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jueves, 6 de febrero de 2014

Las mentiras de Locke Lamora, de Scott Lynch

Scott Lynch pertenece a esa hornada de nuevos autores de novelas de fantasía para adultos que, gracias quizá a la popularización de este tipo de novelas merced al éxito de Canción de Hielo y Fuego, se va haciendo un hueco en las estanterías de muchos aficionados a este género, junto con R. Scott Bakker, Richard Morgan, Joe Abercrombie o Steven Erikson, entre otros.

Las mentiras de Locke Lamora es su primera novela, publicada originalmente en 2005, y traducida al castellano por Alianza, que la situó en su colección Runas. Es la primera entrega de una serie, Los caballeros bastardos, de la que hasta el momento hay dos partes traducidas, esta y la siguiente, Mares de sangre bajo cielos rojos.

Estos libros cuentan las aventuras de Locke Lamora, un joven que desempeña con verdadero talento su oficio de estafador. Criado en las peligrosas calles de la ciudad de Comorr, Locke y la banda que lidera, los caballeros bastardos, han desplumado implacablemente a numerosos aristócratas de la ciudad. Eso lo tienen que hacer en secreto, pues deben evitar no sólo a las autoridades de Comorr, con su peligrosa policía secreta, liderada por alguien conocido sólo como La Araña, sino también del señor del crimen de Comorr, al que todas las bandas rinden tributo. Un viejo acuerdo con el gobierno de la ciudad hace que los aristócratas sean tabú para los ladrones, a cambio de que las autoridades miren hacia otro lado sobre el resto de actividades delictivas.

Pero los caballeros bastardos dicen que al cuerno con el acuerdo. Este es un grupo reunido a conciencia por un viejo estafador, que ha reclutado a varios huérfanos en los que apreciaba talento, y a los que ha adiestrado en todo lo imaginable. Locke, como no, ha sido el más apto en la organización y ejecución de timos, que disfruta realizando. Cuanto más peligroso el robo, cuanto mayor el reto, más interesado está en tratar de hacerse con el premio. 

Su mejor amigo, Jean, tiene buenas aptitudes para la violencia. Y el resto de caballeros también saben cómo hacer su trabajo.

Así que esta es una novela en la que más que la acción -que también hay bastante- lo que realmente prima son los duelos de ingenio, las artimañas preparadas por los personajes para lograr sus objetivos. Despertar admiración en el lector por ese ingenio es algo complicado, pues el autor realmente debe elaborar la historia sin que el protagonista parezca un superhombre que lo tiene todo previsto y controlado hasta niveles absurdos, o que sus objetivos son gente muy tonta que se dejarán engañar por trampas para bobos. Lynch retrata a Locke como alguien realmente astuto, inteligente y muy bien preparado, que planea minuciosamente sus movimientos, pero que tampoco tiene miedo de improvisar si surge necesidad de ello.

La situación se complica, claro. Cuando un nuevo jugador llega a la ciudad y comienza a dar golpes para hacerse con el poder en las bandas criminales, Locke y los suyos acaban en medio del asunto. Todo se les complica una barbaridad.

Como decía la novela tiene sus buenos momentos de acción. Y también cierta dosis de fantasía. Comorr ha sido edificada usando una estructura anterior, una serie de edificios y sistema de iluminación construidos por no se sabe qué civilización antigua, que puede que ni siquiera fuese humana. Y existe la magia. Los magos, cuyo servicio continuado podría hundir la economía de una ciudad, están organizados en un único gremio, con el que llevan sus asuntos. A los ajenos a este grupo sólo les interesa una de sus reglas, y es la que dice que si alguien mata a un mago -da igual en qué circunstancias- el gremio entero tomará venganza. Eso le crea cierta problemática a los protagonistas llegado el momento.

La novela tiene mucho humor. Humor negro en su mayoría, pero que encontré muy divertido. No se aparta la mirada de las situaciones desagradables, que aunque están presentes en el libro, tampoco son excesivos.

Los personajes están bien perfilados, y tienen personalidades interesantes. El libro salta cada cierto tiempo, de la trama principal a unos capítulos que muestran la infancia de Locke y alguno de sus compañeros, mostrando cómo estos van siendo adiestrados y el desarrollo de los rasgos de carácter que evidencian cuando ya son adultos.

Y la propia ciudad de Comorr tiene su propio peso en la historia. Parece que cada una de las entregas de los caballeros bastardos se desarrolla en una ciudad diferente, a la que el autor se esfuerza por dotar de un carácter propio. Comorr tiene reminiscencias de las ciudades estado italianas del Renacimiento, y de las metrópolis decadentes de los clásicos de fantasía, como Lankhmar. 

Por mi parte, es la única novela que he leído de esta serie, y me ha dejado ganas de leer las siguientes.

4 comentarios:

  1. Yo me leí el segundo, y la verdad... pierde ritmo. No me desagradó, pero no se si es falta de ese humor del que hablas, el que los personajes ya no te sorprendan como en este libro...

    Eso si, al igual que a ti, este primer libro me encantó.

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    1. Vaya, siento oír eso. Sí se me había ocurrido que, si las siguientes partes continuasen con la tónica de crear ciertas expectaciones al lector para después dar giros bruscos e imprevistos en la trama -como ocurre con la hija del señor del crimen- eso podría volverse repetitivo y, por eso mismo, previsible.

      De todos modos, creo que le daré una oportunidad en cuanto tenga ocasión. Aun a media máquina, espero que pueda dar para una lectura entretenida.

      Un saludo.

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  2. Pues me ha parecido leer en Sedice que Alianza ya ha desechado seguir con la serie :(

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    1. Vaya, eso no lo sabía, que fastidio. Tocará seguirla en inglés, supongo.

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