Muy reciente ha sido la puesta a la venta de esta novela corta, que se emplaza como complemento a El nombre del viento y El temor de un hombre sabio. Plaza y Janés publica esta novela corta que tiene como protagonista -y único personaje, en realidad- a Auri, la joven de mente dañada que habita, oculta, en los enormes subterráneos de la Universidad.
La música del silencio es una historia muy atípica. Es el relato de una semana en la vida de Auri, casi una historia costumbrista, aunque en este caso se trata de costumbres muy peculiares, que siguen la lógica particular con la que la joven se relaciona con el mundo.
No hay diálogos, no hay acción. Sólo el día a día de Auri, y de esta forma el lector va aprendiendo sobre este personaje, así como sobre la Subrealidad, el nombre con el que la protagonista llama a su hogar.
Auri cuida de este lugar con la dedicación y la delicadeza de un jardinero zen, constantemente preocupada de que todo esté en su correcto estado, aunque la lógica para determinar esto resulta un tanto anómala. Prueba de la habilidad de Rothfuss es que, a medida que se desarrolla la historia, el lector puede comenzar a ver el mundo a través de los ojos de Auri: Lugares y objetos comienzan a ser considerados como personajes, y las alegrías y pesares de la joven causadas por su relación con estas cosas pasan a parecer algo razonable.
Es una historia delicada y sensible, llena de ternura. Aquí y allá, se vierten pistas sobre la naturaleza del daño que obligó a Auri a ocultarse, a evitar un mundo que resultó ser demasiado hostil y cruel con ella. Lo que es peor, ella nunca deja de ser consciente de ello, sabe cual es su situación, por eso el vínculo que mantiene con Kvothe es tan importante para ella. No hay que olvidar, sin embargo, que el mundo de Temerant contiene elementos sobrenaturales, y Auri supera en conocimientos a muchos de sus antiguos maestros. Conoce secretos ignorados incluso por Kvothe.
Que nadie se lleve a engaño: La música del silencio no complementa la historia del asesino de reyes. Es algo completamente aparte, y muy personal. El tono, el ritmo, y el desarrollo no coinciden con los usados en las novelas anteriores. Comenzar la lectura pensando que se va a encontrar algo parecido a El nombre del viento puede llevar a una gran decepción.
En un extenso epílogo, el autor explica sus dudas acerca de la publicación de La música del silencio. Que resultaba demasiado personal, tan distinta a sus anteriores libros que pensaba que los lectores cabrearían al leerlo. Y cómo su agente, su editor y algunos "lectores beta" le animaron a que siguiera adelante, venciendo sus reticencias iniciales.
Algo de eso habría, pero creo que el señor Rothfuss se dejó fuera uno de los razonamientos de peso para respaldar la publicación de esta novela: Y es que, a pesar de todo, comparte personaje y ambientación con una de las series de mayor éxito de los últimos años en el género de la fantasía. La música del silencio se apoya en un trasfondo conocido y admirado por muchos, que además desean saber más. Incluso aunque sea bajo la forma de un relato tan atípico como este.
Con esto, sólo quiero decir que pienso que difícilmente le habrían publicado este libro a Rothfuss, menos aun con la cobertura recibida, de no ser la nueva entrega de una saga de mucho éxito. Porque La música del silencio es una historia con muchos méritos propios, llena de lirismo, y escrita con una prosa que vuelve agradable en extremo su lectura. Aunque probablemente no merezca la pena leer este libro si no se han leído previamente los dos volúmenes anteriores que narran las aventuras de Kvothe.
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