Hace pocos días, con motivo de la festividad del uno de noviembre, la asociación cultural a la que suelo ir para poder participar en alguna partida como jugador -las que dirijo se juegan en mi casa-, celebró, como suele por estas fechas, una suerte de minijornada. Nada importante, una cosa local y de andar por casa: varias partidas de juegos de tablero (es lo que más se estila allí), algunas de juegos de rol y un pequeño mercadillo. Todo con adornos propios del momento.
Cuando se hace esto suelo pasarme por allí. No por jugar a nada, que no lo hago, sino más por mirar aquí y allá, conversar con otros aficionados y curiosear lo que se oferta en el mercadillo. Es de esos en los que la gente pone precios de segunda mano y no de artículos de lujo, así que no es raro, sobre todo si uno es aficionado a los juegos de tablero -no es mi caso- encontrar cosas interesantes.
No me fue mal. Había algo de material de rol, pero de eso no me llevé nada. Sí cargué, en cambio, con algunos libros -unos cuantos volúmenes de Historia de la Tierra Media que me faltaban- y algunos números de un manga que llevo tiempo buscando. Y sobre esto último me gustaría extenderme un poco más.
No soy, de ninguna manera, un otaku o similar. Tengo algunas pocas colecciones de manga, y he visto algunas series que me gustan, la mayoría de las cuales son de décadas pasadas. Algunas de esas obras me parecen muy buenas, otras simplemente me gustan. Mi favorita, que en absoluto implica que la considere la mejor, es Record of Lodoss War, que introdujo a principios de los noventa la fantasía medieval occidental estilo D&D en Japón.
Como, supongo, muchos otros aficionados de mi generación, mi toma de contacto con todo esto de Lodoss fueron los OVA publicados en España allá por 1994. Trece capítulos de algo menos de media hora cada uno que contaban una historia épica estilo Dragonlance, en la que se podían encontrar todos los tropos propios del género; la compañía de aventureros, cuyas clases de personaje eran fácilmente identificables, los monstruos y razas/especies propias de Dungeons & Dragons y las fuentes en las que se inspira, la conceptualización de la magia dividida entre arcana y divina... está todo allí. En una época en la que AD&D era uno de mis juegos de cabecera y en el que la oferta audiovisual del género era escasa y apartada de los lugares comunes propios de este tipo de fantasía, Record of Lodoss War se convirtió en uno de mis pocos referentes fuera de los libros.
Luego, pasado el tiempo, fui descubriendo algunas cosas más sobre la génesis de esta historia y de las otras que la siguieron, algo que resultaba inspirador. Resulta que el origen de todo radicaba en una genuina campaña de AD&D (Edito: Nirkhuz me corrige en esto, no se trataba de AD&D, sino de D&D en su edición BECMI). El director de juego, Ryo Mizuno, fue novelizando la historia que emergía de aquella campaña en una serie de entregas en una revista de juegos. Aquello tuvo tanto éxito que volvió a novelizarlas, en esta ocasión de forma más extensa y como un conjunto de siete (creo que son siete) novelas. Y esas novelas se vendieron como churros en Japón.
La adaptación al anime no tardó en llegar. De hecho, fue tan rápida que las novelas no habían terminado de publicarse cuando salieron los OVAS. De los cuales, por cierto, los ocho primeros estaban dedicados a adaptar el primer libro, y el resultado gustó tanto que la serie se amplió con otros cinco capítulos... para adaptar los seis libros siguientes -alguno de los cuales, recordemos, todavía estaba por ser publicado-. El resultado es el de esperar; un batiburrillo acelerado con un montón de cosas sin terminar de explicar bien. En cambio, los ocho primeros funcionan mucho mejor.
Más adelante habría una nueva serie de animación que, aunque técnicamente muy deficiente en comparación con los OVA, completaría la historia de una forma satisfactoria. Y todo esto también tendría sus versiones en manga, además de una precuela, La Dama de Faris, que es una verdadera delicia de contemplar. Su dibujante desarrolló un estilo particular para esta historia muy influido por Frazetta, con un resultado espectacular. Hace cosa de un año se reeditó en un formato de dos tomos de gran tamaño, cartoné y un portfolio de ilustraciones en un cofre.
De las novelas originales se publicaron dos en España, hace unos veinte años. La primera de ellas, La Bruja Gris, no es, para decirlo con educación, muy buena que digamos (el propio Mizuno lo reconoce, es su primer libro y no estaba muy contento con el resultado, al punto que hace unos años se publicó una versión corregida). La segunda, El demonio de las llamas, no he podido leerla. No me interesó demasiado en su momento, y ahora es prácticamente imposible de encontrar. Mi esperanza es que alguien se anime a publicar la serie entera, que ya lo fue en inglés y, según descubrí hace poco, también en portugués. Cruzo los dedos.
Lo que sí se publicó hace también algo más de un año fue la secuela que Mizuno escribió por motivo del aniversario de este universo suyo. La Corona del Juramento, ambientada un siglo después del fin de la serie original, está disponible tanto en novela como en manga. La mejoría de la habilidad del autor es apreciable, así como el cambio de estilo, menos D&D tradicional y con algunos elementos más del estilo de Canción de Hielo y Juego. Una historia más compleja, con muchos protagonistas y líneas argumentales que se desarrollan en paralelo.
Para mí, Ryo Mizuno es un referente, un héroe de las letras roleras. Alguien de cuya campaña, dirigida a un grupo de amigos, surgió algo muchísimo mayor. No solo las adaptaciones en novelas, en viñetas y en pantalla (ah, y videojuegos), sino también el primer juego de rol japonés, Sword World, que tenía el mundo de Lodoss como ambientación por defecto en su primera edición. Todo surgido de la creatividad de alguien que originalmente solo buscaba pasar un buen rato inventando cosas de fantasía con algunos amigos.
El equivalente en occidente a Mizuno es, a mi entender, Ed Greenwood. Otro que comenzó su ambientación para su diversión personal, primero escribiendo relatos y después, tras descubrir los juegos de rol, como entorno en el que se desarrollaban las aventuras de sus jugadores. Y como en el caso del autor de Lodoss, lo que escribió puede gustar más o menos -a mí me gustaban los suplementos escritos por Greenwood, que contagiaban entusiasmo, mientras que siempre he abominado de sus novelas, que encuentro asombrosamente malas-, pero hay que respetar su dedicación y sus logros. Son aficionados que se pasaron el juego.
Cuando me pongo a trabajar cosas de la ambientación, decidiendo el modo en que reacciona el mundo a las acciones de los PJ y cosas por el estilo, una de las cosas que me gusta hacer es sacar alguno de los tomos y repasarlo. Admirar el dibujo, leer algunas páginas sueltas aquí y allá, revisar la estructura de la historia. Son muy sencillas, claro (y en algún caso el origen de campaña de rol resulta muy evidente), pero muy a menudo encuentro inspiración haciendo esto.
A la estela de Lodoss surgieron muchas otras series que adoptan el tema de la fantasía occidental, pero ya de otra forma. A menudo demasiado autoconscientes del hecho de estar tratando con tópicos de rol, evidencian cuestiones como los niveles, o muestran las oficinas del gremio de aventureros como si de una ETT se tratase. Es un estilo que ya me deja indiferente y por el que no siento demasiado aprecio, igual que tampoco me intereso mucho por las historias llenas de las exageraciones superheroicas propias del shonen (los personajes de Lodoss son bastante pedestres en comparación).
La mayor excepción a esto -aunque tiene su cuota de contenido exagerado- es Berserk, otro de los pocos mangas que he terminado por coleccionar. Dejo para otra ocasión la posibilidad de establecer los paralelismos entre la actuación de Griffith, el villano de la serie, con y el Gbaji de la Primera Edad gloranthana (se parecen más que un poco, diría yo). Pero esta es una historia muy diferente, más Zweihänder que D&D.
En fin, que con todos sus tópicos y defectos, soy un fiel seguidor de todo esto de Lodoss, cada cual tiene sus filias y esta es una de las mías.
¡Saludos!
ResponderEliminar¡No estás solo! Yo también le tengo un cariño especial a esta serie a pesar de reconocer sus deficiencias. Placer culpable, como bien dices...
La verdad es que tengo debilidad por cualquier novelización (o adaptación a cualquier medio) de campañas de rol (Dragonlance, Vox Machina....)
La de Lodoss me parece particularmente interesante por partir de una campaña genuina, que se jugaba en una mesa concreta, no algo organizado desde el principio como un espectáculo o una serie de publicaciones. Las adaptaciones de The Legend of Vox Machina o la Dragonlance pueden llegar a gustarme, pero por razones algo distintas. Si hasta me gusta la película de animación de la Dragonlance, y creo que no conozco a nadie más que piense lo mismo ;).
Eliminar¡Saludos!
EliminarPues la película de Dragonlance no está del todo mal si aceptas el dibujo y la animación típica de los dibujos americanos de los 90 (tipo G.I.Joe, por ejemplo).
Eso sí, los experimentos 3D con los dragones y draconianos son horribles y rompen el ritmo completamente....
Sí, la animación es sencilla, pero yo soy poco exigente en ese campo, simplemente me recordaba a las series de los ochenta. Pero es cierto que el CGI que utilizan es espantoso y se lo deberían haber ahorrado (y a nosotros).
EliminarSolo una puntualización de niño repelente... La campaña original fue para BECMI, no para AD&D. ¡Hasta están las fichas por ahí!
ResponderEliminarSiempre he deseado hacerme con la versión japonesa de BECMI, me parece espectacular.
Ahora hablando de Lodoss, recuerdo que la vi hace 'poco' (antes de la pandemia) y me encantó. Sí, cliché, etc, lo que quieras, pero es una maravilla. Como curiosidad en mi poco conocido canal de youtube (que solo tengo para subir gilipolleces) tengo el opening y el ending de la serie en español, que no se encontraba en ningún sitio.
Siempre he querido ponerme con las novelas, a ver que tal.
Tienes toda la razón. No sé por qué tenía en la cabeza que era AD&D. Si hasta he llegado a ver imágenes de las hojas de personaje por ahí, pero lo había olvidado por completo.
EliminarNo sabía que también con D&D la edición japonesa cambiaba el arte. Soy consciente de que prefieren con mucho su propio estilo, y eso lo habían reflejado en ediciones de juegos de Chaosium, por ejemplo. Me pregunto cómo sería la BECMI en Japón.
Con Lodoss me pasa eso, es mi serie anime favorita, aunque no tengo problemas en reconocer que, objetivamente, está lejos de ser la mejor. Pero la temática, el diseño de los personajes y la historia -simple y tópica como es- me gustan tanto que ahí está, en un lugar de honor en mi ranking personal.
¿Te refieres al opening y ending de los OVAS o a los de la serie posterior? Las BSO de ambas me gustan mucho, pero el opening de la serie me resulta de lo más emotivo (y también un poco frustrante, al ver que se gastaron la mayor parte del presupuesto en la animación de esos minutos :P).
La novela de La Bruja Gris ya te digo yo que es mala y con avaricia, básicamente una dramatización de la campaña. La adaptación al manga, aunque es muy fiel, suaviza un tanto ese efecto. Así que la novela, más por curiosidad. En la más reciente, La Corona del Juramento, ya se le notan muchas más tablas al autor. No pasa de ser entretenida, pero eso ya es algo. Y la historia sigue de forma interesante.
Recuerdo en mis años de mayor gusto por el manga, lo que más echaba en falta era la fantasía más occidental claro. Cayeron en mis manos los dos tomos de La Dama de Faris, que me gustaron mucho. Pero donde realmente flipé fue con Berserk, diría que el manga que más me ha gustado hasta ahora.
ResponderEliminarSi bien entiendo y comparto ese desinterés por los shonen y las historias más ligeras... recientemente he caído en dos series de fantasía alrededor del mundo del aventurero.
La primera es Goblin Slayer, que dejando al margen la controvertida manera de reproducción goblin, me parecen historias clásicas llenas de tópicos y arquetipos del género.
La otra, Dungeon Meshi o Tragones y Mazmorras, como se llama aquí, me parece una auténtica pasada, por la extraña mezcla de elementos clásicos con otros no tanto, por ejemplo la cocina de monstruos. Además me encanta la representación funcional de un megadungeon.
Échale un ojo, pero aviso... acabarás gastando dinero... 😅
De las que mencionas, tengo algunas; Berserk, en su edición Maximun, la de los tomos grandes que sacaron hace unos pocos años, y Dungeon Meshi. A esta de Tragones y Mazmorras le perdono la forma en que evidencia reglas y tópicos de D&D dentro de la historia porque: a) me parece muy buena serie, y b) es de humor, así que estas cosas no están de más, en realidad.
EliminarAsí que es tarde para advertencias, en realidad ;).
Con Goblin Slayer, en cambio, me desquicia mucho ver el modo en que dejan claras las cuestiones como los niveles (con las chapitas de marras) y el "modo creativo" de utilizar la magia. Por cierto, que tiene juego de rol propio, traducido al inglés.
Berserk sería mi favorita de este tipo de no mediar Lodoss. Aunque el comienzo es para echar atrás a más de uno -con eso del monstruo de la semana-, cuando comienza a contar de verdad la historia resulta muy interesante. El fallecimiento de Miura, más allá de por lo obvio, la dejó tristemente colgada. Veremos si la anunciada forma de completarla se encuentra a la altura.
Bueno, solo por el arco hasta el sacrificio, merece la pena haber leído Berserk. Aunque quede inconclusa o con un final mediocre, no nos arrebata el disfrute con esta obra.
EliminarRespecto a las otras dos, poco que añadir. Reconozco que a mi no me molesta las referencias directas a reglas. Incluso que no tengan ni nombres y sean el chaman, la sacerdotisa o la elfa arquera, tampoco me importa. Aun así, me parece muchísimo mejor Dungeon Meshi, ojo.
Respecto al juego de rol, no manejo el inglés con la fluidez necesaria para apañarme a leer un juego de rol en ese idioma, lo que es una pena por un lado... y mucho ahorro por otro... 🤣
Confieso que nunca he visto ni un capítulo de Record of Lodoss War. Es más, durante mucho tiempo la confundía con Slayers (que en España creo que se tradujo como Reena y Gaudy), que es un manga del que sí que vi algunos capítulos. En cualquier caso, yo tampoco soy muy aficionado a los mangas, y no colecciono ninguno, pero sí que me he visto unos cuantos capítulos de series de anime. No lo considero un placer culpable, simplemente un placer más ;).
ResponderEliminarUna cosa que me llama mucho la atención, porque parece una característica puramente japonesa, es la popularidad que tienen allí las novelizaciones de partidas. Vamos, que hay mucha gente que las escribe y muchas más que las leen. Me llama mucho la atención ese fenómeno, la verdad.
No estoy seguro, pero creo que Record of Lodoss War es la primera en novelizar las campañas, que fueron un fenómeno en Japón, con varios millones de ejemplares vendidos -en los ochenta, claro, ahora esas cifras parecen impensables-. Pero es que allí se estila también otro tipo de textos, que son algo así como una transcripción de la sesión de juego: los diálogos del director de juego y los jugadores, con algunas explicaciones sobre lo que se está comentando, textos introductorios y presentaciones de los personajes, etc. He tenido ocasión de echar un vistazo a algunos de estos "Replays" (traducidos al inglés, claro), son muy curiosos y cuentan con muchos lectores.
EliminarSi no te importa ver algo de anime, te recomendaría que probases a ver qué tal, al menos con los OVA, que no supone mucho tiempo. Técnicamente es top para su época -dibujo a mano, sin ordenadores de por medio- y un diseño de personajes fabuloso (para bien o para mal, el origen de las orejas de palmo y medio de los elfos en el manga y el anime).
Me quedo con la recomendación, pero es verdad que hay tantísimas cosas que ver, que no sé si encontraré tiempo para ello. Al final la oferta de ocio es tan amplia que es imposible abarcarlo todo.
EliminarTriste excusa para alguien cuyo uno de los 3 principios de su blog es "No se puede ser friki de todo pero hay que intentarlo", maese Carlos 😅
EliminarOjo, que no digo que no lo haré, digo que no sé si encontraré tiempo. Y «es imposible abarcarlo todo» es igual que «no se puede ser friki de todo».
EliminarVamos, que me reafirmo en que estoy siendo coherente xD.
Tristemente cierto, no es posible practicar todo el ocio que uno quisiera, ya se trate de libros, juegos de rol, películas o lo que cada cual estime más.
EliminarOh, La Dama de Fariss. Siempre estará en mi corazón.
ResponderEliminarYa que os leo sobre viejas series de fantasía japonesa... a mi me gustó Fly (Dragon Quest) y eso que al inicio, por el diseño de Toriyama, no me atrajo.
Sí, La Dama de Faris tiene una buena historia, pero un dibujo extraordinario.
EliminarDragon Quest era una serie simpática, pero ya es un tema completamente distinto. Más sobre gente con superpoderes estilo Dragonball que lo que puedes ver en Lodoss o en la mayor parte de personajes de Berserk.