparentemente sencillas. Pero teniendo en cuenta que se trata de artes desaparecidas durante largo tiempo del mundo en el que se desarrolla la trama, el descubrimiento de las mismas y de sus posibilidades se vuelve, a la fuerza, algo que se irá conociendo solo de manera paulatina.
Para su extensión -es algo más largo que El Camino de los Reyes, que superaba el millar de páginas-, Palabras Radiantes se lee rápidamente. No en el sentido de lectura facilona de un best-seller escrito con plantilla, sino como algo escrito por alguien que tiene unas ideas muy claras sobre la historia que quiere contar y un dominio del lenguaje para narrar de forma amena los acontecimientos. En ciertos puntos la historia se vuelve previsible, pero nunca la encontré aburrida.
En mi Parnaso personal de autores de género de fantasía, Brandon Sanderson no estará en la cima, pero va subiendo puestos. Una de las cosas buenas que tiene es que, si has leído alguna de sus novelas y te ha gustado, puedes estar razonablemente seguro de que todas las demás también te gustarán, pues carece de los altibajos de otros autores. Por la misma razón no merece la pena probar con otros libros suyos si alguno no te ha gustado. Yo encuentro sus novelas muy entretenidas, y esta muy recomendable.
De acuerdo contigo en todo. Yo estoy a punto de terminarla... menos mal que no has "spoileado" nada del final. Por cierto, ¿cuál sería ese Parnaso personal del que hablas? Y otra pregunta: ¿Qué sistema utilizarías para llevar a cabo una partida de rol con esta ambientación?
ResponderEliminarBueno, respecto a los autores modernos mis favoritos de entre los que he descubierto durante los últimos diez años o así han sido Joe Abercrombie, China Mieville y Andrzej Sapkowsy, aunque León Arsenal tendría también un puesto asegurado ya solo por Máscaras de Matar. George R. R. Martin podría estar también, pero las dos últimas entregas de Canción de Hielo y Fuego me parecieron una bajada del listón tal que el autor perdió muchos puntos a mis ojos. Brandon Sanderson y Patrick Rothfuss también me gustan mucho (creo que Rothfuss algo más), pero menos que los tres mencionados al principio.
EliminarNo me gusta comparar autores recientes con los clásicos, y entre estos últimos me gustan los buenos del pulp, sobre todo Robert Howard y Clark Ashton Smith. A Tolkien le tengo mucho respeto, pero las últimas veces que he intentado releer El Señor de los Anillos me he encontrado con que no podía obligarme a terminarlo, cosa que me sorprendió. E.R. Eddison, igual que Arsenal, solo con La Serpiente Uróboros ya se convirtió en otro favorito. También Moorcock, cuando escribe algo que me parece bueno, que no siempre me parece el caso.
En cuanto a qué sistema emplearía para hacer una adaptación de la serie de Sanderson, sin dudar, el actual HeroQuest Glorantha. Lo versátil y escalable del sistema se ajustaría a la perfección, me parece. Igual también FATE, pero no estoy tan seguro. Aunque también es verdad que no conozco a fondo este último sistema. En general creo que podría nombrar a más autores clásicos que modernos entre mis favoritos.
Un saludo.
P. E: Por cierto, menuda envidia con lo de las Novelda Rolea. Estuve tentado de asistir, pero al final no pudo ser.